The future of Google. Alphabet turns a Page and a Brin. What next for Google’s parent after its fathers depart?
The Economist [2019], "The future of Google. Alphabet turns a Page and a Brin. What next for Google’s parent after its fathers depart?", The Economist, London, 5 de diciembre, https://www.economist.com/business/2019/12/05/alphabet-turns-a-page-and-...
El 3 de diciembre de 2019, los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, se retiraron de sus puestos, como presidente y director ejecutivo de Alphabet, respectivamente. Alphabet es la empresa matriz de Google. Fueron reemplazados por Sundar Pichai, quien asumirá ambos puestos. Pichai ha hecho carrera en Google, el motor de búsqueda que representa el principal negocio de Alphabet.
Aunque cuando fundaron Google en 1998 Brin y Page no querían fundar una compañía convencional, le dejan a Pichai un herencia ambivalente en ese sentido. Brin y Page realizaron el sueño de Silicon Valley al transformar la solución que idearon para indexar la red mundial de Internet (surgida de una investigación financiada por el gobierno en la Universidad de Stanford) en la cuarta empresa más valioso del mundo, 22 años después. Sin embargo, en muchos sentidos, Google se ha vuelto una empresa convencional.
Si bien, su relajado ambiente de trabajo ha marcado tendencias entre las nuevas empresas, Google también se ha servido de gerentes tradicionales como Eric Schmidt, contratado como director ejecutivo de la compañía en 2001, para funcionar como una suerte de “supervisión parental”. Por otra parte, debido a que ha atraído la atención de los reguladores gubernamentales, ha recurrido a los servicios de cabilderos para velar por sus intereses pero con muy pocos resultados, pues alrededor del mundo ha sido señalada por su poder monopólico y las políticas sobre la privacidad de sus usuarios.
En el aspecto laboral también se ha comportado como una empresa tradicional. El año pasado, 20 mil empleados abandonaron la compañía por la forma en que manejó varias denuncias de abuso sexual. Otros empleados, que permanecen fieles al viejo slogan de la empresa “no seas malvado” ["don't be evil"], han condenado los proyectos de Google con el gobierno chino y el ejército estadounidense. En un escándalo laboral adicional, varios empleados fueron despedidos después involucrarse en la organización de un sindicato.
Para The Economist, la decisión de los fundadores de abandonar la compañía podría tener la intención de delegar estos problemas en alguien más o, simplemente, concentrarse en los proyectos secundarios subsidiados por Alphabet, desde automóviles auto-conducidos e inteligencia artificial, hasta tecnología para la prolongación de la vida.
Muchos consideran que, aunque se han ido sus fundadores, la compañía está en buenas manos con Pichai. Sin embargo, ambos fundadores mantienen el control de la compañía por un esquema de acciones de clase dual, por lo que el precio de estas cambió poco con las modificaciones en la administración.
A pesar que Alphabet sigue siendo una de las compañías más valiosas del mercado, poco ha cambiado en su esquema de negocios desde 2015, pues la publicidad en línea aún representa 80% de sus ingresos. Sin embargo, aunque su cuota del mercado de la publicidad en línea ha caído poco, la de sus competidores, como Amazon, ha aumentado mucho. Mientras que, después de la salida de Bill Gates, Microsoft pudo reinventarse como una compañía de computación en la nube, la apuesta de Page y Brin por el desarrollo de nuevas tecnologías aún no ha rendido frutos y la paciencia de los accionistas podría no durar mucho, considera The Economist.
1: Google maneja más de 2 billones de búsquedas anuales.
2: El sistema operativo Android es usado por 80% de los teléfonos inteligentes del mundo.
3. Los ingresos de la compañía aumentaron de 3.2 millones, en 2004, a 136 mil millones el año pasado.
4: La capitalización de mercado de la compañía casi se ha duplicado desde 2015, llegando 910 mil millones.
5: La publicidad en línea aún representa 80% de sus ingresos.
La importancia de Alphabet es enorme, no solo por el poder monopólico que ejerce sobre los medios y las infraestructuras de comunicación digitales, sino por la potencialidad de las tecnologías que sus subsidiarias están desarrollando y que podrían ser la base de una revolución tecnológica. Por otro lado, es difícil coincidir con The Economist, en que los cambios en su planta administrativa se transformen en cambios en las políticas de privacidad y otras prácticas abusivas, pues su negocio principal continúa siendo la publicidad en línea que se alimentan de datos extraídos a través de este tipo de prácticas, las innovaciones en este sector continuarán produciendo jugosas ganancias, que difícilmente le serán arrebatadas por sus competidores.