Playing with fire. Google runs into more flak on artificial intelligence. Its employees have won concessions on AI work for America's military
The Economist [2018], "Playing with fire. Google runs into more flak on artificial intelligence. Its employees have won concessions on AI work for America's military", The Economist, London, 16 de junio, https://www.economist.com/business/2018/06/16/google-runs-into-more-flak...
Las técnicas de inteligencia artificial (IA) de la empresa Google se están volviendo más poderosas y más importantes para su negocio. Pero el uso de IA también está generando controversias, tanto entre sus empleados como en la comunidad de IA.
A partir de un contrato firmado en 2017 entre Google y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, Google ofrece servicios de inteligencia artificial para analizar imágenes militares, lo cual mejora la precisión de los drones militares. Sin embargo, en mayo de 2018, miles de empleados de Google firmaron una petición de protesta contra el contrato, al menos 12 personas renunciaron. El 1 de junio, la jefa de negocios, Diane Greene, concedió que la firma no renovaría el contrato cuando expire el próximo año.
Google también publicó un conjunto de siete principios que promete que guiarán su uso de la inteligencia artificial. Estas incluyeron que la tecnología debe ser “socialmente beneficiosa” y “construida y probada para la seguridad”. Además, se comprometió a solo proceder cuando crean que los beneficios superan sustancialmente los riesgos. También estableció que se evitará el suministro futuro de servicios de inteligencia artificial para alimentar armas inteligentes o técnicas de vigilancia violatorias de normas.
El hecho de que Google se retirara se debe en parte a que el talento de IA proviene en gran medida de los departamentos de informática de las universidades estadounidenses. Como el talento de IA es escaso, la empresa tiene que prestar atención a los principios de los institutos y universidades de donde salen las y los científicos, a menos hasta cierto punto.
Además, existe otro problema: el pasado 7 de junio (2018) se hizo público un lote de solicitudes de patentes hechas por DeepMind, una compañía hermana de Google con sede en Londres. Muchos advirtieron que las patentes tendrían un efecto de enfriamiento en otros innovadores en el campo de la Inteligencia Artificial, esto porque las patentes aún no se han otorgado, de hecho pueden no ser otorgadas, pero la solicitud va contra las normas de apertura y uso compartido de tecnología de la comunidad de AI. La defensa ante estas acusasiones de Google es que no tiene un historial de abuso de patentes, y que en realidad archiva este lote de solicitudes de patentes como una defensiva para protegerse de los futuros trolls de patentes.
Cualquiera que sea la intención de Google, hay indicios de que la comunidad de IA puede ampliarse en un futuro y perder su homogeneidad.
-Muchos de los institutos y universidades de donde salen las y los científicos de IA son liberales y antibelicistas, lo que puede ponerlos en oposición directa con ciertos proyectos de las empresas.
-Se están creando nuevos caminos para unirse a la élite de la Inteligencia Artificial, además de la reciente creación de un doctorado en ciencias de la computación, ahora los aspirantes pueden tomar cursos ofrecidos por empresas como Udacity, una empresa de educación en línea. Las grandes empresas tecnológicas también ofrecen residencias para enseñar técnicas de IA a trabajadores de diferentes orígenes.
La relación que establecen las grandes empresas de tecnología con los departamentos de seguridad de los Estados tiene mucho que ver con el desarrollo de alta tecnología que sea utilizada para la guerra. En este caso Google, siendo el gigante tecnológico que es, al tener relación directa con el Departamento de seguridad de Estados Unidos deja clara la relación que hay entre el capital y el gobierno estadounidense, son intereses conjuntos, que ambas partes sacan provecho. El hecho de que las y los trabajadores se manifestaran contra este acuerdo y que Google haya decidido no renovarla, no quiere decir que los contratos entre la empresa y el gobierno estadounidense vayan a terminar, de hecho, quizás ahora los realicen de una forma mucho más discreta.