Helene Cooper es correspondiente para The New York Times desde 2004, quien fue asistente editorial, correspondiente diplomática en 2006 y correspondiente de la Casa Blanca en 2009.

Eric Schmitt es periodista enfocado en temas de terrorismo y seguridad nacional. Co-autor del libro Counterstrike: The Untold story of America's secret campaign against Al Qaeda.

Thomas Gibbons-Neff es reportero de The New York Times en Washington y antiguo marin de infantería.

El texto hace mención sobre el conflicto de intereses y la disputa alrededor de los altos puestos de la milicia estadounidense. Se menciona en especifico el caso del general Mark Milley, quien pasó a ser el principal consejero militar de Trump sin buscarlo. Ya que el Secretario de Defensa, Jim Mathis, tenía en mente planes distintos cuando lo llamó a entrevistarse a la Casa Blanca a finales de 2018. Para Milley, pensó el puesto de Comandante Supremo en Europa, mientras que para el presidente del Estado Mayor conjunto, quería a David Goldfein.

No obstante, con el disgusto de Trump hacia Mathis, Goldfein perdió sus oportunidades, y por tanto debido a la ley en Washington, el presidente del Estado Mayor Conjunto es el principal oficial de la nación y el principal asesor militar del presidente. Sin embargo, con los sucesos de la guardia nacional en los últimos días, y tras acompañar a Trump, Milley se ha convertido en el rostro de una milicia con la peor pérdida de gracia pública desde la guerra de Vietnam.

Paul Eaton, general durante la guerra de Iraq, señaló que la decisión de Milley sobre unirse a Trump es en su mejor forma una decisión atroz de mal juicio, por lo que recomienda que se desprenda de su confusión de apoyar y defender la constitución o renuncie.

Por otro lado, amigos de Milley aluden a que éste ha sido afectado por los acontecimientos de la última semana, además, de intentar convencer a Trump de no invocar el acta de insurrección de 1807, para el despliegue de tropas por todo el país para sofocar las protestas, algo que incluso muchos oficiales han dicho no seguir aunque les sea ordenado.

Durante una acalorada discusión en la oficina oval, el lunes 01 de junio de 2020, Milley encaró a Trump para hacerle ver que los destrozos e incendios han sido eclipsados por manifestaciones pacíficas. Por ello, según testigos del evento, Milley señaló que debe ser manejado por los estados. No obstante, después de esto, quedó en medio de una batalla política a la que no pertenecen los militares. Oficiales del Departamento de Defensa vincularon el acto de acompañar a Trump en el parque Lafayette, como una revisión hacia la guardia nacional y otras leyes para su fortalecimiento, pero él desconocía que aquél parque había sido desalojado previamente con gas lacrimógeno, y que un grupo de periodistas australianos habían sido golpeados.

Sea cual sea la verdad, como mencionan los autores, el video muestra a Milley y a Trump acompañados de un grupo de hombres en su mayoría blancos pasar sobre el parque, pero al llegar a la iglesia St. John’s, Milley desapareció de la escena, en la que se encontraban ahora junto a Trump el fiscal general, el consejero nacional, el secretario de defensa y su secretaría de prensa.

Ante esto, Michel Mcfaul, antiguo embajador estadounidense en Rusia, mencionó en Twitter que de manera ridícula Milley a quién respeta, se está avergonzando a sí mismo. Oficiales del pentágono han señalado que después de esto, no ha aparecido ante las cámaras. Su relación con Trump, como con sus demás subordinados, no es estrecha; y según empleados, Milley se dirige a Trump entre bromas y franqueza.

Según los autores, Milley está lidiando con la relación más relevante en su vida profesional, y, que no está claro, si Trump le ha dado más que una mirada superficial a su subordinado. Ya que éste empata con la visión de Trump sobre cómo debe verse un general; pero Milley, apasionado por los discursos históricos de batallas, es tan inteligente como Goldfein. No obstante, en un discurso ante tropas en Afganistán en noviembre de 2019, Trump expresó: “Tu sabes, él fue a Princeton y fue a Columbia, no estoy seguro si eso fue bueno o malo”.

Aunque Mark Esper es el encargado superior de el Departamento de Defensa Civil, Trump impone a Milley como el líder de facto de las fuerzas militares, y el texto menciona que en realidad cada departamento está dirigido por sus jefes y sus secretarios. Además, Milley le dice a sus colegas, que cuando él habla a solas con Trump este lo escucha y está atento, pero que en pláticas con un mayor número de personas es cuando la atmósfera se pone tensa. No obstante, aunque Milley tiene una buena relación con Esper, colegas señalan que este último lo ha tratado durante juntas como si todavía fuera subordinado.

También, el día lunes 01 de junio de 2020, después de hacerse cargo de las protestas, Milley recibió una carta de Ruben Gallego demócrata por Arizona. En la que le preguntó que si intenta seguir órdenes ilegales de Trump. Pero el silencio en Washington se rompió por Goldfein, quién se expresó sobre los eventos tras la muerte de George Floyd. Hasta el día 03 de junio de 2020, fue que el principal consejero militar y publicó una carta en donde mencionó que la milicia tenía que proteger el derecho de expresión de sus ciudadanos, y añadió que todos los servidores públicos que se comprometieron con la idea de lo que es Estados Unidos seguirán siendo fieles al juramento y su gente.

Ante esto, James Stavridis antiguo almirante y comandante supremo en Europa, aludió que al menos es un comienzo, ya que los jefes militares han publicado guías contra la discriminación racial, y para él, es lo más que pueden hacer sin renunciar a su cargo. Mientras, el antiguo vocero del Departamento de Seguridad Interna, David Lapan, comentó que esto lo podía haber hecho una semana antes.

Finalmente, el texto concluye dando a conocer que tras las fotos tomadas el pasado lunes 01 de junio de 2020, Milley se pasó horas intentando conversar con la guardia nacional y con los protestantes hasta entrada la medianoche.