La explotación petrolera enfrenta diversos frenos: económicos, sociales, ambientales y tecnológicos. La empresa Shell ha hecho un esfuerzo sostenido para abrir la explotación petrolera sin mucho éxito hasta la fecha. Después de que Shell encontró petróleo y gas en Wainwright, Alaska, en 1980, confía en que volverá a hacerlo, por lo que espera perforar tres pozos exploratorios entre julio y octubre de 2012. En 1980 el precio del petróleo era alrededor de 15 dólares por barril. Eso era demasiado bajo para hacer rentable la extracción, el precio en 2012 ronda los 100 dólares. En 2005 y 2007 Shell pagó 2.2 mmd de dólares en licencias de exploración para la costa de Alaska. Hasta ahora Shell ha gastado 60 millones de dólares en el extenso trabajo sobre la fauna local y la arqueología, que implica 150 investigadores. ConocoPhillips y Statoil, que también planean perforar en Alaska, juntos han desembolsado unos $30 millones en el mismo tipo de trabajo de protección del ambiente. Shell ha gastado cerca de 4 mmd sin haber perforado un solo pozo en el Ártico, enfrentado a la oposición de los pueblos originarios, los ecologistas e incluso del presidente Obama.

De acuerdo con un estudio realizado en 2008 por el Servicio Geológico de Estados Unidos, el Ártico podría contener 90 mil millones de barriles de petróleo y 1.669 billones de pies cúbicos de gas natural, correspondiendo respectivamente a 13% y 30% de las reservas no descubiertas estimadas del mundo. Más del 84% de estos depósitos están en altamar, en las plataformas continentales de Estados Unidos, Canadá y Groenlandia para el petróleo; y Rusia y Noruega para el gas. Alaska posee un 20% del gran total estimado. Los avances en la perforación horizontal, ha permitido que se produzca más petróleo a partir de un menor número de pozos.

Mientras tanto, los campos petroleros más accesibles del mundo en Oriente Medio y en otros lugares se están agotando. Además que están cada vez más controlados por las empresas estatales. Esto ha dejado a las grandes compañías petroleras independientes que apuesten por alternativas que juegan con su capacidad tecnológica y su poder para asegurar la inversión a largo plazo.

Putin anunció planes para un nuevo régimen de inversión de las empresas petroleras extranjeras, ya que necesita de la producción del Ártico para compensar la disminución de los principales campos de petróleo en Siberia Occidental. La alianza Rosneft-ExxonMobil se concretó en abril, Rosneft y la italiana Eni anunciaron un acuerdo para explorar el mar de Kara. Statoil y Total tienen un acuerdo con Gazprom para invertir hasta $40 mil millones de dólares en la apertura del yacimiento de gas de Shtokman en el este del mar de Barents.

La producción de hidrocarburos del Ártico a través del hielo será complicada. Una forma de hacerlo es construir la infraestructura de producción en el lecho marino, debajo del hielo; otra opción es aislar con concreto resistente al hielo marino. Pero ambas opciones serían vulnerables a un gran iceberg que podría recorrer el fondo marino a una profundidad de varios metros. Otro riesgo técnico también es político: la dificultad o la imposibilidad de la limpieza de derrames de petróleo en el hielo. Es por ello que Estados Unidos y Groenlandia ordenan detener las perforaciones exploratorias en septiembre, un mes antes de que el mar se congele durante el invierno. Pero cuando comience la producción, tales pausas ya no serán posibles. El Ártico cuenta también con una importante producción minera pasada y actual: minas de zinc en Alaska, de níquel paladio en Rusia, inversiones de ArcelorMittal para explotar mineral de hierro en Canadá; se estima que en Groenlandia existen importantes reservas de hierro, uranio , oro, tierras raras, diamantes y rubíes.