Prefacio

Actualmente la amenaza del cambio climático ha dejado de ser algo potencial y rápidamente se ha materializado en todo el mundo. Encontramos altas temperaturas que constantemente rompen récord, tasas de extinción como cataclismos planetarios, la elevación de océanos, incendios forestales, derretimiento de glaciares, tormentas, entre otras calamidades.

La causa principal es bien conocida: el calentamiento global se debe al aumento de la emisión de ciertos gases en la atmósfera (Dato Crucial 1) lo que significa que una creciente proporción de la energía emitida por el Sol y recibida en la Tierra es retenida al interior: en los mares, los continentes y en la atmósfera. Esta condición implica cambios en el movimiento de la energía calorífica dentro del sistema climático planetario lo que ocasiona, por ende, cambios climáticos. Este tipo de manifestaciones nos afectan a todos, pero las consecuencias más pesadas recaen sobre la gente más pobre, así como a otras especies vivas en el planeta. La velocidad de los cambios es tan acelerada que no somos capaces de medirlo.

Al mismo tiempo, se conoce la vía de cómo enfrentar el cambio climático: detener abruptamente la extracción de carbón de la corteza terrestre y los gases emitidos a la atmósfera. Esto es: no más extracción ni quema de carbón, petróleo y/o gas. Abandonar los combustibles fósiles al igual que reducir la crianza de ganado y dejar de talar bosques.

Es importante señalar que la vasta proporción histórica de Gases de Efecto Invernadero (GEI) han sido emitidos como derivados de decisiones y actividades no de las masas de gente ordinaria, sino de una minoría rica en el planeta. Aunque los autores coinciden que el cambio climático es un problema actualmente existente, sus consecuencias ecológicas y políticas más significativas están por ocurrir. El reto para analizarlas y anticiparlas es enorme, parcialmente por la extraordinaria complejidad de los sistemas ecológicos del planeta y sus políticas; e incluso porque el cambio climático está cambiando lo que significa ser humano en la Tierra.

El término "Antropoceno" es útil para señalar una transición o una ruptura en una nueva era de la historia natural en donde las interacciones humanas son la fuerza ecológica y geológica decisiva. Sin embargo, el concepto tienen límites ya que apunta hacia un agente "humano" universal causante del cambio climático lo cual en sí mismo no existe como generalización, y tampoco hay tal cosa como un punto de vista común que "todos" entendemos y experimentamos. Es necesaria una comprensión histórica del problema.

En este sentido el libro ofrece una teoría política del futuro planetario. Se plantea como un intento auto-crítico dentro del movimiento de justicia climática, ubicándose dentro de una robusta tradición de filosofía política y crítica de la economía política para explicar cómo las sociedades capitalistas crean la emergencia planetaria y fallan en mitigarla. El trabajo se concentra específicamente en los efectos políticos de las consecuencias ecológicas ocasionadas por el capitalismo. La hipótesis es que el cambio climático acelerado transformará la economía política global y alterará los acuerdos políticos básicos, proceso que llaman los autores: "adaptación de la política". La cuestión no es tan sencilla como si el calentamiento global simplemente cambiará todo o lo colapsará; sino que el argumento señala que bajo la presión del cambio climático y el recrudecimiento de los retos al orden global empujará formas de soberanía que empujen hacia un orden planetario.

La propuesta de los autores es hacer una filosofía política del cambio climático planetario. En la primera parte se expone el horizonte del proyecto, dibujando los caminos potenciales de política económica anticipándose al panorama del calentamiento global. En la segunda parte examinan con mayor detalle el camino que denominan "Leviátan Climático". Finalmente, en la tercera parte se esboza lo que podría ser una alternativa radical como propuesta teórica que se espera contribuya hacia apuestas políticas claras y concretas.

Actualmente, el mundo se está calentando a ritmos cada vez más acelerados y las mitigaciones de carbón en gran escala están siendo imposibles sin un cambio radical en la estructura política-económica existente. Al mismo tiempo, se debe pensar cuidadosamente sobre sus probables consecuencias políticas, porque los cambios radicales sugieren que habrán impactos masivos en la manera en que está organizada la vida humana en la Tierra. Así la intención de los autores es hacer del clima un tema político.