Víctor Toledo se ha dedicado por más de tres décadas a realizar estudios interdisciplinarios, como el estudio integrado de la diversidad biológica y la diversidad cultural, creando una nueva área interdisciplinaria llamada Etno-ecología. Ha teorizado sobre el metabolismo social, poniendo énfasis en las regiones rurales. Por otra parte, ha escrito profusamente sobre la ciencia de la sustentabilidad y es uno de los fundadores a nivel mundial de la nueva corriente de la Ecología Política. Se ha dedicado a difundir de manera amplia la defensa de la naturaleza y de las culturas y a visualizar una modernidad alternativa.

En la opinión de Victor Toledo se están construyendo mundos alternativos al capitalismo de manera silenciosa: la visión dominante y las élites intelectuales no se han percatado de ellos, ni siquiera las visiones más radicales se adaptan al mundo de hoy para hacer frente a la crisis.

Dichos mundos se caracterizan por:

1. Aceptar que existe una crisis de civilización y, por tanto, se requiere una transformación civilizatoria. Esto atenta contra las bases de la civilización moderna e industrial que tiene establecida toda una ideología sobre cómo se debe encaminar el progreso.

2. El dilema de la transformación social basado en lograrla “por las buenas o por las malas” ya no tiene sentido. Incluso la vía electoral no es una opción viable cuando el poder económico y político queda en manos de un solo agente, además es incapaz de terminar con las dos limitantes de la modernidad: la excesiva desigualdad social y el desequilibrio ecológico.

Se plantea que la transformación social se está dando por “la construcción del poder social o ciudadano”: mediante la organización en territorios concretos, tomando el control de los procesos económicos, ecológicos, financieros, educativos, de vigilancia y de comunicación, a la escala que sea posible, un hogar o colonia.

Algunos filósofos europeos le llaman “pensamiento impolítico”, retomado de pensadores iconoclastas tanto europeos como latinoamericanos y de los nuevos seguidores de la ecología política.

México, en opinión de Toledo, es el país privilegiado para esa transformación pues ha sido objeto de innumerables experimentos socio-ambientales. Durante las últimas tres o cuatro décadas se han construido proyectos innovadores locales y regionales en zonas rurales, como en Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Puebla y Michoacán. “Todos estos proyectos se fincan en el poder ciudadano sobre los territorios y en los procesos de producción y comercialización”, en la democracia, autogestión y autodefensa. Con diferentes resultados, estos proyectos avanzan para construir una civilización sin capitalismo, partidos políticos, bancos, o empresas, donde la ciencia respete a la naturaleza. Se trata de una transformación silenciosa, pues son proyectos pequeños que pueden pasar desapercibidos, pero su impacto es contundente como alternativa social.