Oil companies. In the dark ages. Supermajors suffer from self-inflicted wounds as well as falling oil prices

Cita: 

The Economist [2016], "Oil companies. In the dark ages. Supermajors suffer from self-inflicted wounds as well as falling oil prices", The Economist, London, 6 de febrero, http://www.economist.com/news/business/21690045-supermajors-suffer-self-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 6, 2016
Tema: 
La caída de los ingresos y las ganancias de la industria petrolera
Idea principal: 

Debido a la avalancha de reportes grises que muestran que los ingresos y las ganancias de la industria petrolera han caído significativamente desde hace tiempo (empresas como British Petroleum incluso reportan grandes pérdidas) algunos altos ejecutivos del sector admitieron que "la industria del petróleo y el gas está necesitada de su propio renacimiento".

Para poder mantener los pagos de dividendos que habían prometido, estas grandes compañías están teniendo que recortar su plantilla, sus costos y su gasto de capital. Además, han tenido que endeudarse cada vez más. Esto ha dado como resultado que Standard & Poors y otras agencias calificadoras hayan reducido la calificación de Chevron y Shell por el aumento en su riesgo crediticio, y están evaluando hacer lo mismo con British Petroleum y ExxonMobil.

La situación por la que atraviesa la industria petrolera no se debe sólo a la baja en los precios del petróleo (factor que sin duda ha sido importante para convertir a esta industria en un "gigante que no genera ganancias", pero que no explica la disminución de los rendimientos de las petroleras pues dicha disminución inició antes de que los precios del crudo alcanzaran sus máximos) sino también a errores cometidos mientras los precios del petróleo estaban en su punto más alto, cuando las compañías petroleras "malgastaron el boom en vanidosos proyectos destinados a aumentar la producción, con muy poco interés por la obtención de ganancias". Los elevados precios del petróleo de la década pasada llevaron a las petroleras a invertir en la búsqueda de petróleo de difícil acceso, que ya no es rentable extraer a los precios actuales del crudo. A esto se añaden las disminuciones en la productividad que se deben al aumento en el precio de los insumos para la producción de petróleo y a la "pura ineficiencia", y que se manifiestan en el hecho de que entre 1996 y 2014 los costos de capital por barril extraído se han cuadruplicado.

Los defensores de la tecnología esperan que esta crisis estimule una nueva revolución tecnológica que permitiría a la industria petrolera superar sus dificultades. "Por ahora, sin embargo, sobrevivir es la prioridad".

Nexo con el tema que estudiamos: 

La industria petrolera es una de las industrias estratégicas en el capitalismo contemporáneo. A su alrededor se ha construido toda la civilización material del capitalismo en los siglos XX y XXI. Por ello, el estado de la industria petrolera es un buen indicador de la "salud" con que se desarrolla la acumulación del capital. La crisis por la que atraviesa la industria petrolera (que es una crisis que se manifiesta en la caída de los ingresos y las ganancias, en las dificultades a la valorización, etcétera) es una manifestación de la grave crisis en que se halla la acumulación mundial del capital desde la crisis que inició en 2007-2008.

La crisis de la industria petrolera se manifiesta también en que la incorporación de los avances científicos como desarrollo tecnológico a la producción se encuentra relativamente estancada. En este sentido, la posibilidad de una "nueva revolución tecnológica" a la que alude The Economist posibilitaría el relanzamiento de la rentabilidad del capital y podría sentar las bases para que el capital salga de la crisis de valorización en que se encuentra.