Los líderes de los países que conforman el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad, por sigla en inglés): Estados Unidos, Australia, India y Japón se reunieron en 2021 por primera vez. Un diálogo para establecer un código Indo-Pacífico libre y abierto para hacer frente a China.

La razón es AUKUS, un acuerdo celebrado en septiembre de 2021 por Estados Unidos y Gran Bretaña para suministrar submarinos nucleares a Australia. El acuerdo causó revuelo internacional por el roce con Francia, país que tenía un acuerdo con Australia para suministrar submarinos de combustión.

AUKUS marcó un endurecimiento a la actitud de Estados Unidos en la región de Asia. Gran Bretaña y Estados Unidos están transfiriendo el más sensible conocimiento tecnológico. La cooperación de tres países para afrontar las capacidades cibernéticas, inteligencia artificial, computación cuántica y más.

Lo anterior merece el crédito a la administración de Joe Biden. Sin embargo, la relación de Estados Unidos con China requiere más que un solo distanciamiento militar. En la búsqueda por la coexistencia, Estados Unidos necesita colaborar sobre temas como el cambio climático con reglas basadas en la competencia económica. Las partes faltantes envuelven a todo el Sudeste de Asia, hogar de todos los países más vulnerables a la presión de China.

La administración de Barack Obama fue una decepción para proveer de un contrapeso en Asía para los aliados de Estados Unidos. China incrementó y amasó su presencia en el mar del Sur de China, a pesar de los reclamos competitivos de países como Filipinas y Vietnam. De esta forma, varios países sintieron que Estados Unidos era inconsistente y poco entusiasta para proporcionar un contrapeso en la región.

AUKUS ofrece dos dimensiones de análisis. La primera es militar. Entre las rutas marítimas y las islas que son puntos clave con China, los submarinos nucleares son más versátiles que aquellos propulsados por combustible, permitiendo mejores expediciones. Además, AUKUS prepara el escenario para que las fuerzas estadounidenses puedan operar alrededor de Australia, sirviendo como un refugio para misiles. El hecho de que Australia abandonara el trato francés por los anglosajones es una prueba de seriedad estratégica.

La otra dimensión del acuerdo de AUKUS es diplomática. En los últimos tiempos, Australia ha soportado lo más duro de las agresivas tácticas chinas, especialmente después de que Australia pidiera una investigación del posible escape del virus desde un laboratorio chino. AUKUS envía una señal a la región, a saber: Estados Unidos no tiene reparos en respaldar a los aliados que se resisten al acoso chino.

La cuestión es, cómo debería Estados Unidos complementar el poder duro de AUKUS con la necesidad de comerciar y trabajar en conjunto con China.

En el largo plazo, China se unirá a los esfuerzos globales contra el calentamiento global, no para complacer a Estados Unidos, sino porque será de su interés.

Aún más difícil será balancear la competencia económica con China. La política económica de Joe Biden hacia china es aumentar la seguridad nacional mediante la creación de trabajos dentro de Estados Unidos. Su mecanismo para financiar el desarrollo, Build Back Better World, programa que anunció en la Organizacion de las Nacionales Unidas (ONU, por sus siglas en inglés), es una imitación de la iniciativa China’s Belt and Road.

Mientras tanto, China, que ya es el mayor socio comercial de la mayoría de los países de la región, está fortaleciendo su capacidad para moldear la economía y la arquitectura del comercio mundial. Está consiguiendo que su gente acceda a trabajos importantes en el ámbito internacional. China está exportando sus normas regulatorias nacionales, con su pretensión de jurisdicción sobre disputas legales internacionales. En septiembre de 2021, solicitó unirse al tratado sucesor de la Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).

Si bien el manejo diplomático de Joe Biden con Francia sobre AUKUS y con sus aliados europeos sobre su retirada de Afganistán ha sido inepto, AUKUS le muestra a China que su asertividad tiene consecuencias y que el pacto está destinado a hacer que el sudeste asiático sea más seguro.