Falling bank shares. A tempest of fear. European banks are in the eye of a new financial storm

Cita: 

The Economist [2016], "Falling bank shares. A tempest of fear. European banks are in the eye of a new financial storm", The Economist, London, 13 de febrero, http://www.economist.com/news/business-and-finance/21692863-european-ban...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 13, 2016
Tema: 
La caída en el precio de las acciones de los bancos a nivel mundial y las nuevas regulaciones adoptadas en la Unión Europea para los rescates bancarios
Idea principal: 

“Si el inicio del año ha sido desesperante para el mundo de los mercados de valores, ha sido verdaderamente desastroso para las acciones de los bancos”. La caída del precio de las acciones ha sido estrepitosa en todas las latitudes del primero de enero al primer tercio de febrero: 19% en Estados Unidos, 36% en Japón, 31% en Italia y un espeluznante 60% en Grecia. En la Unión Europea, el índice bancario europeo ha caído en 24%. Este nerviosismo ha afectado a bancos de todos los tamaños en Europa, alcanzando incluso a gigantes como el Deutsche Bank, Barclays y Credit Suisse.

La debilidad de los bancos europeos es especialmente decepcionante dados los esfuerzos emprendidos para robustecerlos por medio de acciones de capitalización y de una regulación más estricta. Las causas de la caída en el precio de las acciones son diversas: la preocupación por el futuro de la economía mundial, las perspectivas de crecimiento global a la baja, la expectativa de que las tasas de interés negativas impuestas por los bancos centrales para estimular las economías minarán las ganancias de los bancos. Esto último inquieta particularmente a los inversionistas en los bancos europeos, quienes temen que el Banco Central Europeo reduzca su tasa de interés aún más –incluso por debajo de cero– siguiendo el ejemplo del banco central de Suecia, que recientemente redujo su tasa de interés de -0.35% a -0.5%, acelerando la caída de las acciones de los bancos suecos.

Sin embargo, el mal momento por el que atraviesan los bancos europeos tiene raíces más profundas. “El problema fundamental es que hay demasiados bancos en Europa y que muchos no son suficientemente rentables porque se han aferrado a modelos de negocios defectuosos. Los bancos de inversión europeos carecen de los profundos mercados internos de capital que dan la ventaja a sus competidores estadounidenses”. Esta situación pone a los bancos europeos en una desventaja ante los marcos regulatorios más estrictos adoptados tras la crisis financiera.

En Italia, la situación se complica aún más por el elevado peso –que ha venido aumentando en los últimos años– que en el sistema bancario en su conjunto tienen los “malos préstamos”. No obstante, no es nuevo el hecho de que los bancos italianos tienen un elevado nivel de préstamos que de baja calidad. Lo que sí es nuevo es el marco regulatorio europeo para hacer frente a los bancos en problemas, el cual cambia la carga de los rescates de los contribuyentes hacia los acreedores que son rescatados cuando las dificultades se presentan. “Estas reglas, que han entrado plenamente en vigor este año (unos cuantos países las aplicaron desde 2015), significan que los grandes tenedores de bonos y depositantes con balances superiores a los 100 000 euros pueden ser ‘picados’ cuando los bancos son rescatados”.

Los tenedores de bonos de los bancos comúnmente son inversionistas institucionales, pero en Italia la situación es distinta: buena parte de los bonos bancarios están en manos de clientes minoristas que tuvieron como un estímulo para invertir un tratamiento fiscal favorable. Estos bonos minoristas podrían ser vulnerables si los bancos estuvieran cortos de capital. “Este peligro fue subrayado el año pasado [2015] cuando cuatro bancos pequeños fueron rescatados de forma presurosa para evitar las condiciones de rescate bancario más estrictas de este año”. Esta situación produjo pánico y tensión entre los pequeños tenedores de bonos en Italia, quienes aún podían ser rescatados bajo las nuevas reglas pero ya no bajo las nuevas. En este contexto “Ignazio Visco, gobernador del banco central, ha dicho que una transición menos abrupta hacia un nuevo régimen de rescates bancarios hubiera sido mejor”.

La nueva reglamentación más estricta ha limitado la capacidad del gobierno italiano para calmar generar tranquilidad entre los inversionistas al extirpar los préstamos nocivos del sistema bancario. “La frustración con las limitaciones dictadas por Europa sobre el intento de Italia para poner en orden a sus bancos es una de las razones por las que Renzi [Primer Ministro de Italia] ha estado haciendo ataques punzantes a Alemania por la forma en que controla la zona euro”. Esta tensión política está generando temor sobre el futuro de los bancos italianos.

“Al buscar transferir el riesgo de la quiebra de los bancos de los contribuyentes a los acreedores, los hacedores de política europeos pudieron haber pensado que estaban despolitizando a los bancos. En la periferia de la zona euro, sin embargo, la política nunca es periférica”.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La política dominante seguida por los estados para hacer frente a la crisis se basa en el supuesto implícito de que la crisis capitalista contemporánea es una crisis pasajera, puramente económica y financiera, resultante de errores y excesos por parte del sector financiero, que puede ser superada por medio de reformas que pongan límites a los excesos de este sector. Es necesario captar que la crisis capitalista no es pasajera, accidental ni unidimensional, sino estructural y multidimensional: es una crisis del capitalismo in toto, como proyecto civilizatorio. Toda alternativa política que busque hacer frente a la crisis actual debe tener de fondo un balance del carácter total de la crisis capitalista.

Es significativo que en algunos países se tomen medidas, así sean tímidas, para frenar la financiarización, partiendo del sentido común de no socializar las pérdidas privadas a través de los rescates bancarios. Seguir prestando atención a la posibilidad de un quiebre sistémico provocado por el hundimiento de los bancos.