Parece que en las conferencias de tecnología se está anunciando un nuevo movimiento tecnológico. Nuevas empresas están proliferando, lanzando nuevas monedas criptográficas a través de una oferta inicial de monedas (ICO) para obtener financiamiento. La empresa Blockstack ha hecho lo mismo, sin embargo, su objetivo principal es utilizar la tecnología para lograr la descentralización del comercio en línea para que las personas puedan hacer negocios “en sus propios términos”. Pero para lograr este objetivo tiene que derrocar al régimen digital existente, llamado Web 2.0, el cual continúa fortaleciéndose, pero podría suceder como en otras ocasiones que después de unas décadas, la parte más rentable de la tecnología de la información termina por reducir costos drásticamente.

El uso de los datos es una nueva herramienta de la informática que viene con fuerza. Las aplicaciones en línea incluyen la interfaz de usuario, el código y los datos. Como el caso de Facebook, el controlar los datos le dan poder a la empresa. Los usuarios son libres de cambiarse a otro servicio, pero al hacerlo perderían toda la información. Contrario a esto, en el nuevo mundo de Web 3.0, la interfaz, el código y los datos están destinados a mantenerse separados. Lo cual permitiría que los usuarios pudieran decidir qué aplicación puede acceder a su información.

Ya han habido intentos parecidos en el pasado y han fracasado, sin embargo, en 2009 esto cambió con la invención de Bitcoin y la cadena de bloques, la tecnología que subyace a la criptomoneda. Aunque ahora Bitcoin se usa principalmente para especular, la criptomoneda se puede ver como dapp*. Los titulares de la moneda usan un software llamado “billetera”, que es un navegador para la cadena de bloques, la cual es una estructura de datos en la que la información se agrupa en conjuntos, la cual lleva las claves criptográficas necesarias, para hacer un seguimiento de sus activos y transferir dinero.

Otro campo importante es el almacenamiento digital descentralizado. Uno de estos esfuerzos es Solid, un proyecto dirigido por Sir Tim, que presenta “módulos de datos” individuales donde la gente guarda su información. Sin embargo, los dapps reales todavía son pocos y distantes, no hay un servidor central para enumerar lo que se ofrece y para procesar las transacciones; en su lugar, los compradores y vendedores descargan un software que puede resolver las cosas directamente entre ellos.

Para la descentralización se necesita mucha innovación institucional. Si el bloque de cadenas se va a administrar sin administradores centrales, otros tendrán que manejar la tarea. Los proyectos Web 3.0 son como minieconomías, con una moneda y un sistema de gobierno y los líderes del proyecto no tienen más remedio que convertirse en reguladores.

Antes existía la dificultad por la inexistencia de un protocolo, históricamente estos habían sido desarrollados por investigadores y luego mantenidos por organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, cuando Internet se generalizó y el dinero estuvo de por medio, las cosas se volvieron más complejas. Y es que los intereses comerciales dificultan la búsqueda de consenso, y los ingenieros prefieren unirse a las empresas de internet de rápido crecimiento que crean aplicaciones.

Sin embargo, el fundador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, creó un “modelo criptoeconómico” basado en la promesa a los ingenieros de una recompensa monetaria por su trabajo de reducción de números. Ahora muchos proyectos Web 3.0 han desarrollado sus propios modelos criptoeconómicos, la idea es reemplazar una empresa centralizada por una organización descentralizada, unida por incentivos creados por un token, una especie de “cooperativa criptográfica”.

Sin embargo, algunos modelos solo tienen la intención de crear un mercado próspero, como el caso de CryptoKitties. Otros proyectos son más ambiciosos como Filecoin, que busca ser un mercado en el que se cambie el espacio de almacenamiento digital por un token digital del mismo nombre. Pero el modelo criptoeconómico más elaborado es Steemit, un foro en línea que recompensa a sus usuarios registrados por publicar contribuciones o calificar contenido con dinero real en forma de "steem", otro tipo de token. Y sobre la toma de decisiones en estas empresas criptográficas, puede resultar muy complicado. Por eso algunos proyectos más nuevos de blockchain están planeando codificar sus procesos de toma de decisiones en el software en forma de contratos inteligentes, un método conocido como “gobierno en la cadena”.

Los proyectos de Web 3.0 deben resolver una serie de problemas prácticos antes de realmente despegar. Entre ellos es el que se conoce como “escalabilidad”, lo que significa que los blockchains no pueden tratar con un gran número de usuarios. El máximo es alrededor de diez transacciones por segundo, en comparación con las miles que puede manejar un sistema de pago centralizado. De hecho, muchos proyectos de blockchain son bastante centralizados. Casi toda la minería bitcoin ocurre en China y está controlada por unas pocas firmas. Y la propiedad simbólica a menudo también se concentra.

*Una dapp es una aplicación descentralizada, que a diferencia de las aplicaciones actuales, no requieren un intermediario para funcionar o para administrar la información de un usuario.