¿Está China comprando el mundo?
Nolan, Peter [2012], ¿Está China comprando el mundo?, Madrid, Traficantes de Sueños, 120 pp.
Peter Nolan es profesor en la Universidad de Cambridge y miembro del Comité de Estudios sobre el Desarrollo. Es también director del Chinese Big Business Programme en la Judge Business School y profesor asociado del Jesus College de Cambridge.
De manera general el libro pretende ser crítico ante los prejuicios y sentencias de pánico occidentales sobre la expansión de China en el mundo.
Introducción
El sorprendente crecimiento económico de China, medido en términos del PIB (Ver Dato Crucial 1) y del PNB (Ver Dato Crucial 2) junto con altas tasas de crecimiento en los últimos años (Ver Dato Crucial 3) ha llamado la atención del mundo entero (p. 15). Paralelamente han aumentado las discusiones en torno a las posibilidades de China por desplazar a las naciones occidentales (Europa y Estados Unidos) a un segundo plano de la primacía mundial. Al mismo tiempo crecen los sentimientos de pánico y temor trazados en la expresión común de la prensa, libros, investigaciones y diversas publicaciones de las naciones de altos ingresos (p. 16).
Una preocupación central, sin duda, es la económica y la expansión de China en el comercio internacional. Las exportaciones chinas han aumentado a enorme velocidad después de su adscripción a la Organización Mundial del Comercio en el 2000 (Ver Dato Crucial 4), resultado de ello ha sido la gran cantidad de divisas acumuladas (Ver Dato Crucial 5). China se ha convertido en el mayor titular extranjero de deuda soberana estadounidense (Ver Dato Crucial 6) (p.17).
Además de la discusión sobre lo económico, el autor señala temores en torno al poder militar, las instituciones internacionales, cuestiones éticas y morales en la comunidad global y el impacto ambiental.
“El gobierno de Estados Unidos considera que China es el único país con potencial para desafiar la supremacía de Estados Unidos” (p. 18). Diversos analistas y políticos occidentales han señalado la amenaza de los principios ilustrados occidentales como valores para el siglo XXI ante “los peligros que plantea el modelo de desarrollo autoritario chino” (p. 19). En la cuestión del impacto ambiental, Nolan hace mención de los señalamientos más apocalípticos sobre las implicaciones que tendría la población y la economía chinas en el medio ambiente si logra igualar el nivel de vida del primer mundo, los cuales desbordarán las fronteras nacionales del país asiático (p. 19-20).
Finalmente el autor acota su objeto de estudio para analizar hasta que punto China realmente está comprando al mundo.
1. ¿Quiénes somos nosotros? ¿Quiénes son ellos?
“[…] el núcleo del sistema empresarial de los países de altos ingresos es la gran corporación. Y gran parte de la actividad del resto de la economía está vinculada a empresas gigantes situadas en el núcleo del sistema” (p. 23). La globalización ha desatado “un proceso de intensa concentración industrial” dando forma a una competencia oligopolista donde las empresas que yacen en el centro del sistema de negocios mundial se han expandido sin precedentes. De acuerdo con nuestro autor el proceso de globalización ha conllevado una transformación en la naturaleza de las empresas, resultando en una desvinculación cada vez mayor entre las empresas globales y la economía nacional de sus países de origen (p. 24). Abriendo grandes retos para los gobiernos y ciudadanos de países tanto de altos ingresos como los países en vías de desarrollo.
En el caso de China, el gobierno se mantiene estrechamente ligado con sus empresas y en las últimas décadas se ha dedicado a “construir un equipo de empresas gigantes” capaces de entrar en la competencia de los mercados internacionales frente a las principales multinacionales del mundo.
Nolan señala que detrás del temor sobre la compra del mundo por las empresas chinas haciendo uso de sus grandes reservas acumuladas, existe una gran ignorancia respecto “la naturaleza de la competencia global”. El marco de referencia del autor son las empresas globales conectadas en las cadenas de valor en todo el mundo, imbricadas incluso dentro de la propia economía china. Sosteniendo que al mismo tiempo que las empresas chinas intentan salir al exterior y “construir sistemas empresariales globales”, otras líderes globales aumentan sus esfuerzos por entrar en el mercado chino.
Con intenciones de develar el papel de China y Occidente en la competencia global es que el autor dedica los siguientes capítulos.
2. ¿Quiénes somos?
2.1 Globalización y concentración industrial
Nolan sostiene que a partir de la década de 1970 se dio pie a la fase de globalización capitalista con revoluciones tecnológicas junto con la liberalización del comercio internacional y los flujos de inversión. “Las grandes empresas que tenían su sede central en los países de altos ingresos construyeron sistemas de producción globales, a través simultáneamente de su crecimiento orgánico y de agresivas fusiones y adquisiciones” (p. 27). Lo cual ha desembocado en una “gran concentración industrial sin precedentes”, generalizada entre todos los países y en todos los sectores.
La revolución global de las empresas presenció una reestructuración masiva de los activos. “El propósito de la mayoría de estas grandes empresas pasó a caracterizarse por mantener o establecer su posición entre el puñado de compañías que lideraban el mercado global” (p. 28). La concentración se expresa en la reducción del número de empresas líderes en la mayoría de los sectores industriales, estas empresas constituyen los “integradores de sistemas” ubicadas en la cúspide de las cadenas de valor, gozando de superioridad tecnológica, mayor participación de mercado y potentes marcas comerciales. Al mismo tiempo éstas ejercen una gran presión sobre su cadena de proveedores –con el fin de minimizar los costes y estimular el progreso técnico– las cuales terminan también por concentrarse o reducirse en la medida en que la competencia se intensifica.
El autor define a la empresa “como el ámbito en el que tiene lugar la coordinación consciente de la asignación de recursos […][en estos términos][…] se puede considerar que la gran empresa ha aumentado enormemente de tamaño durante la revolución de las empresas globales” (p. 31).
Entre los atributos que Nolan considera clave para estas empresas destaca la capacidad de reunir financiación para grandes proyectos y los recursos necesarios para un nivel elevado de I&D (Ibidem).
Para el autor se ha generado una “nueva modalidad de separación de la propiedad y del control” entre las empresas integradoras de sistemas para interactuar con los distintos segmentos de la cadena de valor (p. 32). Respecto la competencia se señala que lejos de reducir su grado, drásticamente se ha aumentado en intensidad, “siendo la inversión en progreso técnico una fuente estratégica de ventajas competitivas” (p. 33).
2.3. La globalización y la salida de las compañías globales
Con la liberalización de los flujos comerciales se extendieron también los flujos de inversión extranjera, los cuales crecieron a un ritmo mucho más rápido que el crecimiento general del comercio (Ver Dato Crucial 12) (p. 44). La inversión extranjera se ha concentrado principalmente en países desarrollados (Ver Dato Crucial 14) (p.45). No obstante esto ha desarrollado una paradoja: en la medida en que las principales empresas con sede en los países ricos expanden sus operaciones internacionales para constituir sistemas de producción fuera del país, se disminuyen sus operaciones nacionales (al interior de su país de origen); el autor ejemplifica lo dicho con el caso de las empresas de Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos (p. 46-49). “Esto aplica no solamente a las principales empresas integradoras de sistema, sino también a empresas que ocupan posiciones claves dentro de la cadena global de suministro […]” (p. 50). Para el autor esto ha ocasionado que sus identidades e intereses estén cada vez menos ligados a los del país de origen. Hay cada vez menos incentivos para cooperar entre empresas y estados en la construcción de políticas industriales nacionales.
Una distinción clave que señala el autor es que las “empresas procedentes de los países de altos ingresos ocupan los puestos de mando del sistema empresarial global” (p. 51). Lo cual no niega que el número de empresas procedentes de los países pequeños y medianos ingresos se ha elevado sustancialmente (Ver Dato Crucial 19). Otra vertiente en la que se observa la misma tendencia es la concentración de recursos a la investigación y desarrollo, dominados por un pequeño grupo de países (la mayoría procedentes de Estos Unidos, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña), relegando a los países en vías de desarrollo. (Ver Dato Crucial 20 y 21).
Conclusión ¿Está China comprando el mundo?
Finalmente Nolan enfatiza que “de ninguna manera [podemos afirmar] que China esté comprando el mundo” (p. 113). Para él este razonamiento es similar a las expresiones en torno al crecimiento de Japón en la década de los ochenta. No obstante para el momento presente de crisis en la “economía política global” la creencia de que China está comprando el mundo amenaza la paz internacional.
¿Quiénes somos nosotros?
Desde finales de la década de los setenta se emprendió una “época de transformación revolucionaria” en el capitalismo mundial conllevando una reestructuración completa con “una explosión de fusiones y adquisiciones en su núcleo” dando forma a la consolidación de grandes gigantes en tecnología de punta y fuertes marcas comerciales, seguido de un “efecto cascada” que extendió la concentración entre los niveles más bajos de la cadena de suministros (p. 113-114).
De hecho para Nolan “las empresas procedentes de los países de altos ingresos […][son][...] las que han estado comprando el mundo […] principalmente mediante fusiones y adquisiciones internacionales” (p. 114). Resultando en una gran disparidad de poder empresarial entre la empresas de los países de altos ingresos y las empresas procedentes de los países en vías de desarrollo. Estas últimas “están prácticamente ausentes de los puestos de mando del progreso técnico global” (Ver Dato Crucial 23) (Ibidem).
Para Nolan el desafío se encuentra en ambos lados. Tanto “para la gestión política de los países en vías de desarrollo, de los que solo ha surgido un pequeño número de empresas que puedan competir en el plano global con empresas líderes de los países de altos ingresos”; como para las economías de los países de altos ingresos pues “la identificación de las corporaciones gigantes con el país en particular en el que tienen su sede principal se ha debilitado mucho” (p. 115). Finalmente la tendencia se agudizó con la crisis financiera mundial de 2008, estancando el crecimiento de las economías de los países de altos ingresos, lo cual generó mayores incentivos para que las grandes compañías siguieran disfrutando de grandes ganancias en sus operaciones internacionales, especialmente en los países emergentes.
¿Quiénes son ellos?
Nolan reconoce “el éxito de la política industrial del país bajo el liderazgo del Partido Comunista” para la consolidación de empresas líderes nacionales. “Sin embargo, aunque China se ha convertido en la segunda economía en tamaño del mundo, está muy lejos de alcanzar a los países de altos ingresos. Es aún un país en vías de desarrollo con un bajo nivel de renta per capita y una población mucho mayor que la de todos los países de altos ingresos juntos” (p. 116).
De acuerdo con el autor China enfrenta diversos desafíos: la oferta ilimitada de fuerza de trabajo, cuestiones políticas, la distribución de la renta, la gestión del impacto ambiental y su fuerte grado de dependencia con la inversión extranjera. La relación de China con el resto de los países en vías de desarrollo se ha incrementado bastante, convirtiéndose en mercados importantes para la recepción de manufactura china intensiva en trabajo y de servicios de infraestructura. A pesar de ello en “los sectores de alta tecnología y de bienes de marca […] las grandes compañías chinas no han hecho incursiones destacadas que amenacen la posición dominante” de las multinacionales de los países de altos ingresos (p. 117).
En los recursos energéticos, Nolan señala que “China tiene un porcentaje muy pequeño de las reservas mundiales de gas y petróleo […] en relación al vertiginoso crecimiento de su demanda” (p. 117). Esta es otra vertiente de la economía mundial dominada por las compañías petrolíferas occidentales. La estrategia de crecimiento mediante fusiones y adquisiciones tiene sus restricciones en el contexto político y social chino. Por otro lado a pesar de su apertura tardía a la inversión internacional gran cantidad de empresas líderes globales han entrado en China. “Las empresas multinacionales ocupan posiciones clave en amplias áreas de la economía china, han tenido una importancia crucial para sus exportaciones y son muy importantes para el progreso técnico del país”, las cuales también extraen gran valor de los bienes procedentes de China (p. 118). En contraste la “mayor parte de las principales empresas chinas se encuadran en un grupo de industrias estratégicas […] protegidas por el hecho de ser propiedad estatal” (en la banca, metales, minería, construcción, electricidad, transporte y telecomunicaciones). En este punto Nolan es muy enfático: “China aún no ha creado un grupo de empresas líderes nacionales globalmente competitivas con tecnología punta mundial y marcas comerciales que puedan competir con las de los países de altos ingresos […][además][…] su presencia en los países de altos ingresos es insignificante” (Ibidem).
Respecto al cúmulo de reserva de divisas “en términos per capita […] está[n] muy por debajo de la mayoría de sus vecinos” además su función primaria es proteger al país del riesgo de un desastre financiero global. Finalmente esos fondos son relativamente “pequeños en comparación con la capitalización bursátil combinada de las compañías occidentales” (p. 119).
La complejidad de homologarse con los países desarrollados
Las empresas chinas en el exterior han sufrido una transformación difícil en la competencia de los mercados internacionales, desafiando sus capacidades técnicas y de recursos humanos. Además China presenta una fuerte dependencia en su transición digital al emplear tecnologías de la información suministradas por gigantes globales, la mayoría de sede estadounidense (p. 119).
Nolan conluye: China se enfrenta a múltiples retos para lograr un desplazamiento de sus competidores internacionales y actualmente el país asiático “todavía no ha comprado el mundo y no da señales de que lo hará en un futuro próximo” (p. 120).
1. En 2008 el PIB corriente de China se situaba en la tercera posición mundial con un 7.1% del PIB mundial (Banco Mundial) (p.15).
2. En 2008 la PNB (ponderada por la paridad del poder adquisitivo) de China es el 11.4% mundial, colocándose como segunda economía mundial (p. 15).
3. La tasa de crecimiento del PIB chino en las últimas décadas ha sido de un 10% anual, en comparación con el crecimiento inferior al 3% de las economías de los altos ingresos (p. 15).
4. Las exportaciones de mercancías chinas suman el 59% del PIB de China, una cifra excepcionalmente elevada, y el 75% de sus exportaciones tienen como destino los países de altos ingresos (p. 18).
5. En junio del 2011 las reservas de divisas chinas sumaban 3,197 billones de dólares (p. 17).
6. En 2001 China poseía el 26% de la deuda del gobierno de los Estados Unidos detentada por extranjeros (p. 17).
7. Cuadro 1. Concentración Industrial entre las empresas integradoras de sistemas, 2006-2009 (p. 28).
8. Cuadro 2. Consolidación Industrial entre empresas seleccionadas dentro de las cadenas globales de valor, 2006-2008 (p. 30).
9. En 2008 las 1,400 empresas globales más importantes del mundo (G1400) invirtieron un total de 545 miles de millones de dólares en I&D (Department for Business Entreprise and Regulatory Reforms, 2008). Constituye el cuerpo principal de la inversión global en progreso técnico (p. 32).
10. Cuadro. 3. La concentración industrial y la revolución de las empresas globales: Inversión en I&D del G1400 en 2007 (p. 33).
G1400 es el grupo de 1,400 empresas globales más importes de acuerdo con el informe del Department for Business Entreprise and Regulatory Reforms en 2008.
11. Cuadro 4. Crecimiento relativo del comercio y de la inversión extranjera directa (IED), 1990-2009 (p. 43).
12. Los activos extranjeros de las 100 principales compañías multinacionales mundiales representan 57% de sus activos totales, el empleo extranjero es el 58% del empleo total y las ventas extranjeras suman el 61% de las ventas totales (UNCTAD, 2010) (p. 44).
13. Cuadro 5. Aumento de la IED durante la globalización (p. 44).
14. Entre 1990 y 2009, la inversión extranjera directa hacia el exterior de los países desarrollados se multiplicó por ocho y creció desde el 11 al 41% del PIB. […] En 2009 la IED hacia el interior de Estados Unidos suponía el 22% de su PIB, el 21% en Alemania, el 43% en Francia y el 52% en Gran Bretaña (p. 45).
15. Cuadro 6. Operaciones Internacionales de una selección de compañías británicas, 2008 (p. 47).
16. Cuadro 7. Operaciones Internacionales de una selección de compañías alemanas (activos, ventas y empleo extranjero como porcentaje del total (p. 48).
17. Cuadro 8. Operaciones internacionales de una selección de compañías estadounidenses (activos, ventas y empleo extranjeros como porcentaje del total), 2008 (p. 49).
18. Entre 1987 y 2008 se produjeron 2.219 megafusiones transfronterizas, de un valor superior a 1 mil millones de dólares, por una cantidad total de 7,232 billones de dólares (UNCTAD, 2009) (p. 50).
19. En 2010 había 79 empresas en la lista de FT500 (Financial Times Global 500)procedentes de los países pequeños y medianos ingresos, en comparación con las 8 que había en el año 2000.
20. En 2009, tras tres décadas de globalización capitalista, las empresas de los países en vías de desarrollo desaparecieron prácticamente de la lista de las primeras mil empresas mundiales en I&D (BIS, 2009) (p. 52).
21. Las cien primeras marcas comerciales del mundo están en manos de empresas procedentes de países de altos ingresos (Interbrand, 2011). Empresas estadounidenses poseen cincuenta de las primeras cien marcas comerciales y nueve de las diez primeras (p. 53).
22. Cuadro 9. Volumen de IED en los países en vías de desarrollo, 2000 y 2009 (en miles de millones de dólares) (p. 54).
23. Cien compañías gigantes, todas procedentes de los países de altos ingresos suman más del 60% del gasto total de I&D entra las primeras 1,400 empresas mundiales (p. 114)
2.1. Globalización y concentración industrial
2.3. La globalización y la ´salida´ de las compañías globales
3.2 China está aún lejos de ´alcanzarnos´
3.3. La relación cada vez más profunda entre China y los países en vías de desarrollo
3.4. Compañías petrolíferas y seguridad energética
3.5. Empresas multinacionales que ´entran´ en China
3.6. Las empresas chinas que ´salen´ de China hacia los países de altos ingresos.
3.7. Las limitaciones para China ´compre el mundo´
4. La complejidad del ´nosotros´ y del ´ellos´: el caso de las industrias estratégicas.
Conclusión. ¿Está China comprando el mundo?
DTI [2007], The 2007 R&D Scoreboard, Department of Trade and Industry, Londres.
Nolan presenta varios alcances importantes respecto el comportamiento, la estructura y las características de las grandes corporaciones del siglo XXI. El cambio arranca con la denominada globalización donde se libera un proceso de concentración sin precedentes (mediante crecimiento y F&A). Hay una reconfiguración en el mando, control y propiedad tradicional al interior de las corporaciones, su identidad no está vinculada directamente con algún Estado-nación en particular. Destaca también importantes jerarquías entre las grandes corporaciones transnacionales entre los países ricos y los de ingresos medios y bajos. Los primeros predominan en el exterior y concentran los poderes de mando y de I&D.
Es importante contemplar todos estos elementos al hablar de la disputa por la hegemonía de parte de China.
Nolan es uno de los autores que trabaja la idea de "desvinculación" entre las economías nacionales y la actividad de las empresas transnacionales.