Alan Macleod es miembro del Glasgow Media Group . Es autor del libro Bad News From Venezuela: Twenty Years of Fake News and Misreporting, que fue publicado en 2018. Sus temas de investigación incluyen los medios sociales, las subculturas de internet, la propaganda, noticias falsas y la política latinoamericana.

El almirante Charles A. Richard, quién forma parte del U.S Naval Naval Institute Journal afirma que “los militares deben considerar la posibilidad de una competencia entre grandes potencias, una crisis o un conflicto armado directo con capacidad nuclear”. Del mismo modo, los militares deben prepararse para una actualización y modernización de los enfoques actuales hacia dos principales adversarios. Lo anterior se debe a que cada vez es más real la posibilidad de que se desate una crisis regional con Rusia o China que pueda convertirse en un conflicto con armas nucleares.

Las palabras de Charles Richard resuenan en un informe del Consejo Atlántico, que es un organismo en el que se involucran generales estadounidenses de alto nivel y estrechamente vinculado a la OTAN. Este organismo aconsejó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden a trazar una “serie de líneas rojas en torno a China, más allá de las cuales Estados Unidos respondería de forma militar”.

En los últimos meses de 2020 y lo que va del 2021, Estados Unidos ha realizado numerosas acciones militares con el afán de provocar a China; ejemplo de lo anterior son los ejercicios navales en el Mar de China Meridional, en donde se desplegaron fuerzas armadas con la intención de sondear las defensas costeras de China.

A finales del 2020, Estados Unidos “voló con bombarderos nucleares sobre buques chinos cerca de la isla de Hainan”. Asimismo, Estados Unidos continuó con ataques a China desde diversos ámbitos. Además, durante 2020 el senador de Florida, Rick Scott declaró que “todos los chinos en Estados Unidos eran espías comunistas y debían ser tratados con extrema sospecha”. Las acciones de Scott forman parte de una guerra propagandística en contra de China.

Por su parte Rusia también cuenta con un gran alto número de desaprobación dentro de la población estadounidense, lo cual se debe al aumento del sentimiento nacionalista exacerbado principalmente durante la administración de Trump. Como consecuencia de este sentimiento nacionalista se prestó poca atención a las decisiones del ex presidente Trump de retirarse de todos los acuerdos antinucleares de los que Estados Unidos formaba parte, incluidos los tratados de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio y de Cielos Abiertos.

Las relaciones internacionales actuales muestran la posición de las naciones nucleares, quienes han ignorado las herramientas diplomáticas y de seguridad práctica disponibles para manejar los riesgos nucleares. Lo anterior ha aumentado las posibilidades de que una guerra nuclear se desencadene. Por su parte, la actual administración de Joe Biden parece seguir las mismas políticas agresivas que Donald Trump, situación que exacerba las posibilidades de que se desarrolle un conflicto armado.

De acuerdo con Daniel Ellsberg, autor del libro The Doomsday Machine: Confessions of a Nuclear War Planner, en el caso de que se desarrolle un ataque nuclear estadounidense exitoso contra la Unión Soviética en el que no reciban ningún tipo de represalia, al menos 99% de la población moriría como resultado.

Lo anterior sucedería como consecuencia directa del humo y hollín desprendido de las cientos de ciudades en llamas por los bombardeos; el humo sube a la estratosfera bloqueando el paso de la luz solar y las lluvias, lo que generaría la reducción de la temperatura anual del planeta generando una nueva era de hielo y con ello matando a todas las cosechas del mundo, lo que devendría en una crisis alimentaria internacional.