Existió durante cerca de dos milenios una especie de integración África-Europa, que durante el siglo XX se fue diluyendo por tres acontecimientos cruciales:El surgimiento de potencias europeas sin colonias, la posición neutral de África en el periodo de la Guerra fría y el giro de Europa rumbo al mercado asiático.

No obstante, pese a la poca atención que se le presta, Europa se encuentra a las puertas de una integración a largo plazo con África. Las oleadas actuales de migración africana son sólo un preludio. La mayor parte africanos que migran a Europa son aquellos que cuentan con más recursos para atravesar el Mediterráneo, si se considera un mayor desarrollo económico africano a futuro, el éxodo migrante crecería aún más. Una hipótesis que Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha puesto atención citando la obra "The Rush to Europe" de Stephen Smith, basada en un modelo de migración como el de México a Estados Unidos, proyecta que para 2050, una cuarta parte de la población europea será de origen africano.

En otros ámbitos también se está ejerciendo influencia africana. En el mar Mediterráneo, donde Europa tiene sus puertos más importantes, África juega un papel cada vez más determinante en el área en términos de comercio, la industria europea extrae cada vez más minerales nigerianos y liberianos y se tiene proyectado un plan para construir plantas solares que alimenten a Europa de energía limpia.

Existe también preocupación por la seguridad, a partir de la primavera árabe, el contrabando de drogas y armas provenientes de África hacia Europa aumentó, mientras que los ataques terroristas en París y Bruselas en 2015 y 2016 fueron cometidos, en su mayoría por personas de origen africano. Esta preocupación se tradujo en una reunión en Salzburgo los días 19 y 20 de septiembre de 2018 en la que los líderes de la Unión Europea discutieron sobre cuestiones fronterizas y de plataformas de desembarque para reducir la migración desde el norte de África compensándolo con una pequeña ayuda a África. Angela Merkel propone una especie de Plan Marshall en África para frenar la migración, algo que se contrapone a la idea de que un mayor desarrollo económico alienta la migración, pues migran sus ciudadanos con recursos disponibles para hacerlo.

Alex de Waal, un experto en África de la Universidad de Tufts, propone un modelo de integración como solución a la crisis migratoria y de dependencia: Euráfrica, la cual consiste en principio, en aceptar la integración que en los hechos se está dando, luego, aumentar el papel de Europa como partidario y modelo de una África multilateral, es decir, promover un modelo de bloques de apoyo basados en la Unión Europea, como la Unión Africana.

Propone también rutas reguladas para los migrantes que viajan en ambas direcciones, algo que completaría el proceso auroafricano y que sería fundamental para la constitución de mano de obra africana requerida en Europa, sin dejar de mencionar la influencia cultural que esto implicaría.

Pese a que pareciera que el camino se bifurca entre dos opciones, Fortaleza Europea, que implica reducir la migración desde el norte de África a cambio de una modesta ayuda para paliar la pobreza, o Eurafrica, que forma parte del destino demográfico y cultural de Europa y la que parece más adaptable a la realidad.