Conseguir trabajo mediante plataformas en línea, para muchas personas es un intento de poder conseguir algo de seguridad económica, mientras que para algunos expertos no es mas que el surgimiento de un antiguo mal y una muestra del fracaso del capitalismo moderno.

Esta nueva forma de ofrecer empleo ha sido muy criticada, porque permite a las empresas disminuir la cantidad de empleados bien pagados por trabajadores independientes y muy baratos, y porque los empleados deben hacerse cargo de obligaciones que le competían a las empresas como el ahorro para cubrir su atención médica y su pensión para el futuro. Aparte de pasar por encima los derechos adquiridos por los trabajadores durante largo tiempo.

Y aunque pareciera que hay una gran explosión de personas que trabajan en estas empresas, aun no son suficientes para afirmar que son demasiadas, pues en países miembros de la OCDE en su mayoría desarrollados, la cantidad de puestos de tiempo completo que se redujo durante la crisis financiera de 2008 ha aumentado. De hecho, en Estados Unidos la antigüedad en los trabajos casi no ha cambiado en los últimos 30 años.

Pero esto no es suficiente para defender esta nueva forma de ofrecer empleo, que es también llamada economía de concierto, haciendo referencia a los beneficios que los conciertos aportan a la economía. Pues a pesar de los beneficios que pueden ofrecer a los consumidores con solo deslizar o dar click, y a los trabajadores con la reducción de tiempos muertos y espacios de autonomía. O de ser una forma en la que se pueden seguir obteniendo ganancias, cuando otras fuentes de empleo presentan un estancamiento, y de tener la capacidad de abrir nuevos mercados.

La economía de concierto no es perfecta, pues a pesar de sostener que solo son mercados neutros; es decir, que las plataformas se mantienen al margen en aspectos como la imagen y vestimenta, que los trabajadores deciden mostrar mientras están brindando el servicio a sus clientes, algunas plataformas siguen pidiendo a sus trabajadores portar uniforme, o mantener una buena calificación para evitar ser dados de baja. Lo que indica que su verdadero interés siempre ha sido mantener la calidad de sus servicios, pues siguen indicándoles cómo deben ser como trabajadores, incluso cuando ellos niegan ser empleadores.

Con este auge, Estados Unidos se propone crear una tercera categoría de trabajadores, que estaría en el medio de los autoempleados y los empleados. Sin embargo, los límites entre las clasificaciones no son muy claras y provocan confusiones. Mientras que, en países como Gran Bretaña, su tercera categoría, es donde el estatus legal de los trabajadores de conciertos está fortaleciéndose.

Pero siempre es mejor confiar en los mecanismos ya conocidos, como el mecanismo de mercado. Amazon lo hace subiendo el salario por arriba del mínimo en Estados Unidos y Reino Unido, mientras que la plataforma australiana ¨GigSuper¨ ofrece seguro médico a sus trabajadores de concierto. La competencia entre empresas puede ayudar, al igual que el tercer y último mecanismo, que ofrece ayuda a los trabajadores para que reclamen sus derechos. Este sugiere un sistema judicial más simple para los trabajadores de conciertos, y un sistema capaz de detectar y procesar infracciones. Por lo que es fundamental, hacer que las empresas cumplan normas y leyes, para así brindar más protección a los trabajadores y garantizar que los distintos empleos cumplan sus promesas.