"Industry in China. The march of the zombies. China’s excess industrial capacity harms its economy and riles its trading partners
The Economist [2016], "Industry in China. The march of the zombies. China’s excess industrial capacity harms its economy and riles its trading partners", The Economist, London, 27 de febrero, http://www.economist.com/news/business/21693573-chinas-excess-industrial...
Recientemente el ministro chino de comercio, Gao Hucheng, sostuvo que “la sobre-oferta es un problema global, y un problema global requiere esfuerzos colaborativos por parte de todos los países”. Lo dicho por Hucheng es una respuesta ante la negativa mundial frente a la marea alta de exportaciones industriales chinas en la que se sugiere que la sobre-oferta es culpa de todos los países. “La sobre-oferta es de hecho un problema global, pero no precisamente en el sentido en que lo implica Gao”. La sobre-oferta mundial no es resultado de un exceso de capacidad generalizado en todos los países sino de un exceso de capacidad industrial en China. La inmensa masa resultante de exportaciones chinas que está inundando los mercados por doquier, contribuye a generar presiones deflacionarias y amenaza a los productores de todo el mundo.
La capacidad industrial excedente de China es inmensa. Por ejemplo, en la industria del acero, la capacidad excedente de China, es más grande que toda la producción de acero de Japón, Estados Unidos y Alemania juntos. Asimismo, se calcula que en la década de 2004 a 2014 la producción mundial de acero se elevó en 57% y que la producción china representó el 91% de ese incremento. “En industria tras industria, del papel a los barcos y al vidrio, la imagen es la misma”. La expansión de la capacidad industrial china continúa aun cuando la demanda interna en este país se contrajo fuertemente.
De acuerdo con información de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, la capacidad industrial excedente surgió a partir de 2008. Una encuesta hecha por el banco central chino revela que la capacidad industrial utilizada ha “disminuido considerablemente”. La capacidad industrial excedente es mayor en la industria pesada que en el resto de las industrias.
Se ha hablado mucho sobre la inmensa inversión inmobiliaria en China en años recientes y sobre las “ciudades fantasmas”, pero poco se ha hablado sobre la “grotesca sobre-inversión en bienes industriales” que también ha tenido lugar y que ha sobrepasado por mucho la inversión en inmuebles. “Esta comilona ha dejado vulnerables a la desaceleración a muchas empresas de propiedad estatal, convirtiéndolas en zombies que no arrojan ninguna ganancia”: en 2015, por primera vez desde 2000, las empresas industriales chinas reportaron una menor masa de ganancias que el año anterior; además, los retornos sobre los activos de las empresas estatales equivalen a un tercio de los de las empresas privadas y a la mitad de los retornos de las empresas de propiedad extranjera en China. Según el Deutsche Bank un tercio de las empresas que están contratando más deuda para hacer frente a sus pagos de préstamos se ubican en industrias con sobre-capacidad.
“La raíz de este desastre está en la respuesta de China ante la crisis financiera de 2008”. Tras la crisis se invirtió de forma indiscriminada en las empresas estatales de infraestructura e industria pesada. La sobreproducción que esto trajo consigo genera enormes problemas para China, pues empuja fuertemente a la baja los precios al productor, que en enero vieron su mes número 47 de caída consecutiva. Los precios de los productos a la baja generan mayor presión sobre las ya de por sí endeudadas empresas estatales.
La buena noticia para China es que se ha reconocido públicamente que hay un problema. Recientemente, el Consejo de Estado declaró que hacer frente a la sobre-capacidad es una prioridad nacional. La mala noticia es que tres de las medidas emprendidas no están contribuyendo nada para mejorar las cosas. Una alternativa seguida por las empresas zombies chinas fue exportar su capacidad excedente; sin embargo, las fricciones comerciales -con la Unión Europea, con Estados Unidos, con India- que ya existían han dificultado que esto suceda y se han exacerbado aún más. Otra posibilidad que se ha intentado par salir del atolladero es seguir estimulando la demanda interna con crédito; no obstante, seguir prestando mientras las ganancias caen sólo empeoraría el problema y retardaría la recuperación. Una tercera medida ha sido “impulsar la consolidación entre las empresas estatales”; sin embargo, no hay evidencia de que la capacidad excedente se elimine como resultado de ello.
Otra medida que se ha buscado impulsar ha sido el cierre de las empresas que sean inviables. Esta medida ha encontrado una fuerte oposición por parte de los gobiernos locales, que reciben buena parte de sus ingresos de los impuestos a las empresas, por lo que son reacios a cerrar empresas locales aun cuando estas sean ineficientes y no sean rentables. También están temerosos ante el riesgo de una agitación social como consecuencia de los despidos masivos. Para superar esta oposición, el gobierno central tendría que dar presupuestos más generosos a los gobiernos locales, de tal forma que se compense la pérdida de ingresos fiscales resultante de las quiebras, así como políticas de protección para los trabajadores afectados.
Algo paradójico respecto de la situación de China es que la capacidad excedente ha enmascarado la efectiva modernización que se ha llevado a cabo en muchas industrias, cuya nueva capacidad instalada en los años más recientes ha consistido en tecnologías avanzadas que reducen los costos de producción, que son más eficientes y que reducen el impacto ambiental de la producción industrial. De este modo, cuando la vieja capacidad industrial de China se supere, este país tendrá una industria mucho más moderna. “La pregunta es, ¿cuánto tiempo tomará esto?”.
“La capacidad excedente en la producción de acero en China, por ejemplo, es más grande que toda la producción de acero de Japón, Estados Unidos y Alemania juntos”.
Se calcula que en la década de 2004 a 2014 la producción mundial de acero se elevó en 57% y que la producción china representó el 91% de ese incremento.
En enero de 2016, el índice de precios al productor en China registró 47 meses de caída consecutiva como consecuencia de la sobreoferta que trae consigo el exceso de capacidad industrial.
El argumento liberal oscila entre la admiración y la condena de las empresas de propiedad estatal. Éstas encarnan tanto una forma híbrida de gobernanza: control centralizado desde la burocracia estatal y exigir rentabilidad en el corto plazo. Lo esencial del tema es el carácter estratégico de estas empresas en tanto punta de lanza de la proyección mundial de China. El tema de la sobreproducción abre una importante veta de investigación sobre el capitalismo decadente: ya no hay mercados posibles para una producción tan extensa y concentrada como la que caracteriza a actividades como la producción mundial de acero. Las vías de reestructuración son bien conocidas: destrucción de capital y diversificación productiva. Debajo de ello, se debe observar quién conserva bases mínimas de producción y quién elige apostar por comprar en el mercado mundial...