Ioan Grillo es un periodista inglés que radica en México. Es especialista en temas relacionados con el crimen organizado y la guerra contra el narcotráfico en América Latina.

Ioan Grillo plantea un ambiente de cambio con respecto a la guerra contra las drogas presente tanto en México como Estados Unidos. Por un lado, está Joe Biden, presidente electo que visualiza un cambio en las acciones que se están implementando en la nación estadounidense. Por otro lado, se encuentra Andrés Manuel López Obrador que no tiene una dirección clara para la resolución de dicha situación, según Grillo.

Tomando esto como punto de referencia, el autor hace un recuento histórico sobre el combate a dicha problemática. En ese sentido, cuando Richard Nixon estaba a cargo de Estados Unidos, implementó un plan de acción que consistía en erradicar el narcotráfico, en el país, pero iniciando en México, pues el mandatario consideraba que ahí estaba la raíz del problema. Sin embargo, esta guerra contra las drogas ha traído efectos negativos para ambas naciones. (Dato crucial 1)

En cuanto a México, las fuerzas armadas del país se han visto involucradas en reclutamientos contra los carteles de droga desde el año 2006. Asimismo, se ha acusado de trabajar con los cárteles a algunos de los agentes de seguridad que encabezaban esta guerra en México. (Datos cruciales 2 y 3)

Grillo puntualiza que, a pesar de todo este panorama de fracasos en ambas naciones, es posible un cambio de dirección en cuanto a la política antinarcóticos. De hecho, conviene subrayar la modificación de dirección que hubo durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre de 2020, pues el estado de Oregón estuvo a favor de una iniciativa con respecto a la despenalización de cantidades reducidas de droga dura (heroína, cocaína y metanfetamina). Ésta consistía en la medida legal de multar y someter a rehabilitación a aquellas personas que fueran descubiertas portando estupefacientes de este tipo. Igualmente, se legalizó la marihuana para uso recreativo en 17 estados más de dicha nación. (Dato crucial 4)

Por lo que se refiere al caso mexicano, en 2019, el Senado también aprobó una ley de legalización de marihuana, aunque la propuesta aún debe pasar por la Cámara de Diputados. Esta ley tiene como objetivo permitir que los ciudadanos porten 28 gramos de marihuana y que puedan cultivar hasta 6 plantas.

Volviendo a la cuestión con Estados Unidos, el presidente Joe Biden plantea una reforma al sistema de justicia que tenga como tema principal la redirección de la política antinarcóticos. Contrario al punto de vista de Nixon, el gobierno de Biden planea enfocar sus acciones a tratamientos y rehabilitación para frenar el flujo económico en el crimen organizado y que éste vaya perdiendo poder poco a poco. Esto con el fin de recudir la corrupción que se lleva a cabo a partir del narcotráfico. (Dato crucial 5)

En cuanto al gobierno de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador muestra cierta indiferencia ante la situación. En el ámbito público este gobernante expresa preocupación ante la guerra contra el narcotráfico que han impulsado los presidentes en sexenios anteriores al suyo, pero no hay una estrategia de seguridad clara de su parte. A pesar de que la colaboración con Estados Unidos para enfrentar el problema de manera bilateral supondría el escenario ideal, el presidente de México no ha tomado cartas en el asunto aún.

De acuerdo con Grillo, la legalización del cultivo de marihuana resultaría conveniente para combatir al tráfico ilegal de estupefacientes, pues los agricultores mexicanos que trabajan para el crimen organizado, perderían sus vínculos con éste. Cabe destacar que “la reforma a la política sobre narcóticos no requiere que se legalicen todas las drogas, sino que el enfoque cambie a reducir los daños y concentrarse en el tratamiento, además de determinar dónde pueden crearse mercados legales redituables”.

La política de Nixon estaba enfocada en el control del narcotráfico donde intervenía la policía. No obstante, actualmente este modo de lidiar con el problema no es del todo resolutivo, pues sucumbe a la violencia y frena el establecimiento de la paz que podría tenerse en la región con políticas más efectivas por parte de los gobiernos de ambos vecinos.