Durante la Guerra Fría, China detonó su primera arma nuclear hasta 1964 cuando Estados Unidos y Rusia tenían los más grandes arsenales de armas nucleares en el mundo. Ahora China está poniéndose al día. Así lo ha señalado la última evaluación anual del Pentágono.

En este momento, el inventario de armas nucleares de China es apenas de 200 unidades, pero se espera que sus armas nucleares se dupliquen para 2027 y se quintupliquen para 2030, alcanzando mil unidades o más. Esta tendencia superó el pronóstico previo de Estados Unidos, que esperaba una duplicación en el mismo período; aun así su arsenal sería menor que el de Estados Unidos y Rusia, países que cuentan con alrededor de 4 mil ojivas cada uno.

El reporte también resalta la alarma que encendió en Estados Unidos la rápida modernización militar de China, en específico, su creciente habilidad de invadir territorios como Taiwán y, al mismo tiempo, impedir que Estados Unidos los rescate.

La especulación de un probable ataque comenzó cuando en junio y julio de 2020, los investigadores captaron la construcción de silos de misiles en Gansu, una provincia al oeste de China y en Xinjiang, una localidad vecina. Los generales estadounidenses quedaron sorprendidos con la prueba de una nueva arma China, un vehículo de planeo hipersónico montado en un gran cohete que podría lanzar una ojiva nuclear a gran velocidad y evadir las defensas antimisiles. Este acontecimiento fue llamado “momento Sputnik” ya que el Jefe del Estado mayor conjunto, Mark Milley, comentó que el sentimiento fue el mismo cuando Estados Unidos vio el satélite de la Unión Soviética en órbita en 1957.

El Pentágono cree que China está construyendo una triada completa, es decir está construyendo sistemas de lanzamiento de armas nucleares desde tierra, mar y aire, con ayuda de Rusia. China está cambiando a una doctrina de "lanzamiento sobre aviso", esto significa que en lugar de depender de un ataque nuclear inicial, China dispararía a la primera señal de un ataque nuclear entrante, incluso antes de que las ojivas enemigas hayan aterrizado.

“Estrategas chinos han debatido el paso a la doctrina de destrucción mutua, misma que animó a Rusia y Estados Unidos a iniciar una guerra fría, y hasta han discutido cuándo tendría sentido realizar el primer ataque con armas nucleares, por lo que se han considerado armas de bajo rendimiento que podrían ser utilizados de manera limitada sin iniciar una guerra nuclear total”.

Además, la potencia asiática está construyendo una base militar en una isla al sur del mar chino, con misiles JL-2 y JL-3, este último pertenece a una nueva generación de submarinos “boomer” que tiene la capacidad de abrir fuego hasta las costas de Estados Unidos. “Eso animaría a China a crear 'bastiones marítimos' en el Golfo de Bohai y en el Mar de China Meridional”.

Las razones por las que China está aumentando su inventario de armas nucleares es que su actual arsenal es demasiado pequeño para sobrevivir a un primer ataque de Estados Unidos. En segundo lugar, China está modernizando sus misiles terrestres mediante la construcción de lanzadores móviles con cohetes de combustible sólido, que son más fáciles de ocultar y más rápidos de encender que los modelos antiguos. En tercer lugar, pero no menos importante, Xi Jinping desea construir una clase militar mundial para el centenario del Partido Comunista en 2049.

La mayor preocupación para el Pentágono no es el aumento de armas nucleares chinas sino el compromiso del país asiático con la convención químicas y biológicas. El desacato de controles nucleares podría llevar a una nueva guerra fría, y es que China ha mostrado poco interés en los límites y mecanismos de reducción de riesgos que ayudaron manejar la contienda entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Lo anterior solo alimenta la ansiedad de Estados Unidos de un levantamiento de China y refuerza la idea de que una nueva guerra fría se aproxima, al mismo tiempo aumenta la probabilidad de cometer errores que se tornen en una gran confrontación.