Políticos, reporteros, sindicalistas, activistas de derechos humanos y ejecutivos de 50 países, incluido México, fueron objetivos de espionaje por parte de la empresa israelí NSO. Lo anterior fue reportado por el Proyecto Pegasus, una investigación internacional conducida por 17 medios.

Aproximadamente, 1 000 números de teléfono fueron identificados como posibles objetivos, pero son sólo una parte de una lista de 50 mil números que corresponden a “personas de interés” de los clientes de NSO desde 2016. Los números de teléfono se ubican en 45 países de cuatro continentes, pero la mayoría se concentran en 10 naciones en las cuales los gobiernos son clientes de la empresa israelí que desarrolla y licencia el software Pegasus. México, que según Washington Post, fue el primer cliente internacional de la empresa, encabeza la lista con más de 15 mil números.

NSO rehusó responsabilidad sobre el uso del software por parte de sus clientes e insiste en que su propósito es vigilar a “terroristas” y criminales. Entre los clientes de la empresa israelí identifica se encuentran 60 agencias de inteligencia, militares y de seguridad pública de más de 40 países.

Pegasus funciona como un software que se instala al aceptar una invitación disfrazada en un teléfono inteligente. Así, puede capturar todas las funciones e información dentro del teléfono e incluso grabar con las cámaras y micrófonos a control remoto.

Entre los(as) periodistas mexicanos espiados se encuentran: Josetxo Zaldua Lasa, coordinador general de Edición, y de Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada.

Otros en México son Carmen Aristegui y el reportero guerrerense Cecilio Pineda, quien un mes después de que su número apareció en la lista de posibles objetivos de espionaje fue asesinado en 2017 y cuya ubicación podría haber sido revelada a través del programa Pegasus.

Además de profesionales de Quinto Elemento y de la revista Proceso, incluido Jenaro Villamil fueron también espiados.

El Proyecto Pegasus (conformado por más de 80 periodistas y coordinado por Forbidden Stories y AI) ha realizado investigaciones sobre 37 teléfonos para confirmar el uso del software de espionaje.

Se supone que existen acuerdos secretos entre la empresa NSO y los gobiernos que le contratan, ya que no hay normas ni reglas internacionales que pauten el uso de programas de espionaje de grado militar como Pegasus.