Kate Conger es una reportera de The New York Times en San Francisco. Trabaja en el área de tecnología donde cubre temas laborales, políticos y de vida interna de las empresas. Anteriormente escribió sobre ciberseguridad para Gizmodo y TechCrunch.

En la industria tecnológica es muy inusual la sindicalización y más aún en Silicon Valley. Sin embargo, a razón del creciente activismo en Google en contra de las políticas de salario, acoso y ética, empleados de la empresa lograron la sindicalización de un pequeño grupo de 400 trabajadores y contratistas de tiempo completo de Google distribuidos en las ciudades de Silicon Valley, Cambridge y Seattle.

Se trata de la conformación de Alphabet Workers Union (en honor a la empresa matriz de Google, Alphabet), es un sindicato minoritario, pues representa sólo una fracción de los más de 260 000 trabajadores. Este sindicato da protección y recursos a sus miembros afiliados, quienes contribuyen con 1% de su compensación total al sindicato. La organización está afiliada al “Communications Workers of America” (C.W.A., por sus siglas en inglés), sindicato formado por trabajadores de las telecomunicaciones y los medios de comunicación de Estados Unidos y Canadá.

Miembros de este nuevo sindicato afirman que se trata de un esfuerzo para estructurar y afianzar el activismo en Google, antes de pretender negociar un contrato. En este sentido Chewy Shaw, ingeniero de Google y miembro del sindicato, dijo que era una herramienta necesaria para presionar a la dirección y poder incidir en los asuntos del lugar de trabajo. En respuesta Kara Silverstein afirmó que la empresa está comprometida con sus empleados y trabaja arduamente para mantener en óptimas condiciones la política salarial y los derechos laborales.

La creación de este sindicato es ejemplo del activismo expandido por Silicon Valley en los últimos años. Empresas como Amazon, Salesforce, Pinterest, entre otras, han sido foco de protestas en contra de la discriminación salarial y el acoso sexual. Sin embargo, las más fuertes se han registrado en Google. En 2018, más de 20 000 empleados hicieron huelga en protesta por la forma en que la empresa manejaba el acoso sexual. También se han opuesto a decisiones que consideran poco éticas, como el desarrollo de inteligencia artificial para el Departamento de Defensa y el suministro de tecnología a Aduanas y Protección de Fronteras. A pesar del creciente activismo, los sindicatos de Silicon Valley no han ganado fuerza.

A finales de 2019 un grupo de empleados de Google se reunió con el C.W.A. para discutir una campaña sindical. En verano de ese año comenzó la afiliación oficial de algunos empleados al sindicato y en diciembre de 2019 se celebró la elección del consejo ejecutivo. No obstante, varios empleados organizados previamente se opusieron a la propuesta de el C.W.A. y negaron su afiliación argumentando que el C.W.A. estaba más interesado en reclamar territorio que en las necesidades laborales de sus afiliados. El C.W.A. respondió que solo acudió al llamado de los trabajadores de Google para ayudar a organizar el sindicato.

Si bien Alphabet Workers Union, al ser un sindicato minoritario no puede negociar contratos, sí puede ganar un voto formal ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales y empujar a Google para que cambie sus políticas. Además, esta estructura dota al sindicato de libertad para incluir a contratistas de Google, que quedarían excluidos, en un sindicato tradicional.