En la parte más intensa de la crisis financiera, en Estados Unidos la venta de vehículos disminuyó en 10 millones de unidades, la recuperación ha sido rápida, las ventas de automóviles alcanzaron 16.5 millones en el 2014 (la más alta desde 2006). Analistas calculan que si hay más ganancias en los próximos años serán modestas, a pesar de los créditos baratos, gasolina barata y el aumento del empleo, ya que la compra de automóviles ha alcanzado su pico. Brian Johnson lo adjudica a que las personas demasiado jóvenes son reacios a poseer un auto y que además éstos son hechos para durar. La industria tiende a aumentar la capacidad instalada ociosa y acabará por rematar los autos con tal de reducir sus stocks. Ford y General Motors tienen mucho dinero en efectivo que permitiría una batalla de incentivos. Chrysler se ha reforzado mediante la fusión con Fiat, y el grupo está tratando de impulsar las ventas de sus marcas italianas en América. Los tres fabricantes de automóviles de Detroit pronto podrían enfrentarse para mantener la cuota de mercado. Éstas empresas dominaron en su casa hasta que aparecieron los coches baratos y fiables de Japón en la década de 1980. Los fabricantes de automóviles asiáticos representan actualmente las dos quintas partes (40%) de todos los vehículos vendidos. A Nissan, Toyota y Honda, se ha unido en los últimos tiempos Hyundai de Corea del Sur. Volkswagen de Alemania también está haciendo un esfuerzo renovado en Estados Unidos, donde ha tenido problemas hasta ahora. El tamaño no lo es todo. Volkswagen obtiene gran parte de sus beneficios de su marca más cara, Audi; el mercado de coches de lujo en Estados Unidos está dominado por BMW, Mercedes de Alemania y de Lexus de Toyota. Audi ha desplazado el Cadillac de General Motors del cuarto lugar. Lincoln de Ford está muy por detrás.
Los 3 fabricantes estadounidenses tienen más preocupaciones en el extranjero que en su país. Morgan Stanley señala que 10 millones de coches al año se venden en países donde las ventas por exportaciones de petróleo seguramente van caer igual que sus economías. En Europa se espera alcanzar por fin niveles de rentabilidad y el mercado chino está estancado.