Tag-team troubles. What America might want from Russia, but is unlikely to get. Vladimir Putin could do very well out of Donald Trump
The Economist [2017], "Tag-team troubles. What America might want from Russia, but is unlikely to get. Vladimir Putin could do very well out of Donald Trump", The Economist, London, 4 de febrero, http://www.economist.com/news/briefing/21716612-vladimir-putin-could-do-...
En una entrevista a Donald Trump, Bill O`Reilly de Fox News describió a Vladimir Putin como un asesino. Ante ello, Trump dijo que había un montón de asesinos, y preguntó si su país era tan inocente.
Esto causa interés debido a que la administración del nuevo presidente de Estados Unidos prevé un gran trato diplomático con Rusia que abarca el control de armas, la lucha contra el terrorismo, el estado de Crimea, y sanciones económicas en el contexto de la relación con China.
Los republicanos consideran a Putin como un gángster, lo que significa que cualquier negociación se enfrentará a la oposición del Congreso y, en algunos casos, del propio gabinete de Trump.
Lo primero que parece que quiere Trump es un aliado contra el llamado Estado Islámico (IS). Su idea de que las fuerzas rusas han estado combatiendo al IS en Siria es errónea: han bombardeado en su mayoría a otros oponentes de Bashar al-Assad, que es socio de Putin.
Rusia no tiene necesidad de trasladar tropas terrestres a Siria debido a que sus fuerzas están en alianza de facto con Irán y la organización Hezbollá, lo cual pone de relieve las marcadas diferencias entre Estados Unidos y Rusia. Putin actúa en una complicada mezcla de brutalidad, cinismo y pragmatismo culturales; y la relación de Rusia con Irán, aunque tensa, es más matizada de lo que Estados Unidos parece darse cuenta. Irán es vecino de Rusia a través del Mar Caspio y el Cáucaso. Los dos compiten por la influencia en la zona y en Asia Central. Esta proximidad hace a Putin ser cauteloso acerca de confrontar a los iraníes.
Como dice Nikolay Kozhanov de la Universidad Europea de San Petesburgo, los rusos tienen intereses en juego que los estadounidenses no, incluyendo proyectos de energía y oleoductos en la zona del Caspio.
Stephen Bannon, uno de los asesores de Trump, ve a China como un adversario importante. Putin comenzó a relacionarse con Asia a mediados de los años 2000, y cuando las sanciones occidentales sobre las incursiones de Rusia en Ucrania en el 2014 comenzaron a causar problemas, China se convirtió en una valiosa fuente de crédito.
Detener las sanciones de Occidente es el elemento más evidente en la agenda de Rusia en su relación con la presidencia de Trump, lo que tendría el doble efecto de ayudar a la economía rusa y dividir a los aliados de Estados Unidos.
Sin embargo, otras cosas pueden importar más a Putin. En primer lugar una alianza antiterrorista en una lucha contra un enemigo en común como lo es el Estado Islámico. En segundo lugar, Rusia quiere detener cualquier expansión adicional de la OTAN después de la adhesión de Montenegro a esa organización. En tercer lugar está el reconocimiento de Crimea como territorio ruso, junto con un veto de facto sobre el futuro de Ucrania. Se podría instar a Petro Poroshenko, el presidente de Ucrania, a tolerar la influencia de Rusia en el este, lo cual podría provocar un colapso del gobierno en Kiev. En cuarto lugar se encuentra el fin de la “política mundial” de Estados Unidos, y un claro reconocimiento de las esferas de influencia de los dos países. La oposición de Trump a la acción global contra el cambio climático puede ser muy útil para Rusia que depende en gran parte de sus exportaciones de gas y petróleo.
Para Rusia, el valor ideológico de la victoria de Trump es enorme. Se elimina una de las mayores amenazas para el poder de Putin: la atracción de Estados Unidos como un sistema de gobierno alternativo al modelo autoritario que ha construido.
Para Putin, la desventaja de la victoria de Trump es que le impide catalogar a Estados Unidos como un enemigo. Ahora es posible que propagandistas rusos presenten a Trump como un aliado en la lucha mundial entre nacionalistas razonables y liberales decadentes occidentales.
Se muestra una gráfica a partir de 1991 a la fecha con los presidentes de Estados Unidos y Rusia que han estado en cada periodo y el porcentaje de opiniones favorables de cada uno de los países en relación al otro. Además se muestran acontecimientos importantes en la relación de ambos estados durante el mismo periodo.
El debate sobre un eventual acercamiento entre Estados Unidos y Rusia puede tener efectos en la geopolítica mundial. La visión liberal enfatiza el fortalecimiento de Rusia que derivaría de tal acercamiento. Sin duda, este tema será una de las grandes pruebas del gobierno de Trump: primero por ver si se trataba solamente de una promesa de campaña y segundo, si su gobierno será capaz de doblegar las numerosas resistencias a dicha alianza.
¿Estamos frente a un cambio histórico en que el nacionalismo afectará la internacionalización o será un accidente político reabsorbido rápidamente por el sistema liberal?