Laser tag. The Pentagon wants satellites with laser beams attached to their heads. Missile-interceptors in space could protect America, but at a galactic cost

Cita: 

The Economist [2019], "Laser tag. The Pentagon wants satellites with laser beams attached to their heads. Missile-interceptors in space could protect America, but at a galactic cost", The Economist, London, 2 de febrero, https://www.economist.com/united-states/2019/02/02/the-pentagon-wants-sa...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 2, 2019
Tema: 
Configuración de sistemas de defensa espaciales en Estados Unidos
Idea principal: 

Las armas láser que orbitan en el espacio y los aviones de combate que disparan cohetes aparecen en la revisión de defensa de misiles de la administración del Presidente de Estados Unidos Donald Trump, publicada en enero de 2017. En 2018, la administración de Trump asignó 19.3 mil millones de dólares (mmdd) al desarrollo de este tipo de armas, aproximadamente el equivalente a todo el presupuesto de defensa de Canadá o Turquía. Parte de este presupuesto se gasta en los sistemas de defensa AEGIS (basado en barcos), PATRIOT (terrestre) y en el sistema de Defensa Aérea de Alta Altitud (THAAD) que están hechos para derribar misiles de corto alcance.

Los misiles balísticos intercontinentales (ICBMS) vuelan más alto y más rápido. Para este último tipo de misiles Estados Unidos ha construido un sistema conocido como "defensa terrestre de medio curso" (ground-based midcourse defence, GMD) dirigida a Corea del Norte e Irán. Este sistema ha tenido un costo de 67 mmdd y en aumento, y es el cuarto sistema de armas más caro del Pentágono. Los lanzamientos son vistos por satélites infrarrojos y una red de radar que se extiende desde Cape Cod hasta Japón, y luego, en teoría, es atacado por uno de los 44 interceptores en Alaska y California.

Aunque GMD fue declarado listo en 2004, no se probó contra un misil balístico intercontinental hasta el año 2017. Se supone que el uso de cuatro interceptores contra una ojiva tiene 97% de probabilidad de derribarla. Pero aun cuando sólo se lanzaran una docena de misiles hacia Estados Unidos, una de estas ojivas tendría una probabilidad de 30% de impactar en una ciudad estadounidense. Además, interceptar los otros misiles costaría más de 3 mmdd.

Así pues, la administración de Donald Trump ha estado agregando interceptores, configurando radares y realizando nuevas pruebas. Pero la última revisión de la defensa de misiles hace algunas propuestas más radicales, afirma The Economist. Una de ellas consiste en derribar misiles en su “fase de impulso”, a medida que toman altura, cuando son más lentos y difíciles de disfrazar, y no como lo hace el GMD cuando están por encima de la atmósfera. Se propone que los aviones de combate como el F-35 o incluso los drones puedan disparar hacia plataformas de lanzamiento enemigas durante una crisis, armados con nuevos interceptores de misiles o láseres compactos.

La segunda estrategia consiste en hacer más detección y disparos desde el espacio. En diciembre de 2018, la administración de Trump ordenó la creación de un nuevo Comando Espacial para ejecutar operaciones militares en el espacio. Es decir, una nueva Fuerza Espacial y una Agencia de Desarrollo Espacial que están en proceso. En efecto, el Pentágono está interesado en poner un mayor número de satélites más pequeños y más baratos en una órbita más baja con el objetivo de detectar indicadores durante el lanzamiento, hasta obtener un resultado favorable sobre la intercepción.

Estas ideas no son del todo nuevas. Un láser aerotransportado se probó con éxito contra misiles en 2010. La administración Obama invirtió cientos de millones de dólares en sensores espaciales. La visión de los láseres en órbita se remonta a la Iniciativa de Defensa Estratégica de la administración Reagan, ampliamente conocida como "Star Wars" o "guerra de las galaxias".

En 2012, el Consejo Nacional de Investigación publicó un estudio detallado y mordaz sobre tales métodos. Durante la fase de impulso, dijo, la defensa "no es práctica ni económica en las condiciones del mundo real para el futuro previsible". Los interceptores espaciales podrían resolver ese problema, pero requerirían una constelación de satélites enormemente grande que costaría cientos de miles de millones de dólares. El Pentágono insiste en que existe la tecnología necesaria para reducir los costos y a su vez intenta persuadir al Congreso de Estados Unidos que el presupuesto no irá al infinito y más allá.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El desarrollo de tecnologías militares sirve de base para agilizar el proceso de consolidación hegemónica. En el caso de Estado Unidos, la conquista del oeste fue sólo el pilar de su proyecto de hegemonía, ahora contempla la conquista del espacio como un hecho necesario. En los últimos años, la inversión en tecnologías y armas militares espaciales se han materializado como un mecanismo de defensa que contempla eliminar cualquier amenaza a la integridad de Estados Unidos.