Alemania enfrenta 'un enemigo interno': los neonazis se infiltran en el ejército

Cita: 

Bennhold, Katrin [2020], "Alemania enfrenta 'un enemigo interno': los neonazis se infiltran en el ejército", The New York Times, New York, 10 de julio, https://www.nytimes.com/2020/07/07/climate/climate-change-arctic-fires.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Viernes, Julio 10, 2020
Tema: 
Miembros de la ultraderecha se han infiltrado en la KSK, unidad militar de élite alemana.
Idea principal: 

Katrin Bennhold es jefa de la corresponsalía de Berlín de The New York Times. Cubre una gama diversa de temas: desde el auge del populismo hasta asuntos de género.


La nota narra cómo un comando policial hizo un cateo en la propiedad rural de un sargento mayor de las fuerzas especiales, (la unidad militar secreta más entrenada de Alemania). Se sospechaba que este sargento era neonazi. En el cateo, la policía encontró enterrados: dos kilogramos de explosivos plásticos PENT, un detonador, un fusible, un AK-47, un silenciador, dos cuchillos, una ballesta y miles de municiones, muchas de las cuales se cree que fueron robadas al ejército alemán. También un cancionero de las SS, 14 ediciones de una revista para ex miembros de las Waffen SS y una gran cantidad de símbolos nazis.

Durante años, los políticos y los jefes de seguridad rechazaron la noción de cualquier infiltración de la extrema derecha en los servicios de seguridad, y hablaron solo de “casos individuales”. La idea de que existieran redes dentro de instituciones políticas o militares fue descartada, sin embargo, los casos de extremistas de derecha en el ejército y la policía que acumulan armas y explosivos, se han multiplicado.

Los funcionarios de inteligencia alemanes ahora actúan para enfrentar un problema que se ha vuelto demasiado peligroso como para negarlo. La nota señala que los extremistas podrían concentrarse en la unidad militar de élite del Estado alemán: Kommando Spezialkräfte, (KSK, por sus siglas en alemán).

El problema se ha profundizado con el surgimiento del partido Alternative für Deutschland, o AfD, que legitimizó una ideología de extrema derecha ante la llegada de más de un millón de inmigrantes en 2015.

Por esa razón, la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), disolvió una compañía de combate KSK, considerada infestada de extremistas: el sargento mayor cuyas armas y explosivos estaban enterradas, era miembro. Además, 48 000 cartuchos de municiones y 62 kilogramos de explosivos desaparecieron por completo de la unidad de KSK.

La agencia de contrainteligencia militar de Alemania ahora investiga a más de 600 soldados, de 184 000 que pertenecen al ejército; 20 de ellos son miembros de KSK, una proporción que es cinco veces mayor que en otras unidades. Pero se plantea que el problema podría ser mucho mayor y que en otras instituciones de seguridad también habría infiltrados.

En los últimos 13 meses, terroristas de extrema derecha han asesinado a un político, atacado una sinagoga y matado a tiros a nueve inmigrantes y alemanes descendientes de inmigrantes.

Se ha descubierto que es posible que existan redes nacionales de soldados y agentes de policía, tanto en funciones como retirados, vinculadas con la extrema derecha: los soldados han usado las redes como un modo de prepararse para cuando el orden democrático de Alemania colapse y lo llaman “Día X”. Pero, los funcionarios temen que sea realmente un pretexto para incitar actos terroristas o un golpe de Estado.

Este tipo de lazos a veces llegan hasta las viejas redes neonazis, que acumulan armas, mantienen casas de seguridad y, en algunos casos, listas de enemigos políticos. Pero investigar el problema también presenta dificultades: incluso la agencia de contrainteligencia militar, encargada de monitorear el extremismo dentro de las fuerzas armadas, podría tener filtraciones.

Por ejemplo, un investigador de alto rango en la unidad de extremismo fue suspendido en junio de 2020 después de compartir material confidencial de la redada de mayo de 2020 con un contacto de KSK, quien a su vez se lo pasó a otros ocho soldados, avisándoles que a continuación la agencia podría dirigir su atención a ellos.

Asimismo, se descubrió otro caso, el de un reservista que tenía una lista con los números celulares y las direcciones de 17 políticos. El caso condujo a otras nueve redadas en Alemania el viernes 3 de julio de 2020.

Al interior de la “casa de tiro”

El general Markus Kreitmayr, comandante de KSK fue entrevistado y mencionó que no podía explicar por qué, supuestamente, hay tantos casos de extremismo de ultraderecha en el ejército. Desde la posguerra y dada su historia nazi, Alemania mantiene una relación conflictiva con sus militares. En 2011 abolió el servicio militar obligatorio y pasó a ser una fuerza de voluntarios. Como resultado, los militares son cada vez menos un reflejo de la sociedad alemana en general, y representan a una porción más estrecha de ésta.

Kreitmayr también dijo que un gran porcentaje de soldados son alemanes orientales (una región donde la AfD tiene influencia). Se sospecha que aproximadamente la mitad de los hombres en la lista de miembros de KSK podrían ser simpatizante de la ultraderecha.

Por ejemplo, el soldado de KSK André Schmitt (conocido como Hannibal), proveniente del Este de Alemania, estableció un grupo en Telegram para soldados y oficiales de policía que compartían la creencia de que los migrantes destruirían el país.

La red de Hannibal

Schmitt abandonó el servicio activo en septiembre de 2019, después de que encontraron granadas de entrenamiento robadas en un edificio que pertenecía a sus padres. Este sujeto dice que tiene una red de fuerzas especiales, de inteligencia, ejecutivos de negocios y masones, con los que se reúne regularmente.

Creó sus chats de Telegram en 2015 e integró a los miembros que residen en diferentes puntos geográficos de Alemania. Dirigió un grupo llamado Uniter, una organización para profesionales relacionados con la seguridad que brinda beneficios sociales, pero también capacitación paramilitar.

La agencia de inteligencia nacional alemana anunció que estaba poniendo bajo vigilancia a Uniter. Las autoridades encontraron sus chats en 2017, cuando investigaban a un soldado sospechoso de organizar un complot terrorista. De esta manera, los investigadores ahora se preguntan si los chats y Uniter fueron el primer paso para generar una red de extrema derecha que se ha infiltrado a instituciones estatales.

Cabezas de cerdo y saludos de Hitler

El sargento mayor cuyas armas enterradas se descubrieron en mayo de 2020, fue identificado como Philipp Sch. Estaba entre los 70 soldados de la Segunda Compañía de KSK que se había reunido en un campo de tiro militar, donde se había organizado una fiesta especial de despedida para un teniente coronel, un hombre reconocido como héroe de guerra por escapar de una emboscada en Afganistán.

Este coronel, tenía que completar una carrera de obstáculos y como premio, sus hombres habían llevado a una mujer, que en vez de convertirse en su trofeo, fue a la policía, ahí contó que los había visto cantar letras neonazis y de hacer el saludo nazi.

Después de que pasaron 3 años desde la fiesta, el servicio de contrainteligencia militar vigiló a Philipp Sch., pero eso no impidió que las KSK lo promoviera al rango más alto posible de suboficial. Por otra parte, en junio de 2020, un soldado de KSK dirigió una carta de 12 páginas a la ministra de defensa, en la que pedía una investigación sobre lo que describió como una “cultura tóxica de aceptación” y una “cultura de miedo” dentro de la unidad. Además, las pistas sobre los soldados extremistas eran colectivamente ignoradas o incluso toleradas.

El pasillo de la historia

Un ex comandante de KSK, el general Reinhard Günzel, fue despedido después de escribir una carta en 2003 en apoyo a un discurso antisemita de un legislador conservador. Günzel posteriormente publicó un libro llamado “Guerreros Secretos”, donde ubicaba a KSK en la tradición de una notoria fuerza especial de la época nazi.

También ha sido un orador popular en eventos de extrema derecha, por lo tanto, se ha convertido en un destacado ideólogo de la nueva derecha, según Christian Weissgerber, un ex soldado que escribió un libro sobre su propia experiencia de ser un neonazi en el ejército.

De esta manera, la nueva derecha alemana, abarca activistas juveniles, intelectuales, miembros del ejército y partidos que pretenden ocupar posiciones políticas legitimando esta ideología, así como el anti semitismo y el racismo.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La nota es muy interesante porque se le ha estado dando seguimiento a los artículos relacionados con la ultraderecha alemana y su auge, no sólo en términos de la sociedad civil e instituciones políticas como el partido AfD. Sino que se observa este aspecto militar o paramilitar, estratégico para los grupos de simpatizantes nazis que necesitan entrenamiento.

Anteriormente se fichó sobre estos grupos y su capacitación paramilitar a las afueras de San Petersburgo, sin embargo, esta nota es inquietante ya que apunta cómo estos sujetos con una ideología radical se unen al ejército y a instituciones que tienen que ver con la seguridad nacional y la contrainteligencia alemanas, generando redes de apoyo que parecen estar a la sombra. No obstante, muchas cuestiones no salen a la luz: ¿quién los organiza?, ¿cuando llevarán a cabo el siguiente ataque terrorista?, ¿qué medidas tomará el gobierno alemán?