World’s biggest investor accused of dragging feet on climate crisis

Cita: 

Jolly, Jasper [2019] “World’s biggest investor accused of dragging feet on climate crisis”, The Guardian, London, 21 de mayo, https://www.theguardian.com/business/2019/may/21/blackrock-investor-clim...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Mayo 21, 2019
Tema: 
Hay una presión creciente sobre BlackRock para que use su influencia sobre el financiamiento de las industrias más contaminantes
Idea principal: 

Muchos activistas ven en BlackRock (la mayor empresa de gestión de activos del mundo) un importante obstáculo para cumplir con las metas establecidas contra la crisis climática. Ahora, ante la próxima reunión anual de sus accionistas, han aumentado la presión para que BlackRock use su influencia sobre las industrias más contaminantes del planeta.
 
BlackRock comenzó como parte de Blakstone, el gestor de capital privado más grande del mundo, del que se separó en 1995. Desde entonces BlackRock ha crecido exponencialmente hasta convertirse en el gestor de activos más grande del mundo, controlando $6.5 billones de dólares, lo que representa más del doble de la producción económica del Reino Unido. Larry Fink, su fundador y jefe ejecutivo, ganó $24 millones de dólares tan solo en el 2018.
 
BlackRock es el más grande inversionista en la producción de carbón del mundo. Está entre los diez principales accionistas en siete de las diez empresas productoras de carbón más grandes del mundo. Sus acciones corresponden a reservas por 2.1 billones de toneladas de carbón térmico. De la misma forma, BlackRock está entre los tres principales accionistas de las explotaciones de petróleo del gigante francés Total, según datos de S&P.
 
Larry Fink, quien se mueve en los círculos políticos demócratas en Estados Unidos, considera que el deber de la compañía está en incrementar el valor de los activos de sus clientes y no en combatir la emergencia climática. Aunque, después de la publicación de este artículo, BlackRock aclaró que considera el cambio climático un importante riesgo de inversión con potencial de afectar el valor a largo plazo de muchas empresas.
 
Sin embargo, muchos críticos sostienen que hay una clara desconexión entre las palabras y las acciones de BlackRock y consideran que se necesita que la compañía sea más proactiva y consistente, que ponga su dinero donde están sus dichos. Por ejemplo, BlackRock debería ofrecer de forma activa a sus clientes estrategias de inversión similares a las que siguen muchas compañías preocupadas por la crisis climática.
 
BlackRock reconoce que hay una creciente demanda por productos de inversión limpios. Debido a ello, la compañía ha hecho algunos cambios procurando incorporar a los millenials como empleados y clientes. En octubre de 2017, contrató a Brian Deese, antiguo asesor en cambio climático de Barack Obama, para ser el director general de su división de inversión sustentable, que ahora gestiona 23 mil millones dólares. También, el antiguo canciller del Reino Unido, George Osborne, ha sido incorporado al equipo de asesores de BlackRock con un sueldo de 650 000 libras al año, aunque el cambio climático no es parte de los temas sobre los que estará asesorando a la empresa.
 
En cuanto a la desinversión en industrias contaminantes, BlackRock y otros grandes inversores sostienen que es mejor presionar desde adentro a estas compañías que están contribuyendo a la emergencia climática. Después de la publicación de la primera versión de este artículo, BlackRock contactó al diario londinense para aclarar que la mayoría de sus participaciones accionarias se llevan a cabo a través de fondos indexados y fondos de inversión cotizados, diseñados para dar seguimiento a índices controlados por terceros (el artículo fue modificado el 23 de mayo para incluir estos señalamientos).
 
La escala gigantesca de BlackRock dificulta un compromiso significativo en temas de inversión limpia. Su equipo de administración está compuesto por tan solo 43 personas que tienen que cubrir el listado de las grandes empresas en el mundo a través de 90 mercados y decidir cómo se votará en las juntas de accionistas. Cuando se consiguen acuerdos, la evidencia de progreso es limitada. En lo que va del año, de 232 acuerdos con empresas en temas relacionados con el cambio climático, solo una quinta parte respondió de forma sustancial a la solicitud de información sobre los riesgos que representa el cambio climático a sus negocios. BlackRock tampoco pudo aportar evidencia cuantitativa sobre la efectividad de sus estrategias de acuerdo.
 
Investigaciones recientes han encontrado que BlackRock se encuentra a la retaguardia respecto a muchos de sus competidores en cuanto al apoyo a resoluciones relacionadas con el cambio climático. En este año, BlackRock ha apoyado tan solo 23% de las propuestas de reporte de sus emisiones de dióxido de carbono o su exposición a riesgos relacionados con la emergencia climática, comparada con 33% de la norteamericana Vanguard y 85% de Legal & General, el gestor de activos más grande del Reino Unido.
 
En algunos casos BlackRock directamente se ha opuesto a este tipo de iniciativas. Como en 2018, cuando la empresa votó contra a una propuesta para que Royal Dutch Shell llevara a cabo una planificación detallada de escenarios para un mundo afectado por el aumento de 2°C,  por considerarla demasiado prescriptiva. También, junto con la norteamericana Vanguard, se opuso a que Chevron se impusiera objetivos en la reducción de gases con efecto invernadero. Su voto pudo haber sido determinante pues 45% de los accionistas votaron a favor, mientras que estas compañías que cuentan con el 6% de las acciones se opusieron.
 
Si bien, BlackRock no es el único inversor que evita involucrarse en asuntos climáticos, su poder y prestigio podría tener un gigantesco efecto positivo en toda la industria si decidiera involucrarse de manera más significativa. De la misma forma, si los accionistas mostraran un poco de iniciativa e hicieran uso de sus derechos en estas compañías podría operarse un cambio positivo en ese sentido.

Datos cruciales: 

BlackRock controla 6.5 billones de dólares en activos, solo 23 mil millones son controlados por su división de inversiones limpias.
 
Gráfica 1. BlackRock es un importante accionista en varias minas de carbón. Muestra un mapa donde señala la ubicación de las acciones de BlackRock en minas de carbón alrededor del mundo. Fuentes: Reportes de la compañía, análisis por The Guardian.
 
1.   Arch Coal, Peabody. Wyoming, EU.
2.   Glencore, Anglo American and BHP Billiton. Colombia.
3.   Vale. Mozambique.
4.   Coal India. India.
5.   DMCI Holdings. Filipinas
6.   PT Indika Energy. Indonesia.
7.   PT Bumi Resources. Indonesia.
8.   PT Adaro Energy. Indonesia.
9.   BHP. Australia.
10. Whitehaven Coal. Australia.
 
Gráfica 2. Nivel de apoyo de los fondos de inversión a las resoluciones relacionadas con la crisis climática. Se muestra el porcentaje de apoyo a estas resoluciones por parte de 13 compañías. Fuente: 5050climate.org asset manager climate scorecard 2018.
 
1.   Legal & General: 85%.
2.   Goldman Sachs: 80%.
3.   Pimco: 75%.
4.   Fidelity: 60%.
5.   Natixis: 50%.
6.   BNY Mellon: 40%.
7.   State Street: 40%.
8.   Vanguard: 33%.
9.   Prudential: 28%.
10. BlackRock: 23%.
11. JP Morgan: 20%.
12. Capital Group: 18%.
13. Amundi Pioneer: 2%.
 

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las grandes corporaciones que administran capital accionario, como BlackRock, tienen una centralidad estratégica en el capitalismo contemporáneo debido a los montos de recursos que administran y a las decisiones de inversión que toman.  Ante la inminente catástrofe ambiental que se aproxima, estas corporaciones podrían incidir positivamente sobre el futuro del planeta. Sin embargo, la racionalidad cortoplacista con la que manejan los recursos, inyectándolos en empresas e industrias depredadoras con el único objetivo de generar ganancias económicas,  pone de manifiesto el verdadero problema que subyace: el sistema capitalista en su conjunto.