En 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció que el ejército construirá diversas secciones del Tren Maya, un proyecto de infraestructura de mil 500 kilómetros ubicado en la península de Yucatán. Posteriormente, anunció que las fuerzas armadas también operarán una parte de la línea del tren. En marzo de 2021, AMLO dio a conocer que las ganancias del Tren Maya serán administradas por el ejército.

Durante su campaña presidencial, AMLO criticó el abuso del ejército sobre los derechos humanos y prometió devolver a los militares a los cuarteles. Sin embargo, desde que se convirtió en presidente sólo les ha otorgado más poder. El ejército no había tenido tal influencia sobre los asuntos públicos en México desde la década de 1940. En mayo de 2020, el presidente emitió un decreto donde se formalizan las operaciones de las fuerzas armadas en la seguridad pública.

Durante 2020, las fuerzas armadas y la marina tomaron posesión de la aduana, puertos y la frontera con Estados Unidos. El ejército mexicano no solo está involucrado en la construcción del Tren Maya y el nuevo Aeropuerto Internacional, sino que enfrenta al narcotráfico, controla la migración, resguarda oleoductos y administra puertos y hospitales; estas tareas antes estaban encomendadas a la policía u otras agencias gubernamentales.

Al inicio de su administración, AMLO desmanteló la policía federal y creó la Guardia Nacional, integrada por más militares o cadetes que por civiles.

Mientras otras secretarías enfrentan recortes presupuestales, el gasto militar ha crecido considerablemente.

El apoyo de las fuerzas armadas parece obedecer el deseo de resultados rápidos. AMLO, quien desconfía de los organismos civiles y del sector privado, ve al ejército como un cuerpo eficiente y sin corrupción. No obstante, la creciente importancia de los militares puede tener consecuencias no deseadas.

Existe un acuerdo tácito entre el gobierno y las fuerzas armadas para que no se involucren en la política. Pero, el caso del ex secretario de defensa y militar retirado Salvador Cienfuegos demuestran lo contrario. En octubre de 2020 Estados Unidos arrestó al general Cienfuegos en Los Ángeles por su presunta colaboración con un narcotraficante conocido como "H2". Tras el arresto, el gobierno mexicano manifestó su inconformidad ante la falta de información al respecto. Un mes después los fiscales estadounidenses retiraron los cargos permitiendo a Cienfuegos regresar a México. Las circunstancias alrededor de este caso permanecen turbias. Algunos creen que fueron los fiscales quienes cometieron un error al arrestarlo; otros, que la falta de un juicio a su llegada se debe al nuevo rol del ejército en los asuntos públicos.

Por otro lado, la participación de los militares en el mantenimiento del orden tampoco ha supuesto una reducción de la violencia. Por el contrario, los grupos criminales se han dividido, lo que ha dado lugar a más conflictos.

A pesar de que hay expertos que aseguran que el ejército es la institución menos proclive a la corrupción, la información disponible sobre el uso de los recursos públicos por parte del ejército denota poca transparencia.

Finalmente, el impulso de la infraestructura por las fuerzas armadas ha tenido sus complicaciones. En la construcción del Tren Maya se han reportado suspensión de obras por conflictos con las comunidades indígenas aledañas.