Alfredo Valadez Rodríguez Corresponsal Periódico La Jornada

En Zacatecas se vive una de las peores sequías en las últimas décadas. La falta de lluvias por tercer año consecutivo ha afectado tanto a ganaderos como a agricultores, así como a la flora y fauna de la región.

A pesar de que el noroeste del estado es reconocido como uno de los principales graneros del país, habitantes de los municipios de Sombrerete, Saín Alto, Río Grande y Juan Aldama, se encuentran preocupados al no tener certeza de cuándo va a llover. Entre 70 y 80 por ciento de los espejos de agua y pequeñas presas en la región se encuentran secos.

Los pobladores, principalmente ganaderos, consideran que la situación es realmente crítica y manifiestan la necesidad de apoyo del gobierno federal. La falta de lluvias ha provocado también la falta de pasto y forrajes necesarios para la alimentación del ganado. Si la situación no mejora pronto, los ganaderos tendrán que comenzar a vender sus animales, argumentan los productores.

Aunado a la sequía, la actividad minera en la región ha provocado el abatimiento de los mantos freáticos de la región. Las empresas Grupo Peñoles y Grupo México no sólo usan grandes cantidades de agua para extraer plata, sino que además la contaminan.

Además, los productores se quejan de la “desaparición” de programas federales en apoyo al sector agropecuario, así como de la eliminación de los fideicomisos que daban accesos a los productores a financiamiento y créditos, por lo cual piden una mayor atención al campo por parte del presidente López Obrador.

Finalmente, se señala que la sequía empeoró a lo largo del año 2020 y junto con los altos precio del diésel y la pandemia, ha puesto en graves predicamentos a los productores zacatecanos, quienes también se enfrentan la falta de seguros catastróficos que anteriormente pagaban los gobiernos estatal y federal para protegerlos de fenómenos climáticos severos.