El contenido del artículo escenifica las situaciones con las que Estados Unidos ha lidiado en los últimos años con sistemas encriptados y los ciberataques. Hackeando no sólo a civiles sino por el contrario, mayoritariamente a las corporaciones como por ejemplo, Colonial Pipeline que sufrió de esta situación, en mayo de 2021 donde desembolsó 5 millones de dólares al equipo de ransomware DarkSide para que el petróleo fluyera por sus tuberías nuevamente. Otro caso fue expuesto, en junio, el procesador de carne JBS pagó 11 millones de dólares a la pandilla rusa (Ransomware Evil). Sin embargo, no funcionó y hubo un ataque mayor, ya que innumerables criminales detrás de un ransomware se expandieron de ser tiburones solitarios a un negocio ya en forma, especializado en piratería, cobranza de rescate o agrupación de ejércitos de bots.

Está claro que los ataques de ransomware paralizan a la infraestructura gubernamental esencial. Tal es el caso hospitales y escuelas e incluso las funciones básicas de las principales ciudades han sido obstruidas. En relación con las prioridades de seguridad de Estados Unidos, de hecho, el ransomware se ha convertido en un problema cibernético importante de este tiempo.

De hecho, se han realizado reportes por parte del FBI que muestran que para 2020 se registraron 2 474 ataques en Estados Unidos, para el autor al comparar este hecho se hace evidente que ésta realidad difiere para la empresa alemana de procesamiento de datos Statista quién arrojó que en 2020 registraron 304 millones de ataques en todo el mundo. Entre la mayoría de profesiones afectadas se encuentran incluidos: despachos de abogados, contadores y consultores.

Según los expertos, en Rusia es donde se originan la mayoría de los ataques. Por su parte China, Irán y Corea del Norte también son actores serios de acuerdo con el artículo, y el punto en común de éstas, es que todas son autocracias cuyos aparatos de seguridad sin duda saben muy bien quiénes son los piratas informáticos y podrían detenerlos en un minuto dando a resolver que entonces los criminales están protegidos.

Un ejemplo de esto es que los analistas de seguridad descubrieron que el código REvil se escribió para que el malware evite cualquier computadora cuyo idioma predeterminado sea ruso, ucraniano, bielorruso, tayiko, armenio, azerbaiyano, georgiano, kazajo, kirguís, turcomano, uzbeko, tártaro, rumano o siríaco.

New York Times defiende que encontrar a los delincuentes no es el problema. La clave es obligar al presidente de Rusia: Vladimir Putin, a actuar en su contra y eliminar las bandas de ransomware que albergaba e identificar 16 sectores críticos de la economía estadounidense en los que los ataques cibernéticos provocan una contra respuesta defensiva.

Además, el artículo deja en claro que trazar un límite para Rusia no suele funcionar, y que por el contrario, resalta otro tipo de problemas como la criptomoneda y en la legislación de la misma, que pronto será presentada por el Comité de Seguridad Nacional del Senado como acción para reforzar la seguridad digital. Finalmente, como segundo enfoque, se ha dicho que las agencias federales también están trabajando para que el Congreso pueda aprobar una ley que obligue a las empresas en sectores industriales críticos a autoregularse disminuyendo los conflictos con ransomware.