On the Economics of Not Dying
Krugman, Paul [2020], "On the Economics of Not Dying", The New York Times, New York, 28 de mayo, https://www.nytimes.com/2020/05/28/opinion/coronavirus-economy-death.html
Paul Krugman, profesor distinguido en el New York Graduate Center. En 2008, recibió el Premio Nobel en Economía por su trabajo en comercio internacional y geografía económica.
El texto señala la idea del riesgo que esta tomando Estados Unidos con la rápida reapertura de la economía, a pesar de las advertencias de epidemiólogos, ya que a pesar de que el confinamiento ha limitado el avance de la pandemia, no la ha detenido. Krugman señala que seguir esta medida debería ir acompañada de una justificación, pero en cambio no se ha dicho por que razón tomar el riesgo, salvo la idea de salvar la economía.
El autor menciona que este es un mal camino para pensar la política económica, ya que el propósito de la economía es mejorar la calidad de vida, y no sólo generar ingresos para que la gente siga consumiendo. Por ello, muestra la relación existente entre ingresos y satisfacción, pero añade que el no morir es lo que brinda un mayor beneficio a la calidad de vida, de ahí que la reapertura sea una mala idea aun en términos económicos.
Sin embargo, el ponerle precio a la vida es algo que se hace todo el tiempo, y ejemplifica los casos del transporte y los negocios que están basados en lo que el autor llama value of a statistical life; cuyo estimado es de 10 millones de dólares, ya que a pesar de que invertirse en seguridad vial poco se hace para evitar accidentes fatales, lo mismo con las regulaciones de negocios, se invierte para evadir una contaminación letal pero no lo suficiente para eliminar los contaminantes relaciones con muertes; incluso, dos estudios que comprueban que el confinamiento tiene un menor impacto al Producto Interno Bruto, contemplan el valor de la vida en el proceso.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Columbia sobre costos y beneficios del confinamiento muestra que de haberse tomado las medidas de cuarentena una semana antes, 36 mil personas se hubieran salvado en mayo; además, que los beneficios serían 5 veces la pérdida sobre el PIB. Ante esto el autor se cuestiona la reapertura, y añade que debe haber una mayor precaución, debido a que los pronósticos epidemiólogos son inciertos; lo que abre paso al dilema de abrir muy tarde y perder dinero, o abrir muy temprano y perder más por el riesgo de una segunda ola de contagios.
Ante la pregunta: por qué la administración Trump no intenta justificar en términos de un análisis de costo y beneficio, el autor responde que dicha racionalidad tiene un sesgo liberal bien conocido. Además, menciona la guerra cultural que se ha dado contra el uso de cubrebocas; incluso, después de pláticas con expertos en la Casa Blanca, se terminó por culpar a éstos de conspirar contra el presidente. Quién arguyó al ser cuestionado sobre el estudio de la Universidad de Columbia antes mencionado, que ésta era una institución liberal y vergonzosa, para después mentir sobre el hecho de estar por delante de los expertos para pedir el confinamiento.
Krugman defiende que ante la presión por la reapertura no se tomó en cuenta ninguna clase de juicio entre riesgos y beneficios, y que tan sólo el gobierno y los conservadores en su negación, piensan que al ya no tomarlo como un riesgo el virus se irá, o por lo menos las personas lo olvidarán.
Finalmente, el texto añade que tanto Trump como sus aliados puede que tengan suerte en su insistencia de acabar con el confinamiento, lo que causará todavía más muertes, debido a que esta decisión esta basada en la ignorancia y no en el PIB. Por ello, Krugman culmina señalando que el trabajo principal de cualquier líder es mantener a su población con vida, algo en lo que Trump no tiene interés.
Los cuestionamientos presentados por Paul Krugman evidencian que la necesidad de regresar al estadio previo a la pandemia en Estados Unidos, no se basa en una preocupación por la economía, pensando en el bienestar de los ciudadanos, sino, en el regreso a la acumulación de los grandes capitales. Esto muestra una vez más, como ante la evidente crisis civilizatoria que de lo anterior se desprende, se sigue dando la espalda a las necesidades humanas por los imperativos del capital. Y también, cómo sigue prevaleciendo la negación e ineptitud de Trump, ante situaciones que lo han rebasado.