Stanley Reed, es un periodista que ha escrito para el New York Times sobre todo en temas de energía, medioambiente y Medio Oriente desde 2012. Y anteriormente, era jefe de la revista BusinessWeek en Londres.

Se dice que detrás de 40 cajas (del tamaño de los contenedores que se utilizan para el transporte) hay pilas de celdas de iones de litio y otros equipos eléctricos, los cuales están conectados entre sí, y podría estar la batería más grande de toda Europa, la cual podría ser capaz de bombear ráfagas de electricidad para compensar las alteraciones en la red eléctrica. Y a pesar de que la energía eólica y solar son las más poderosas, la demanda de baterías gigantes seguirá en aumento.

Al igual que casi todas las petroleras, Shell se encuentra bajo presión para dejar de lucrar con combustibles que afecten al medio ambiente, por eso busca posicionarse como una empresa de energía renovable, y a su vez, asociarse con otras empresas, como con Minety. Algunos críticos mencionan que el cambio de Shell de petróleo y gas natural a las baterías gigantes debería acelerarse para tener un impacto mayor en los factores que afectan al cambio climático.

Una subsidiaria de Shell, llamada Limejump administra muchas de sus baterías, y compartirá sus ganancias de la venta de energía almacenada para negociar con dos inversionistas chinos. Otra subsidiaria es Sonnen, un proveedor de energía alemana, la cual diseña sus propias redes eléctricas y desafía a las empresas de servicios públicos. A su vez, Shell también creó un negocio de carga para vehículos eléctricos, que fomenta el uso de estaciones de servicio de hidrógeno en California.

Desde 2017, el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden habla de recortar la emisión de gas, sin embargo, algunos expertos consideran que se ha demorado, argumentando que no puede afirmar su transición, ya que el porcentaje que invierte es muy mínimo en comparación a otros proyectos.

Los líderes de las petroleras (principalmente en Europa) se enfrentan a la reducción de demanda de productos hechos con petróleo, se estima que en unos años esta industria desaparecerá por la desaprobación del papel que ejerce en el cambio climático.

La mayor parte de las ganancias de Shell se obtienen del petróleo, por eso son muy cautelosos al deshacerse del petróleo, gas y los petroquímicos, especialmente porque se prevé que el consumo de hidrocarburos continuará por algunos años. Sin embargo, los ejecutivos de Shell aún dudan de la rentabilidad de construir y operar con energía renovable, pero a su vez, quieren poner sus chips en tecnologías y negocios, porque creen que pueden evolucionar y convertirse en pieza clave para los sistemas de energía renovable que están surgiendo. Shell no se conforma con producir la energía renovable, sino que aspira a suministrarla a empresas como Amazon y distribuirla a los puntos de carga para vehículos eléctricos (los cuales ya posee).

Se estima una deficiencia en los sistemas eólicos y solares de baterías como las que fabrica Minety, ya que su rendimiento varía con el sol y con el viento; las redes eléctricas de energía renovable deben contar con una gran variedad de fuentes, y deben proporcionar un flujo constante y confiable. Por su parte, Limejump ya está trabajando en distintas baterías, las cuales podrían ser más grandes que las que fabrica Minety, respondiendo a la demanda de energía. Catherine Newman, directora ejecutiva de Limejump, menciona que la única forma de agregar más energía solar y/o eólica es a través de baterías.

Minety está trabajando en una batería que tiene capacidad de 100 megawatts, la cual pasa por revisiones finales antes de comenzar a trabajar, sin embargo, se tiene estimado que pueda abastecer de energía eólica a cientos de miles de hogares.

La solvencia económica de Shell ayudó a persuadir a dos empresas chinas para invertir en baterías de la petrolera: CNIC (un fondo de respaldo del gobierno chino) y China Huaneng Group (una compañía eléctrica).

Cuando la corte holandesa le ordenó a Shell disminuir las emisiones de gas, el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, respondió que acelerarían el proceso para reducir el carbono, pero a su vez, seguirían suministrando gas y petróleo durante mucho tiempo, y de esta manera se asegurarían de tener los recursos financieros necesarios para invertir en energía de carbono.

Resulta fácil para los ejecutivos de Shell invertir en nuevas áreas, siempre y cuando las encuentren convincentes; este año compró Ubitricity, la cual se encarga de instalar puntos de recarga de vehículos, Shell compró esta empresa con el fin de llegar a un gran número de habitantes, los cuales no cuentan con acceso a este tipo de cargadores. Un experto en el tema menciona que estas pequeñas empresas son las que están creciendo con gran rapidez.