The future of liberalism. How to make sense of 2016. Liberals lost most of the arguments this year. They should not feel defeated so much as invigorated

Cita: 

The Economist [2016], "The future of liberalism. How to make sense of 2016. Liberals lost most of the arguments this year. They should not feel defeated so much as invigorated", The Economist, London, 24 de diciembre, http://www.economist.com/news/leaders/21712128-liberals-lost-most-argume...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Diciembre 24, 2016
Tema: 
El futuro del liberalismo después del complicado año 2016
Idea principal: 

Si se cree en las economías y sociedades abiertas, donde se fomenta el libre intercambio de bienes, capitales, personas e ideas y las libertades universales están protegidas contra el abuso del estado, entonces 2016 fue un año de retrocesos. A medida que la globalización se ha convertido en un insulto, el nacionalismo e incluso el autoritarismo han florecido.

Ante esta situación, muchos liberales han escrito epitafios para el orden liberal y han emitido advertencias sobre la amenaza a la democracia. La amarga cosecha de 2016 no ha destruido repentinamente la afirmación del liberalismo como la mejor forma de lograr equidad y prosperidad. En lugar de eludir la lucha de ideas, los liberales deberían disfrutarla.

El último cuarto de siglo, el liberalismo vivió una situación muy sencilla. Su dominio tras el colapso del comunismo soviético decayó en la pereza y la complacencia. En un mundo en constante cambio la controversia y la discusión no sólo son inevitables; son bienvenidas porque conducen a la renovación.

Según el liberalismo, el poder debe estar dispersado y los individuos son los únicos capaces de elegir lo que es mejor para ellos. En lugar de conducir el mundo a través de la guerra y los conflictos, los países deben adoptar el comercio y los tratados. Estas ideas han penetrado bastante en Occidente y, a pesar de la llegada de Trump al poder en Estados Unidos, es probable que continúen si el liberalismo puede hacer frente al problema de la pérdida de fe en el progreso.

Gran parte de la población no lo ve así. Para ellos el progreso sólo le ocurre a otras personas y la tecnología destruye puestos de trabajo, ideas para las que el liberalismo debe tener una respuesta. Durante décadas en el poder, las soluciones liberales han sido decepcionantes.

The Economist cree que el Brexit y la presidencia de Trump son propensos a ser costosos y perjudiciales. Existe preocupación por la mezcla de nacionalismo, corporativismo y el descontento popular. Sin embargo, 2016 también representó una demanda de cambio, por lo que se debe aprovechar este impulso mientras se defiende la tolerancia y la apertura a nuevas ideas, que son las piedras angulares de un mundo liberal.

Nexo con el tema que estudiamos: 

A partir de la confirmación de la ideología liberal como el principal camino económico y político que debe seguir la sociedad, surgieron ciertas posiciones que han llevado a la discusión sobre sus límites y posibilidades. De esta manera, los principales países del mundo, bajo el estandarte liberal, han configurado un sistema económico, político y social en el que las desigualdades y carencias se han acentuado, a pesar de que el progreso se haya conseguido para algunos. The Economist plantea el desafío de responder a los cuestionamientos hechos al liberalismo, si bien no admite que lo que hemos vivido bajo la hegemonía de esta ideología ha sido una creciente concentración del poder en todas sus formas: la competencia deviene monopolio...