Alan Rappeport es un reportero de política económica en el New York Times. Se dedica principalmente a cubrir y escribir temas relacionados con el Departamento del Tesoro, impuestos, comercio y temas fiscales.

Un informe de la organización ProPublica, basado en datos fiscales del Servicio de Impuestos Interno de Estados Unidos (IRS, por sus siglas en inglés), ha expuesto el sesgo plutocrático del sistema tributario estadounidense.

Multimillonarios como Jeff Bezos, Michael Bloomberg, Warren Buffet y George Soros se han beneficiado de las ambigüedades y vacíos legales en el código tributario de Estados Unidos. El informe de ProPublica señala que entre 2014 y 2018 los empresarios pagaron 13.6 mil millones de dólares (mmdd) en impuestos sobre la renta cuando en el mismo periodo su valor neto colectivo fue de 401 mmdd.

Más allá de la evasión de impuestos, el sistema tributario de Estados Unidos “privilegia gravar ingresos laborales en lugar de la riqueza”. La fortuna de los millonarios incluye casas, acciones, yates, entre otras inversiones, que no se gravan a menos que exista la venta de alguno y genere una ganancia de capital. Sin embargo, hasta en aquella situación la ley tiene vacíos.

La divulgación de información fiscal confidencial se sucede en el contexto de la revisión por parte del presidente Joe Biden del sistema tributario estadounidense, en la cual se tiene planeado aumentar los impuestos a las corporaciones y millonarios. Biden ha propuesto elevar la tasa marginal máxima de impuesto sobre la renta de 37 a 39.6%, marcando una ruptura con el manejo de la política fiscal de Donald Trump.

No obstante, se señala que el informe de ProPublica podría hacer que Biden considere un impuesto sobre la riqueza, ya que el alza en la tasa marginal máxima representaría muy poco para los 25 estadounidenses más ricos de Estados Unidos. Según Chuck Marr, director de política tributaria federal en el Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas, el enfoque de Biden es relativamente modesto, ya que según la información disponible el código fiscal tributario recompensa la riqueza y castiga el trabajo.

A favor de imponer un impuesto sobre la riqueza está la senadora demócrata Elizabeth Warren, quien defiende la idea de establecer un impuesto a las personas cuyo patrimonio neto supere los 50 mdd, incluyendo acciones, yates y propiedades. En una entrevista la senadora comento que los legisladores deberían pensar en la riqueza más que en los ingresos al redactar la política fiscal; también añadió que un aumento de 2% o 10% en la tasa del impuesto sobre la renta no significaría una diferencia en los ingresos de los multimillonarios. En su opinión, la Casa Blanca debería ser más ambiciosa en materia de impuestos.

A pesar que los cambios al código fiscal de Biden consideran duplicar el gravamen a las ganancias de capital y aumentarlo para los beneficios corporativos, los asesores del presidente consideran que un impuesto sobre el patrimonio sería inviable. Según The New York Times, el presidente tiene el objetivo de perseguir el fraude fiscal, ya que desea recaudar 80 mmdd adicionales durante diez años para fortalecer el IRS, en lugar de gravar la riqueza.

En febrero de 2021, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen dijo al respecto que un impuesto a la riqueza es algo muy difícil de implementar. No obstante, un mes después Yellen sugirió estar abierta al impuesto sobre el patrimonio.

El informe de ProPublica pone al descubierto las prácticas de los despachos jurídicos de las empresas de los multimillonarios para minimizar su responsabilidad fiscal. Entre esas prácticas se hallan pedir prestadas enormes sumas de dinero respaldadas por enormes tenencias de acciones; estos préstamos no están sujetos a impuestos y los intereses que los ejecutivos pagan por el dinero prestado a menudo pueden deducirse de sus declaraciones tributarias. Es mediante el abuso de una red compleja de tecnicismos y deducciones perfectamente legales que los multimillonarios logran aplazar, retrasar e incluso posponer a perpetuidad el pago de impuestos, dijo al respecto Ron Wyden, senador por Oregón.

De acuerdo con el informe de ProPublica en 2007, Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon, no pagó ningún centavo de impuestos federales sobre la renta, incluso cuando el precio de las acciones de su empresa se duplicó. Cuatro años más tarde, cuando su riqueza aumentó a 18 mil millones de dólares, Bezos declaró pérdidas y recibió un crédito fiscal de 4 mil dólares para sus hijos.

George Soros, filántropo e inversor multimillonario, tampoco pagó ningún impuesto federal sobre la renta durante tres años consecutivos. El portavoz de Soros señaló que de 2016 a 2018 el filántropo perdió dinero en sus inversiones, por lo que no debía pagar impuestos.

En 2018, Michael Bloomberg, dueño de la plataforma de información financiera, Bloomberg L.P., declaró ingresos de mil 900 mdd y pagó solo 70.7 mdd en impuestos sobre la renta. Según el informe, Bloomberg pudo reducir su pago de impuestos a través de deducciones, donativos y “créditos por haber pagado impuestos extranjeros.

En contraste, Warren Buffet, presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway ha manifestado que espera que el 99.5% de su riqueza se destinara a los impuestos y la caridad después de su muerte. El empresario cree que el código fiscal debe cambiarse sustancialmente. De 2014 a 2018 Buffet, pagó solo 23.7 mdd en impuestos, cuando su riqueza aumentó en 24 mmdd.

Las autoridades federales han comenzado una investigación sobre la difusión de información fiscal privada, ya que se sospecha que fue filtrada por una fuente interna del IRS. Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca, reiteró que la divulgación de información confidencial es ilegal, misma postura que comparte Lily Adams, portavoz del Departamento del Tesoro. Adams aseguró que el asunto fue remitido a la Oficina del Inspector General, al Inspector General del Tesoro para la Administración Tributaria, a la Oficina Federal de Investigación y a la oficina del fiscal del Distrito de Columbia, todos ellos con autoridad independiente para investigar. El Departamento de Justicia remitió la consulta sobre una investigación al FBI, que a su vez remitió el asunto al IRS.

Por parte de Bloomberg, un portavoz declaró que utilizarían todos los medios legales a su disposición para determinar qué individuo o entidad gubernamental filtró la información fiscal y asegurarse de que se les responsabilice.

En su defensa ProPublica ha declarado que la información fue recibida en bruto y que fue seleccionada cuidadosamente para que los lectores puedan “ver patrones que hasta entonces estaban ocultos”.

El senador por Oregón subrayó la necesidad de reescribir el código tributario, pues lo datos del informe señalan que los multimillonarios se beneficiaron enormemente de la pandemia y no pagaron su parte justa. Señalo que las personas a las que representa han pagado sus impuestos son sus salarios, mientras que los ricos del país con buenos abogados y contadores han descubierto la fórmula para evadir al fisco.

Algunos congresistas republicanos restaron importancia a la idea de que los ricos no pagan suficientes impuestos y, en cambio, utilizaron las revelaciones para plantear dudas sobre la confiabilidad del IRS.

El senador Patrick J. Toomey, republicano por Pensilvania, considera que los ricos pagan lo justo y que el sistema tributario es muy progresivo. Señaló los datos que muestran que el diez por ciento de los que más ganan en Estados Unidos obtienen aproximadamente la mitad de todos los ingresos obtenidos y pagan el 70% de todos los impuestos sobre la renta. Mike Carpo, senador por Idaho, expresó su preocupación sobre la propuesta del gobierno Biden de dar al IRS más acceso a la información financiera de los contribuyentes, puesto que no se puede confiar que la agencia mantenga la seguridad de los datos.