Damian Carrington es editor de Medio Ambiente en The Guardian, donde trabaja desde 2008. Lleva 20 años ejerciendo como periodista y anteriormente formó parte del equipo del Financial Times, New Scientist y BBC News Online.

En 2024, los niveles mundiales de dióxido de carbono aumentaron considerablemente. Alcanzaron una cifra récord, es el incremento más grande registrado desde que comenzaron las mediciones modernas en 1957 (dato crucial 1). Esto demuestra la magnitud de la crisis climática que estamos viviendo.

La preocupación científica se centra en el debilitamiento de los “sumideros” naturales (bosques, océanos y suelos) que absorben el CO2 de la atmósfera. Si estos sistemas se vuelven ineficientes se podría crear un círculo vicioso, en donde aumenten las temperaturas aún más rápido.

Las causas de este aumento de temperatura son la continua e implacable quema de combustibles fósiles y un aumento significativo de los incendios forestales, impulsados por condiciones más cálidas y secas, que batieron récords de emisiones en América.

Sin embargo, la falla en el funcionamiento de los “sumideros” agrava la crisis climática. Estos sumideros absorben alrededor de la mitad de las emisiones anuales de CO2. Pero los océanos se están calentando y en consecuencia, absorben menos CO2. Además, el calor, la sequía y los incendios reducen el crecimiento de la vegetación disminuyendo así la capacidad de absorción de los suelos y los bosques.

La Organización Meteorológica Mundial (WMO, por su sigla en inglés) advierte que el CO2 liberado no solo afectará el clima hoy en día, sino, seguirá afectando al clima durante siglos. El metano proviene tanto de fuentes naturales que podrían intensificarse con el calentamiento global, como de actividades humanas como la explotación de combustibles fósiles, la ganadería o los residuos. Las emisiones de óxido nitroso se relacionan principalmente con el uso excesivo de fertilizantes y ciertos procesos industriales.

Estas conclusiones se presentan en el boletín anual de gases de efecto invernadero de la WMO (archivo adjunto), publicado antes de la cumbre climática COP30 en Brasil, con datos obtenidos de 500 estaciones de monitoreo globales.