Guerre de mercenaires entre la Russie et la Turquie en Libye
Filiu, Jean-Pierre [2020], "Guerre de mercenaires entre la Russie et la Turquie en Libye", Le Monde, Paris, 7 de junio, https://www.lemonde.fr/blog/filiu/2020/06/07/guerre-de-mercenaires-entre...
La nota describe cómo el Grupo Wagner está inmiscuido en el conflicto geopolítico en Libia desde 2018 y han luchado contra los rebeldes sirios que ha sido reclutados por Turquía. Es necesario señalar que Gaddafi había reclutado masivamente mercenarios extranjeros dentro de su "Legión Islámica". Algunos mercenarios, que regresaron a Malí después de la caída de Gaddafi en 2011, ayudaron a fundar el grupo yihadista Ansar Eddine, uno de los más peligrosos de Libia.
De esta manera, Khalifa Haftar el ex general de Gadafi que ha intentado desde 2014 imponer su autoridad sobre toda Libia, ha reclutado a miles de mercenarios de Sudán y Chad, para formar parte del "Ejército Nacional de Libia". Sin embargo, la nota señala que la intervención de mercenarios rusos en octubre de 2018 generó un cambio en la lógica de este conflicto.
Compromiso y repliegue del Grupo Wagner
Asimismo, la nota plantea que los rusos han estado probando una forma de enfrentamiento en Siria donde el combate en el terreno no es librado por combatientes regulares, sino por mercenarios de corporaciones militares privadas. Lo anterior hace posible negar cualquier participación oficial en el conflicto, así como "privatizar" las pérdidas. El grupo Wagner, dirigido por un ex oficial de inteligencia militar, que ya estaba muy involucrado en Siria, fue movilizado en beneficio del "Ejército Nacional de Libia".
Por otra parte, se supone que Rusia debe reconocer como única autoridad al gobierno del Acuerdo nacional en Trípoli, pero Haftar está luchando en contra de un plan de reconciliación nacional, impulsado por Naciones Unidas. Así, pretende lanzar una ofensiva contra el gobierno de Trípoli y cuenta con el respaldo de los Emiratos, Egipto y Arabia Saudita, pero son los mercenarios rusos los que marcan la diferencia en los feroces combates en la capital.
Según un reporte de Naciones Unidas, se estimó que 1 000 mercenarios del grupo Wagner fueron contratados en Libia, con una lista detallada de 122 de ellos. A veces son responsables de operar baterías antiaéreas rusas entregados por Emiratos Árabes Unidos. Esta escalada en la internacionalización resulta en que el gobierno de Trípoli mire hacia Turquía, cuya intervención directa, desde enero de 2020, cambió el equilibrio de poder.
Por ejemplo, la reconquista por parte de las fuerzas leales, el 18 de mayo de 2020 de la base aérea de Al-Watya, mantenida por Haftar en el oeste de Libia desde 2014, fue seguida, cinco días después, por la retirada de los mercenarios rusos. Es sobre esta misma base que Rusia acaba de desplegar 8 aviones de combate Mig29 y Su24, probablemente para disuadir al gobierno de Trípoli de llevar su ventaja demasiado lejos. Según los informes, la muerte de aproximadamente 30 mercenarios rusos en los combates, precipitó su retirada.
Mercenarios de origen Sirio contratados por Turquía
Turquía, como Rusia, ha transferido a Libia un modo de compromiso que, según cree, ha resultado exitoso en Siria. Los elementos árabes y turcomanos que habían acompañado la ofensiva turca de octubre de 2019 contra las milicias kurdas fueron reclutados por miles para apoyar, esta vez, las operaciones turcas en Libia. Según la nota, se estiman en 7 000 y provienen de varias milicias sirias pro-turcas, incluida la División Sultan Mourad (mayoritariamente turcomana), el Frente Levante y la Brigada Suleiman Shah, ambos árabes. Diferentes testimonios establecen su compromiso sobre la base de un contrato renovable de 2 000 a 3 000 dólares por mes. El Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH, por sus siglas en francés), menciona que otros 3 000 reclutas sirios están siendo entrenados en Turquía.
La ONG Sirios por la verdad y la justicia (STJ, por sus siglas en inglés) acusa a las milicias sirias involucradas en Libia de haber reclutado a menores de edad, sobre la base de documentos de identidad falsificados. De esta manera, 20 combatientes menores de 18 años ya han sido asesinados en sus filas. Asimismo, Haftar estableció una alianza oficial con el régimen de Assad, que le permitió reabrir, en marzo de 2020, la embajada libia en Damasco, cerrada desde 2012.
Lo anterior fue acompañado por el reclutamiento de mercenarios para Libia: milicias pro-Assad, bajo los auspicios de la inteligencia siria y el ejército ruso. Los contratos se firman sobre la base de mil dólares al mes, junto con varias ventajas con las tropas rusas en su regreso a Siria. Y el OSDH anunció que las primeras muertes en combate de estos partidarios de Assad comprometidos en Libia ha sido mayor (ha superado los 1 000), que la de los mercenarios reclutados por Turquía.
Finalmente, la nota que concluye señalando que en este conflicto se lleva a cabo un "sirianización" de la crisis libia: Turquía, al exaltar su pasado otomano, y Rusia al afirmar su ambición mediterránea, han reflejado la justificación de su intervención en Siria y Libia. Erdogan y Putin trabajaron para excluir a Francia y Europa de las negociaciones sobre la guerra en Siria y sobre la que se lleva a cabo en Libia.
La guerra en Libia es un campo de experimentación de las formas "híbridas" de los conflictos y del recurso cada vez más frecuente a las fuerzas mercenarias y a las corporaciones militares privadas. En una geometría muy inestable, Rusia está aumentando su influencia en Medio Oriente: Libia, Siria, haciendo todo tipo de alianzas y haciendo aún más explosiva la situación de la región. Además de los temas de la privatización de la guerra y la seguridad, la proliferación de los grupos mercenarios alimenta la ruptura de las formas y medios de control sobre los conflictos, propiciando colapsos y guerras interminables, en los que el negocio es la continuidad de los enfrentamientos y no hay ganador posible.