The oil market. $20 is the new $40. Why the oil price has plunged
The Economist [2016], “The oil market. $20 is the new $40. Why the oil price has plunged”, The Economist, London, 16 de enero, http://www.economist.com/news/finance-and-economics/21688446-why-oil-pri...
Desde inicios de año, el precio del barril de petróleo ha tomado por sorpresa incluso a aquellos que especulan con precios bajos, cayendo hasta un 18%. El 12 de enero, el West Texas Intermediate (WTI), el punto de referencia estadounidense de crudo, cayó brevemente por debajo de los 30 dólares por barril, su nivel más bajo desde 2003. Por otra parte, al día siguiente una incipiente recuperación fue desechada por la noticia de que los acervos estadounidenses de crudo y productos petrolíferos habían alcanzado los 1 300 millones de barriles, un nuevo récord. Grandes empresas se están viniendo abajo; British Petroleum anunció esta semana fuertes recortes de empleos, además Petrobras, la petrolera estatal brasileña, redujo las inversiones planificadas.
Algunos de los factores que afectan más que la oferta y la demanda son los precios que se proyentan a niveles muy bajos. Por ejemplo, el banco Standard Chartered dijo que el petróleo necesitaría caer tan bajo, a un precio de 10 dólares por barril, antes de que los especuladores admitieran que habían ido demasiado lejos. Pero todo esto parecen simplemente conjeturas. Tal es el nivel de incertidumbre, que los contratos de derivados estadounidenses vinculados a entregas, según cifras oficiales, implican un precio del petróleo de 25 a 56 dólares por barril.
Neil Atkinson, de la Agencia Internacional de Energía, realizó algunos pronósticos, encontrando en el mercado de petróleo un comportamiento a la baja, especialmente en lo que se refiere al consumo, que fue uno de los pocos factores que apoyaron los precios del barril el año pasado. Asimismo, en la última quincena se ha producido una caída en la venta de petróleo simultáneamente a una caída en el mercado de valores chinos y el yuan; algunos inversores creen que lo anterior refleja la debilidad de la economía de China y, por tanto también de la demanda de petróleo. Aunque el Sr. Atkinson reconoce esa posibilidad, cree que este riesgo suena exagerado, pues cifras del 13 de enero muestran que China importó un récord de 6,7 millones de barriles de crudo diario en 2015.
Sin embargo, el problema se observa de manera general, y es que aparte de India y China, la demanda de crudo no parece prometedora en ningún lugar este año. Resulta poco probable que Europa incremente su demanda de petróleo de 2015. Por otra parte, aunque la economía de Estados Unidos continúa creciendo, el endurecimiento de las normas de eficiencia en los combustibles no permite que crezca la demanda. Asimismo, por parte de los conductores en Medio Oriente, donde el uso del combustible aumentó el año pasado, son más propensos a mantener sus coches fuera de la carretera desde que sus gobiernos aumentaron los precios de la gasolina o eliminaron los subsidios de combustibles para apuntalar las finanzas públicas. De esta forma anota Atkinson: “ahora hay considerables incertidumbres sobre el crecimiento de la demanda de petróleo a nivel mundial”.
Agregado a lo anterior, los productores no están reduciendo la producción como se espera. La última derrota proviene de una reunión de la OPEP a principios de diciembre en la que la organización de productores abandonó las cuotas de producción. Arabia Saudita, que solía contener la producción para poder rescatar los precios del petróleo por barril, se niega a continuar desempeñando ese papel, y en su lugar está empeñada en expulsar a los productores de costos altos. Los funcionarios saudíes afirman que esperan que el precio del petróleo se recupere a finales de este año o a principios de 2017, ya que la producción mundial empieza a rezagarse detrás de la demanda. El declive es natural, a medida que los campos de extracción se agotan y la producción se reduce 5% al año. A ello hay que añadir los efectos que podrían tener las reducciones en las nuevas perforaciones realizadas por las petroleras.
Por otra parte, continúa la incertidumbre sobre la cantidad de petróleo que Irán exportará cuando se levanten las sanciones impuestas por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Lo que es más, anota Atkinson, el costo de producción ha aumentado desde el año pasado a partir de los pozos petroleros de alto costo en el Golfo de México. "El hábito de la industria es continuar produciendo durante el mayor tiempo posible. Cualquiera que se detenga primero, entrega su línea de vida a sus competidores", dice.
La producción en Estados Unidos está disminuyendo, principalmente gracias a los recortes de los productores de esquisto. Con los precios del crudo a 30 dólares por barril, los petroleros estadounidenses tendrán una tarea aún más dura para apuntalar la producción perforando nuevos pozos y se enfrentarán a una presión adicional con los banqueros por reducir su endeudamiento. AlixParters, una consultora que asesora a empresas con problemas en sus finanzas, afirma que podría haber quiebras en 2016. Se prevé una brecha de financiamiento de 102 000 millones de dólares entre los flujos de fondos proyectados por las compañías petroleras estadounidenses y sus pagos de intereses y gastos de capital, frente a los 83 000 millones de dólares que se financiaron durante 2015. Asimismo, la consultora afirmó que el descenso podría ser uno de los más severos y prolongados de la historia.
A pesar de los grandes recortes, éstos aún insuficientes para reducir el exceso de producción de crudo. Los inventarios mundiales están en su récord máximo, según la Energy Information Administration (EIA), una agencia del gobierno estadounidense, la cual predice que aumentarán a 700 000 barriles por día antes de que la oferta y la demanda empiecen a equilibrarse en 2017.
La EIA agregó que el almacenamiento en Cushing, Oklahoma, puede contener 73 millones de barriles, y hasta el momento se encuentran en un récord máximo de 64 millones de barriles. Brian Busch de Genscape, un recolector de datos de la industria, afirma que en China sucede una situación similar con los barcos que transportan el petróleo, pues éstos deben esperar anclados en el mar porque los tanques de almacenamiento suelen estar llenos. Basado en el alto nivel de existencias, Busch piensa que podría tomar hasta un año y medio antes de que culmine la tendencia del precio a la baja en el mercado. La única certeza es que cuanto más rápido caiga el precio del petróleo, más pronto llegará ese día.
El gráfico presentado en el artículo explica que, mientras las reservas de barriles de crudo crecían en los países miembros de la OCDE, el precio del crudo BRENT por barril disminuía en el periodo posterior a la Gran Recesión de 2008.
Dada la importancia del petróleo, las oscilaciones de precios tienen impactos geopolíticos relevantes. La caída del precio del crudo ha afectado a los productores con costos más altos y aumentando las presiones financieras sobre el conjunto de la industria. Se advierte una creciente acumulación de reservas, en particular por parte de los mayores consumidores. La industria pasar por una turbulencia peculiar pues se sobrexplotan los campos y se aumenta la producción aunque los precios sean bajos, lo que no dejará de afectar a los productores más débiles, conduciendo a una mayor concentración industrial o al menos de las fuentes petroleras.