The Fires Are Out, but Australia's Climate Disasters Aren't Over
Cave, Damien [2020], "The Fires Are Out, but Australia's Climate Disasters Aren't Over", The New York Times, New York, 23 de febrero, https://www.nytimes.com/2020/02/23/world/australia/climate-change-extrem...
Damien Cave es jefe de la Oficina de Sydney, Australia.
Tras el desastre ecológico de los incendios de Australia, la población está resintiendo las consecuencias de un clima cada vez más volátil: primero una inundación, luego severos incendios y, finalmente, una tormenta tropical. Son fenómenos que los científicos denominan "extremos compuestos", esto es, una sucesión de desastres climáticos cada vez más intensos.
La población australiana no se está enfrentando a una sola crisis, sino a varias simultáneamente. En estos días, existen casas destruidas por inundaciones no muy lejos de las zonas donde se propagaron los incendios. El carácter extremo de los fenómenos climáticos se explica por el incremento de la temperatura atmosférica: se seca la tierra y las nubes retienen la humedad por más tiempo, cosa que empeora sequías y da paso a incendios; luego, llegan lluvias devastadoras que no pueden ser absorbidas por la tierra seca. Éste es el "efecto multiplicador" del clima en Australia.
Una de las principales consecuencias del desastre climático australiano es que las actividades de reconstrucción son cada vez más difíciles de cumplir. Los costos económicos del cambio climático se están incrementando significativamente. El gobernador del Banco de reserva de Australia, Philip Lowe, afirmó que si bien no es responsabilidad del banco abordar el asunto del cambio climático, sí lo es comprender sus implicaciones económicas y financieras.
Un sector inmediatamente afectado es el turismo, pero a mediano pazo se espera que las ventas de agricultura y los valores de propiedad australianos sufran costos significativos. Un estudio del Climate Council, organización independiente, señaló que las pérdidas de valores de propiedad relacionadas al cambio climático en Australia podrían alcanzar un monto de 384 mil millones de dólares para 2030 y 510 mil millones de dólares para 2100. Por ejemplo, en Conjola Park, al sur de Sydney, los recientes incendios destruyeron 89 casas hogar y una más inundación causó más daño. En la costa este de Australia y el norte de Sydney la devastación forestal por inundación ha destruido múltiples automóviles y casas.
La población ha recibido declaraciones ambiguas de las autoridades federales y claras. En algunas ocasiones llaman a no construir en la zona del desastre por el peligro que significa; pero otras veces parece estimularse una pronta reconstrucción para no mitigar la marcha de la economía.
En contraste, los científicos australianos indican que el país ya debería estar preparado para enfrentar la crisis climática dado que han dedicado años en advertir y predecir lo que ahora está aconteciendo. Por ejemplo, en 2015 la Academia de la ciencia de Australia declaró que el futuro del país estaría acompañado de altas temperaturas, precipitaciones extremas más frecuentes y separadas por períodos de sequía. Los científicos declaran que durante años han estado publicando estudios sobre el efecto multiplicador del cambio climático.
La devastación climática de Australia tendría que ser estudiada no sólo desde la perspectiva del costo económico que significa para su población local, sino rastreando las causas particulares que han impulsado el incremento de la temperatura en ese lugar y reconociendo las empresas que se montan sobre tales catástrofes para lucrar con ellas (p.e. con la reconstrucción urbana).