La responsabilidad social corporativa (RSE) podría ser vista como una pérdida de dinero de los accionistas, lo cual no es del todo cierto porque puede agregar valor a los negocios de tres formas: 1) puede hacer que se vea a los productos de buena calidad, 2) puede haber disposición de los clientes a comprar ciertos productos, como forma indirecta de apoyar buenas causas, y 3) se puede generar un "efecto halo" por las buenas acciones.

Harrison Hong examina los procesos de soborno en Estados Unidos bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA). Su estudio encontró que las empresas con programas de RSE más completos tienen tendencia a conseguir penas menores. El análisis descartó la posibilidad de que el resultado se encuentre sesgado por la influencia política de las empresas, ya que las que contribuyeron en mayor medida a las campañas políticas no tuvieron menores multas. El estudio concluye que aunque los fiscales deben evaluar los casos sólo contemplando los hechos, a la hora de tomar decisiones parecen estar influenciados por el registro de una empresa en la RSE.

El estudio también encontró que cada una de las formas de RSE tienen distinto efecto, el gasto en relaciones con los empleados y la comunidad tuvo un impacto mucho mayor sobre los fiscales que la promoción del medio ambiente. Deficiencias del estudio son que no responde a la pregunta de cuánto deben gastar las empresas en RSE y que tampoco indica el interés de las empresas por el efecto halo. Lo que sí mostró es que cuando las empresas se encuentran en problemas con la ley, tener actos de responsabilidad social ayuda a obtener un castigo menos costoso.