China es una de los principales países extractores de tierras raras útiles para la tecnología. Hace nueve años, el gobierno chino utilizó su importancia como productor en este sector para ganar una disputa territorial contra Japón. Elevando los precios de sus productos, China presionó a las empresas japonesas y en el mismo sentido a su gobierno. Actualmente, el gobierno de Xi Jinping, busca implementar la misma estrategia en la guerra comercial contra Estados Unidos, o al menos esto es lo que los medios pensaron cuando vieron al presidente Xi Jinping visitar la fábrica de imanes en la provincia de Jiangxi, el lunes 19 de mayo de 2019.

Sin embargo esta vez podría ser diferente. Si se implementa un bloqueo chino al suministro de tierras raras podría causar daños colaterales no solo a Estados Unidos, sino también a Japón y a Corea del Sur. Esas contradicciones también podrían manchar la reputación de la industria china, esto sin mencionar que actualmente la economía de China depende tanto de la estadounidense como esta última de la primera.

Aunque especialistas en la economía de China también señalan que sería un error que el país asiático dirigiera la guerra comercial a través del bloqueo de minerales, Hu Xijin, editor de Global Times -un tabloide propiedad del Partido Comunista Chino- aseguró que el gobierno está pensando seriamente en ocupar esa estrategia.

La importancia que tiene China en la industria de extracción de tierras raras para la tecnología es única, otros países no lo hacen al nivel que el país asiático porque es una actividad muy contaminante. En Estados Unidos y en Australia existen minas especializadas en ello, pero estas no cuentan con el nivel de procesamiento que tiene la industria asiática. Los minerales que salen de China se utilizan en Norteamérica para construir iPhone´s, misiles, refinar el petróleo y convertirlo en gasolina, entre otras cosas. Podríamos decir que se encuentran presentes en casi todos los objetos.

Sin embargo, en la actualidad Estados Unidos representa muy poco del mercado de exportación de minerales de China. Esto se debe a que desde hace una década las empresas estadounidenses que consumían este producto ya no se encuentran en territorio norteamericano. El gobierno chino comenzó a pedir a estas empresas que se reubicaran en su país, así les proporcionaría mayor producto. De esa manera, hoy en día, la industria estadounidense importa la mayor parte de los productos que se elaboran con esos minerales, en su mayoría son requeridos por las constructoras de automóviles y la manufactura aeroespacial.

En ese sentido, si el gobierno de China impone un embargo de tierras raras a occidente ocasionaría una alteración de su cadena de producción. Sin embargo, el gobierno estadounidense espera precisamente que ocurra eso, ya que le daría la pauta para convencer a las empresas de dejar los negocios con China. En general, los negocios del país asiático con el mundo se verían perjudicados si impone el embargo a Estados Unidos.

Por otro lado, la industria de China también se ha vuelto dependiente de Estados Unidos. Su producción ha crecido tanto que no se da abasto con los recursos minerales nacionales. El país ha comenzado a obtener mineral de tierras raras producido en una mina de Mountain Pass, en el desierto de California. Precisamente, esa mina había quebrado en 2015 por no poder competir con la producción china.

Fueron los inversionistas de JHL Capital Group quienes compraron en 2017 la mina Mountain Pass de California, ellos la comparten con otro grupo de inversores estadounidenses y con empresarios de China. Actualmente extraen el mineral y lo mandan a refinar hasta China, pero según los actuales propietarios, el futuro es mejorar su nivel tecnológico para que ya no tengan que necesitar del país asiático. De esta manera, Estados Unidos forjaría su independencia de las tierras raras de China.