The global list. Globalisation has faltered. It is now being reshaped

Cita: 

The Economist [2019], "The global list. Globalisation has faltered. It is now being reshaped", The Economist, London, 24 de enero, https://www.economist.com/briefing/2019/01/24/globalisation-has-faltered

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 24, 2019
Tema: 
El futuro de la globalización
Idea principal: 

En las últimas décadas se ha visto un incremento en el flujo de bienes, dinero, ideas y personas entre países, los cuales se han convertido en factores importantes en las relaciones internacionales, sin distinción por el tamaño de los estados y finalmente afectando su política interna. En general, el paso de la integración económica alrededor del mundo se ha vuelto más lento. Adjiedj Bakas describe este fenómeno como “slowbalisation” (apócope de lento y globalización, en inglés).

Desde 1945 Estados Unidos ha promovido un nuevo orden mundial y después de 1990 se aceleraron procesos que acompañaron a la globalización, como mayor flujo de bienes de exportación, caída de los costos de transporte, liberalización financiera, creación de organismos internacionales y firma de tratados internacionales.

El comercio mundial creció aceleradamente, de 39% en 1990 pasó a representar 58% del PIB mundial en 2018, al igual que los activos y pasivos internacionales pasando de 128% a 401% y la participación de los migrantes en la población mundial pasó de 2.9% a 3.3%. Aunque es apreciable el progreso en términos de integración, existen regiones sin capacidad de integrarse a la economía mundial. Alrededor de mil millones de personas viven en países donde su comercio internacional representa menos de un cuarto de su PIB.

Un conjunto de variables económicas pueden ser utilizadas para explicar la lentificación. El comercio ha caído desde 2008, desde un 61% del PIB mundial hasta 58% en 2018. La capacidad de las cadenas de suministro se ha reducido. La importación de bienes intermedios ahora cuenta con una tendencia negativa. Las empresas multinacionales parecen haberse frenado, han caído las ganancias que generan. La inversión extranjera directa (IED) ha caído de 3.5% a 1.3% del PIB mundial.

El comercio transfronterizo ya no crece, al igual que la intensidad de los enlaces financieros y los préstamos bancarios transfronterizos, pasando de 60% del PIB mundial en 2006 a 36%. Los flujos brutos de capital han caído de 7% a inicios de 2007 a 1.5%. Además, ha caído la participación de las economías emergentes en términos de crecimiento del ingreso.

Por otro lado, algunos países ricos reciben más inmigrantes y, según un estudio de McKinsey, el volumen de información transfronteriza ha incrementado por 64 veces.

Existen diferentes causas de la slowbalisation. El comercio no puede hacerse más barato, los bancos han dejado de financiar el comercio y la tasa de retorno en la inversión internacional ha decrecido. Las empresas regionales son más competentes y las inversiones de empresas transnacionales no rindieron como se esperaba. Los servicios ahora representan una gran parte de la economía mundial y son más difíciles de comerciar. Las economías emergentes han mejorado sus productos intermedios, permitiéndoles ser más autosuficientes.

Las tendencias en comercio y cadenas de suministro se dirigían hacia la saturación previo a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, ya que atraer mano de obra barata y la inversión transnacional en activos físicos han perdido importancia. La administración actual de Estados Unidos ha interferido en las relaciones comerciales; crecieron las ganancias como porcentaje del valor de las importaciones con aranceles pasando de 1.3% en 2015 a 2.7% en 2018 y se estima podría crecer a 3.4% en 2019, cifra más alta desde 1978.

Además, en 2017 el Congreso de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para incentivar la repatriación de inversión de empresas estadounidenses, atrayendo 650 mil millones de dólares (mmd). En 2018 el Congreso aprobó una ley que prohíbe inversión extranjera, buscando proteger empresas estadounidenses de tecnología.

A ZTE se le prohibió temporalmente hacer negocios con empresas estadounidenses, con la finalidad de dificultar su uso de dólares y bloquearla del sistema financiero global. A Huawei se le está investigando por haber evadido sanciones, sus posibles repercusiones serían las mismas.

Los ataques de esta administración en la Reserva Federal de los Estados Unidos han disminuido la confianza de que podría convertirse en prestador de última instancia de dólares para extranjeros, como hizo en la crisis financiera de 2008. Un jefe de un banco central en Asia señaló en privado que es tiempo de prepararse para una era postestadounidense. Estados Unidos ha abandonado tratados medioambientales y ha debilitado a instituciones internacionales.

Otros países han aplicado medidas de respuesta incrementando sus aranceles por su cuenta. En 2018 China utilizó su sistema antimonopolios para evitar la compra de NXP por parte de Qualcomm e inició una investigación sobre Samsung, Micron y SK Hynix tras quejas locales en torno a sus precios. En 2018 el gobierno francés asumió un rol activo en las relaciones entre Renault y Nissan.

La mayoría de las empresas transnacionales indicaron en 2018 a inversores que la guerra comercial no importaba, señalaron que los costos podrían transmitirse a los consumidores y que sus cadenas de suministro estaban menos extendidas de lo que se creía. La actitud al respecto ha cambiado, al reconsiderar las consecuencias de la guerra comercial. En junio de 2018 Apple anunció que las tensiones comerciales dañaban su negocio en China. Algunas empresas evadieron las alzas en aranceles llenando sus almacenes en Estados Unidos, ocasionando un alza en el precio por transportar contenedores desde Shanghái a Los Ángeles en el corto plazo.

Douglas Irwin señala la existencia de otros episodios de proteccionismo estadounidense. Este proteccionismo podría ser diferente. Estados Unidos ha perdido poder, su participación en el PIB mundial ha caído desde 1985, existen sentimientos encontrados hacia China, las instituciones dirigidas desde Estados Unidos se han debilitado y las empresas temen que Estados Unidos haya perdido la dirección de la globalización.

Las cadenas de suministro podrían tardar en reajustarse. Empresas transnacionales buscan trasladar una parte de su producción fuera de China. Kerry Logistics ha identificado un impulso en la actividad económica del Sudeste Asiático gracias a las tensiones comerciales; Citigroup identificó un alza en el comercio interregional asiático. No obstante, es improbable una migración masiva desde China. Las empresas podrían aplicar un mayor costo de capital a inversiones a largo plazo en industrias y países con mayor grado de sensibilidad a tensiones comerciales, compensando decrementos en flujos de inversión.

En 2018 la inversión de transnacionales chinas en Estados Unidos y Europa disminuyó en 73%. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo señaló un detrimento de 20% en el flujo mundial de IED. La guerra comercial refleja efectos en el largo plazo, la IED podría no recuperarse y la participación de las exportaciones en el PIB mundial podría caer de 28% a 23% en una década.

Las empresas podrían adaptarse a la slowbalisation virando hacia bienes intangibles. El Fondo Monetario Internacional reconoce que más de 40% de los incrementos en productividad en economías en desarrollo corresponden a flujos de conocimiento. La exportación de servicios, según Richard Baldwin, podría incrementar tras una “revolución globótica” (de global y robótica), mediante el uso remoto de trabajadores extranjeros. El comercio virtual transfronterizo también está creciendo.

Existe la posibilidad de sobreestimar el tamaño de la red global de servicios. Las ganancias transfronterizas son relativamente pequeñas, las mil empresas de comercio en línea, digitales y de software estadounidenses equivalen únicamente 1% de las exportaciones globales en 2017.

Los servicios tecnológicos son particularmente vulnerables a la política y al proteccionismo. Estados Unidos previene la operación masiva de empresas chinas en su territorio y China no permite la entrada a empresas estadounidenses. Este tipo de comportamiento está promoviéndose en otros países. En India un conjunto de reglas se aprobaron para prevenir que grandes empresas de comercio en línea perjudiquen a comerciantes locales.

El comercio en servicios podría implicar pérdida de trabajos. El actual régimen de inversión en Estados Unidos podría afectar a la actividad de capital de riesgo. Los servicios tecnológicos no evitarán los movimientos en contra de la globalización.

El patrón de comercio transfronterizo se está regionalizando. Las cadenas de suministro están reduciéndose y ajustándose a tendencias geopolíticas. La participación del consumo de bienes intermedios extranjeros utilizado por cadenas de suministro dentro de su región ha crecido desde 2012.

Hace diez años un tercio de la IED que fluía hacia Asia venía desde Asia, en 2018 es la mitad. Desde 2008 cerca de 60% de la IED en Europa viene desde dentro. Las empresas transnacionales europeas han favorecido los mercados emergentes, en oposición al estadounidense.

El marco legal y diplomático de la inversión y el comercio se ha regionalizado, como lo es con el nuevo tratado entre Canadá, Estados Unidos y México, el nuevo régimen de inversión extranjera anunciado en la Unión Europea o con el respaldo del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura por parte de China. Además, la gobernanza tecnológica se ha regionalizado.

Existen riesgos políticos y financieros ocasionados por este patrón de regionalización. El sistema financiero en Europa y China se ha fortalecido. Se ha buscado trasladar la actividad desde Chicago y Londres hacia otros centros financieros dentro de la Unión Europea y China ha ganado plena confianza con otros países asiáticos. La transición de poderes económicos con déficit comerciales hacia superávit comerciales, como en Alemania y China, ha resultado en problemáticas comerciales.

Actualmente, el sistema financiero es global, se maneja por empresas transnacionales de gestión de dinero. La mayoría de las transacciones se hacen en dólares y pesa la gran influencia por parte de la Reserva Federal y Wall Street en tasas de interés y precios de activos alrededor del mundo. Se espera que las economías transiten hacia un sistema menos dolarizado; mientras tanto, los riesgos siguen presentes.

Existe además el riesgo de que algunos países sean influenciados por dos o más regiones al mismo tiempo, generando conflicto interno. Tal es el caso de las economías de Taiwán, África y Sudamérica. Otras economías emergentes se ven consternadas por el desvanecimiento de la globalización, la automatización, sistemas educativos débiles y el cambio climático; sería difícil abatir estas problemáticas regionalmente.

La marcha de la globalización, a través de los siglos, es inevitable y existe el riesgo de una catástrofe. La tecnología ha avanzado y los impulsos humanos por aprender, copiar y generar ganancias de otros no son posibles de reprimir. La edad de oro de la globalización creó grandes beneficios al igual que costos y descontento político. El nuevo patrón de comercio también contará con oportunidades y peligros.

Datos cruciales: 

1. Gráfica. Frenos y arranques globales. Comercio de bienes y servicios, importaciones intermedias, ganancias transnacionales, flujo de IED, acervo de préstamos bancarios transfronterizos, flujos brutos de capital, participación de economías en desarrollo, ventas transnacionales de S&P500, volumen de envíos internacionales, migrantes permanentes en el mundo rico, banda ancha transfronteriza y viajes internacionales aéreos.

2. Caída en la tasa de retorno de inversión transnacional de 10% en 2005-2007 a 6% en 2017.

3. Ganancias como porcentaje de importaciones estadounidenses en 2015 de 1.3% a 2.7% en octubre de 2018; se estima ascienda a 3.4% en abril de 2019, de seguir la política propuesta por Trump.

4. Repatriación por 650 mmd, tras la aprobación de la propuesta de ley del Congreso diseñada para atraer efectivo retenido fuera de Estados Unidos.

5. Estimación de The Economist, reducción en 3%, 6mmd, de las ganancias totales de 80 de las empresas estadounidenses más grandes.

6. Caída en 73% de la inversión china en Estados Unidos y Europa en 2018. Según la UNCTAD, la IED cayó 20% en 2018 a nivel global.

7. Las ventas internacionales de las mil empresas estadounidenses digitales, de software y de comercio en línea equivalen a 1% de las exportaciones globales en 2017.

8. Gráfica. Reacción en cadena. Participación de cadenas de suministro transfronterizas de bienes intermedios dentro de la misma región en porcentaje, 2005-2016.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La lentificación de la globalización o slowbalisation es un proceso que debe ser aceptado de manera general por las economías del mundo. Los factores que podrían ser utilizados para describir esta lentificación, como la caída de las ganancias de empresas transnacionales o la mayor utilización de bienes intermedios regionales para cadenas de suministro dentro de la misma región, han sido utilizados para incluirlos al debate político, atendiendo a preocupaciones del público en general y que han resultado en cuestiones como la guerra comercial entre China y Estados Unidos o la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

La disputa sobre el futuro de la globalización, bajo nuevos patrones de comercio, inversión y producción, llama a países a pensar de manera local sobre el pensamiento global que se había desarrollado desde la década de los ochenta. Potencias como China y Estados Unidos son los principales actores en estos fenómenos.