Noam Scheiber es un reportero con sede en Chicago que cubre a los trabajadores y su lugar de trabajo. Antes de llegar al New York Times, pasó casi 15 años en la revista The New Republic, donde cubrió política económica y tres campañas presidenciales.

El nuevo proyecto celebrado por Patricia Fahy, legisladora de Nueva York, fue aprobado en enero del 2021. Se trata de la primera planta de montaje del país dedicada a la construcción de torres eólicas marinas. Un sindicato poderoso informó a Patricia Fahy que la mayoría de los equipos para la construcción del proyecto vendrían del extranjero.

Los demócratas han hablado acerca de la transición de los combustibles fósiles, dicen que esto puede ayudar a evitar una crisis climática y generar millones de empleos. Joe Biden considera que lo más importante es la creación de trabajos. Los trabajadores y los ambientalistas tienen una relación tensa debido a que inicialmente el aumento en la producción nacional será más costoso y retrasará los objetivos de energía renovable.

Anne Reynolds, quien encabeza la Alianza para la Energía Limpia de Nueva York, considera que sería mejor si en Estados Unidos se fabricaran más paneles solares, pero otros países invirtieron dinero público durante una década. Por eso es más barato construirlos fuera de Estados Unidos. Los datos demuestran que los objetivos climáticos pueden crear puestos de trabajo.

La consultora Wood Mackenzie espera decenas de miles de empleos nuevos por año a finales de esta década en la energía eólica marina. Los sindicatos aceptan cada vez más esta lógica. En el extranjero se encuentra gran parte de la cadena de suministro de energía renovable y otras tecnologías limpias.

Defensores de una economía más verde consideran la importación de equipos como un beneficio, además creen que la producción nacional puede elevar el precio de las energías renovables y relentizar la transición de los combustibles fósiles. Las personas que enfatizan la velocidad sobre el abastecimiento consideran que la mayoría de los trabajos en energía renovable estarán en la construcción de energía solar y plantas eólicas, no en la fabricación de equipos.

Los grupos laborales están preocupados porque creen que los trabajos de construcción e instalación pueden ser poco remunerados y temporales. Ellos consideran que la manufactura ha ofrecido salarios y beneficios más altos, además de mantener fuerzas laborales durante años. Los líderes sindicales están presionando a la administración para que imponga condiciones estrictas a los subsidios que otorga a las áreas verdes.

La experiencia de Nueva York muestra que estos debates pueden ser delicados porque están en juego trabajos y proyectos específicos. Communications Workers of America comenzó a considerar formas de reactivar el empleo en la fábrica de General Electric a finales del 2020. Equinor, un desarrollador noruego quien fue el eventual ganador en la oferta de proyectos prometió ayudar a llevar una planta de ensamblaje de torres eólicas a Nueva York y mejorar un puerto en Brooklyn.

El sindicato elaboró un borrador de un proyecto de ley que pediría a los desarrolladores como Equinor que compraran sus equipos eólicos a fabricantes de Nueva York a principios de febrero de 2021. Los ambientalistas y los funcionarios de la industria expresaron su preocupación de que esta medida podría desalentar a los desarrolladores del estado. Lisa Dix, quien dirigió la campaña del Club Sierra de las energías renovables en Nueva York hasta principios de 2021, anunció que “hasta ahora, Equinor ha ido más allá de lo que ha hecho cualquier otra empresa”.

El sistema de Nueva York para evaluar las ofertas de energía limpia otorgó puntos a los desarrolladores que prometieron beneficios económicos locales. La directora de la coalición ambiental e industrial en Nueva York estaba preocupada porque creía que ir más allá del arreglo existente pudiera elevar los costos de la energía renovable hasta llegar a ser insostenibles. En Nueva York se cree que no hay ninguna razón por la que las turbinas deberían provenir de Francia y no de Schenectady.

El consejo de oficios de la construcción del estado aprobado en abril 2021 permite que el estado otorgue puntos adicionales en el proceso de licitación a los desarrolladores que se comprometen a crear empleos de manufactura en el estado. La ley incluía una disposición de “compre estadounidense” para el hierro y el acero, pero la agencia estatal de investigación y desarrollo de energía (NYSERDA) puede renunciar al requisito.

Algunos analistas consideraron esto debido a que la mayoría de los equipos eólicos marinos son muy grandes y es poco práctico enviarlos a través del Atlántico.

Reino Unido instaló más aerogeneradores marinos que cualquier otro país, pero fabricó una pequeña parte del equipo a principios de 2021. Alun Roberts, experto en energía eólica marina de la consultora británica BVG Associates, anunció que "incluso con Reino Unido como el mercado más grande, los costos de logística no eran lo suficientemente grandes como para justificar nuevas fábricas".

Reino Unido ha fabricado hasta 2021 palas pero no góndolas. La administración de Biden está en un dilema porque si quiere trasladar la fabricación a Estados Unidos necesita un empujón agresivo. Funcionarios económicos demócratas en 2021 y anteriores no muestran interés a la idea de tomar parte del dinero federal para comprar equipo solar y eólico como lo pedía un funcionario de la Casa Blanca.