Cuándo las élites de AL querían ocultar su riqueza recurrían a esta firma panameña
Medina, Brenda, Jesús Escudero y Emilia Díaz-Struck [2021], "Cuándo las élites de AL querían ocultar su riqueza recurrían a esta firma panameña", 5° Elemento Lab, 3 de octubre, https://quintoelab.org/project/pandora-papers-elites-latinoamerica
Brenda Medina, Jesús Escudero y Emilia Díaz-Struck son reporteros en el Laboratorio de investigación e innovación periodística, 5° Elemento Lab.
El bufete de abogados Alcogal se ha convertido en las tres últimas décadas en un imán para los más poderosos ricos y funcionarios públicos de América Latina. De acuerdo con la filtración de los Pandora Papers, la firma de abogados ha otorgado servicios de intermediación en materia de evasión fiscal y blanqueo de dinero. Alcogal es una empresa offshore que ofrece el completo anonimato a sus clientes.
La investigación de los Papeles de Pandora, documentos confidenciales de despachos y proveedores de servicios en paraísos fiscales, demuestran que dos de los 11.9 millones de papeles son de Alcogal. Los escándalos más conocidos donde la firma se ha visto envuelta son el caso Odebrecht y Fifagate, sin embargo, también se hallan personajes como el rey de Jordania, el candidato más destacado a las elecciones de Honduras en 2021 y el presidente de Ecuador.
A dos años de investigación, el trabajo de 600 periodistas señala el funcionamiento de la economía en la sombra, a la cual solo pueden acceder quienes tengan el dinero o las conexiones necesarias. “Despachos como Alcogal impulsan esa economía, ayudando a sus clientes a encontrar refugios para ocultar su dinero”. Los países donde suelen abundar las empresas offshore son Belice, las Islas Vírgenes Británicas y Panamá.
Los documentos filtrados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaciones (ICIJ) muestran que Alcogal estableció 200 empresas ficticias en Panamá por órdenes del Banco Privado de Andorra (BPA). Dicho banco ha sido catalogado por Estados Unidos como “preocupación principal por el blanqueo de capitales”, por ejemplo en el caso Odebrecht BPA ordenó a Alcogal crear dos empresas ficticias que fueron utilizadas para canalizar 30 millones de dólares (md) en sobornos con el fin de obtener contratos de obras públicas en Panamá. Un porcentaje del dinero fue recibido por el presidente panameño Ricardo Martinelli, quien ha mantenido vínculos con algunos de los fundadores de Alcogal.
En 2014 Juan Carlos Varela se convirtió en presidente de Panamá con dinero proveniente de apuestas en internet y donaciones de Odebrecht. El dinero fue blanqueado con dos empresas creadas por Alcogal en las Islas Vírgenes Británicas. En 2006 en Honduras, Alcogal registró una empresa en Panamá y al año siguiente transfirió casi 10 mil acciones a Nasry Juan Asfura, candidato a la presidencia del país centroamericano.
Alcogal ha declarado que renunció a las empresas identificadas en la investigación del caso Odebrecht y colabora plenamente con las autoridades. No obstante, no hizo comentarios sobre Varela o Asfura y tampoco sobre otros clientes. Cuando se le preguntó a la empresa por el Banco Privado de Andorra, afirmaron no tener motivos para sospechar de que estuviera prestando servicios bancarios a clientes de dudosa reputación.
Aunque las empresas ficticias no son un delito, las normas legales y bancarias internacionales exigen a las empresas profesionales como Alcogal sopesar cuidadosamente el riesgo de que puedan estar ayudando sin querer al blanqueo de dinero. En los Pandora Papers se muestra que a veces Alcogal no estaba segura de quién era realmente el propietario de las empresas que creaba. En 1990, Alcogal creó al menos 5 empresas inscritas en paraísos fiscales, posteriormente se descubrió que Augusto Pinochet, dictador de Chile desde 1973 hasta 1990, utilizaba dichas empresas para ocultar sus recursos. Cuando murió, en 2006, Pinochet enfrentaba cargos por crímenes de lesa humanidad y robo de millones de dólares de fondos públicos.
Antes de crear cientos de empresas ficticias, Alcogal tenía como principal competidor a Mossack Fonseca, cuyos documentos fueron filtrados por el ICIJ en 2016.
“La honestidad no tiene precio”
Alcogal es una firma fundada por el abogado Jaime Alemán en 1985 en Panamá, junto con Carlos Cordero, Aníbal Galindo y Jorge Federico Lee, también abogados. Jaime Alemán egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, cuenta con experiencia en el departamento jurídico del Banco Interamericano de desarrollo de Washington y en 2014 redactó sus memorias en un libro llamado Honestly is pricelss.
“Las memorias y documentos filtrados muestran a un abogado ambicioso con una férrea ética de trabajo, para Jaime alemán la creación de este tipo de empresas es un negocio maravilloso que permite a los bufetes de abogados cobrar honorarios anuales por actuar como agentes registrados, incluso pueden cobrar honorarios adicionales por poner a sus propios empleados para que aparezcan en los documentos de Constitución como administradores.”
Lo que describe Alemán como un negocio de volumen (entre más mejor) y arriesgado (confidencialidad de ocultar la identidad de los clientes), en realidad es el funcionamiento que la economía en los paraísos fiscales, es decir, montar empresas pantalla en jurisdicciones de impuestos bajos o inexistentes y ocultar la titularidad tras unos administradores que no representen ninguna función significativa en la empresa.
Conexiones de alto nivel
Los socios fundadores de Alcogal han formado parte por muchos años de la clase política para la que trabaja su bufete. Galindo, era el vicepresidente del partido político de Martinelli, y uno de sus asesores presidenciales. Cordero, es ex viceministro de Asuntos exteriores y Lee fue miembro del Tribunal supremo de justicia y ministro de trabajo. Uno de los socios, Alejandro Ferrer fue ministro de Asuntos exteriores, ministro de comercio y juez del Tribunal de apelación. Finalmente Alemán, en 1990 fue designado por Martinelli como embajador de Panamá en Estados Unidos, cargo que fue ocupado por su padre muchos años atrás.
En diciembre de 2016, Luiz da Rocha Soares, un ejecutivo del gigante de la construcción Odebrecht admitió que su antigua empresa había pagado en secreto 30 md en sobornos a dos empresas pantalla: Panchira Ltd y Mengil International. Para obtener contratos de obras públicas en Panamá, los medios brasileños relacionaron ambas empresas con los hijos de Martinelli. Al cabo de unos días, Alcogal rompió el vínculo con tales empresas y sólo declaró que dos hombres, diferentes de los hermanos Martinelli, eran los propietarios de las empresas, sin embargo, en julio de 2020 los hermanos fueron arrestados por el gobierno de Estados Unidos debido a su participación en el caso Odebrecht.
Referencias de un banco de los Pirineos
En la introducción de la autobiografía de Alemán se lee que para él la sociedad de Panamá estaba podrida debido a la clase política que amenazaba el futuro del país. Lo anterior resulta contradictorio teniendo en cuenta que después de la muerte de Hugo Chávez, en 2013, en Venezuela los índices de corrupción se dispararon y con ello aumentaron las peticiones del Banco Privado de Andorra sobre Alcogal para actuar como agente registrado de empresas en paraísos fiscales pertenecientes a los antiguos y más importantes aliados de Hugo Chávez. “En total, Alcogal creó 21 empresas para 13 venezolanos identificados en la imputación como participantes en el entramado”.
“En el mundo de los paraísos fiscales, los bancos privados a menudo trabajan estrechamente con proveedores de servicios, ya que muchos clientes ricos quieren que sus empresas pantalla tengan cuentas bancarias”. Fue en 2007 cuando el banco andorrano conoció a Alcogal, que respondió a ICIJ que en aquella época no tenían la más mínima razón para sospechar de BPA, pues tenía buena reputación.
“Al poco tiempo de empezar la relación de Alcogal con BPA, Alcogal constituyó Lairholt Finance Ltd. en Belice a petición del banco andorrano. El propietario de la empresa, según una imputación andorrana, era Javier Alvarado Ochoa, que ocupaba cargos influyentes en el gobierno de Chávez, del que era viceministro de desarrollo eléctrico. En 2011, Chávez le nombró presidente de una unidad de la empresa petrolera estatal, Petróleos de Venezuela”.
En 2015 la red de control de delitos económicos del Departamento del Tesoro estadounidense (FinCEN, por sus siglas en inglés) “emitió una advertencia en la que nombraba a BPA como entidad financiera de “máxima preocupación por lavado de dinero”, FinCEN sostenía que los bancos privados andorranos y sus clientes venezolanos trabajan estrechamente con altos cargos venezolanos y agentes registrados panameños para establecer empresas pantalla que venezolanos empleaban después para blanquear fondos saqueados”. Al siguiente día, Alcogal dejó de ser agente de algunas empresas vinculadas con funcionarios públicos venezolanos y rompió relación con empresas que había creado a petición del BPA, según los Pandora Papers.
Sin embargo, ni FinCEN o alguna otra autoridad autoridad acusó a Alcogal de proveer servicios relacionados con el entramado de lavado de dinero del banco andorrano, las autoridades estadounidenses se limitaron a reestructurar radicalmente a BPA y se conformaron con sacarlo de su lista negra. En una carta de Alcogal a ICIJ señala que el bufete de abogados cooperó plenamente con las autoridades e incluso compartió información relacionada con los verdaderos propietarios de las empresas pantalla, como es habitual cuando se solicita.
Preocupación por las comprobaciones
“Christodoulos Vassiliades, abogado y cónsul honorario de Belice en Chipre, fue uno de los intermediarios más destacados y de más confianza de Alcogal. En su libro, Alemán se refiere a Vassiliades como ‘mi buen amigo’”. En las últimas dos décadas, los documentos filtrados, muestran que Vassiliadades llevó a docenas de clientes al bufete de abogados, entre ellas personas sospechosas de defraudación, un aliado próximo a Vladimir Putin y la ex esposa de Semion Mogilevich, conocido como el “jefe de jefes” de la mafia rusa, que fue incluido en los diez más buscados por el FBI durante seis años, al menos hasta 2015 cuando fue capturado.
Una trayectoria de Alcogal ha dejado al descubierto que cuando se levantaban sospechas, la firma enviaba los informes de actividad solicitados a las autoridades o periodistas con el fin de evitar una degradación en su reputación, ello sólo sucedía cuando sus clientes eran posiblemente corruptos o estaban implicados en delitos. Este comportamiento también es preferido por las autoridades, ya que en los informes proactivos se identificar a los presuntos responsables antes de que el proveedor de servicios realice una acción.
“Más de la mitad de los informes de Alcogal se realizaron después de la investigación de los Panama Papers del ICIJ. Los análisis del ICIJ revelan que, entre enero de 2017 y mayo de 2018, Alcogal presentó 16 informes de actividad sospechosa relacionados con personas vinculadas al caso de corrupción de Odebrecht”.
Por último, en una reunión con los reguladores de las Islas Vírgenes Británicas en 2013 Alemán declaró que era imposible tener archivos perfectos, ya que su firma de abogados, poseía más de 10 mil empresas activas, lo cual hace difícil realizar un seguimiento. No obstante, en sus memorias afirma que su empresa tenía en sus archivos la mayor parte de la información solicitada de los clientes, cómo se lee en su libro “la mejor prueba es que duermo bien por la noche, aunque nuestros archivos no sean perfectos”.
A través de las empresas offshore es posible observar las relaciones estrechas de poder que existen entre el poder económico y el poder político, incluso criminal, que gobiernan a la sociedad contemporánea. Por un lado, podemos ver el fracaso del modelo neoliberal, al profesar tasas bajas impositivas y liberalización financiera, solo han generado mayor evasión fiscal y el blanqueo de capitales mediante una banca poco regulada. Por otro, se ha visto que para mantener la identidad oculta de los clientes de empresas offshore necesitan como gran aliados a las autoridades de los gobiernos alrededor del mundo.