A Power Struggle Over Cobalt Rattles the Clean Energy Revolution

Cita: 

Searcey, Dionne, Michael Forsythe y Eric Lipton [2021], "A Power Struggle Over Cobalt Rattles the Clean Energy Revolution", The New York Times, New York, 20 de noviembre, https://www.nytimes.com/2021/11/20/world/china-congo-cobalt.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 20, 2021
Tema: 
Un nuevo enfrentamiento entre China y Estados Unidos: la extracción de cobalto en la República del Congo.
Idea principal: 

Eric Lipton es investigador y reportero en The New York Times desde 1999 y ha ganado el premio Pulitzer tres veces.

Dionne Searcey ganó el premio Pulitzer siendo parte del equipo de reportaje internacional de The New York Times.

Michael Forsythe es reportero y forma parte de The New York Times desde 2017.


En Kisanfu, República del Congo una empresa china se encuentra excavando una nueva mina que será clave para la carrera contra el cambio climático. El lugar fue durante décadas controlado por una empresa estadounidense, hasta que a finales del año pasado un conglomerado chino adquirió la concesión actualmente se encuentra desenterrando un tesoro de millones de toneladas de cobalto.

Kifansu es una de las reservas de cobalto más grandes y puras del mundo. Para la transición energética el cobalto es indispensable pues significa el reemplazo de la gasolina en la industria automovilística. Por lo tanto, la pérdida de Estados Unidos de Kifansu podría significar un rezago en la carrera contra el cambio climático, ya que el país no tiene en abundancia dicho elemento.

Con la Segunda guerra mundial, Estados Unidos recorrió Congo en busca de uranio para construir las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Después de entregar miles de millones de dólares, Estados Unidos se encargó de proteger sus intereses mineros en el país.

Una investigación de The New York Times, con más de 100 entrevistas y miles de documentos, demuestra que el cobalto ha desencadenado una lucha por el poder de Congo, pues el territorio es rico no sólo en cobalto sino en otros elementos, como el litio, el níquel y el grafito, ello ha atraído a miles de extranjeros a participar en la lucha para dominar la próxima época de la energía global.

Por ahora, China lleva la delantera en la lucha. Mientras las administraciones de Obama y Trump se quedaron de brazos cruzados, una empresa china respaldada por el estado, ha comprado dos de los mayores depósitos de cobalto en República del Congo en los últimos cinco años. El presidente Joe Biden admitió que Estados Unidos había perdido algo de terreno en la industria del cobalto, pero que su administración estaba a punto de darle vuelta al asunto.

La empresa china, China Molybdenum, es la nueva propietaria de Kisanfu. La concesión la adquirió de la empresa estadounidense FreeportMcMoRan, un gigante minero que hace un lustro era uno de los mayores productores de cobalto y ahora ha dejado el país por completo.

Biden ha advertido que China podría utilizar su creciente dominio de cobalto para interrumpir el empuje estadounidense hacia los vehículos eléctricos mediante la eliminación de fabricantes de baterías de productores estadounidenses. Por otro lado, Estados Unidos está ejerciendo presión a Australia y Canadá, y empresas como Ford, General Motors y Tesla, para acceder al cobalto.

Las tensiones comienzan a manifestarse en los mercados de vehículos eléctricos. En julio de 2021 cerca del puerto de Sudáfrica, donde se exporta cobalto del Congo a China, ocurrieron disturbios que provocaron un ‘salto’ en los precios globales del cobalto, puesto que el mineral es un insumo esencial en la industria, el aumento del precio eleve de inmediato el costo hacer baterías para autos eléctricos.

El encarecimiento del cobalto afecta a empresas como Ford, que están gastando miles de millones de dólares para construir sus propias plantas de baterías en Estados Unidos. Por otro lado, China, con sus empresas de minería y refinación de cobalto, está ayudando a satisfacer la creciente demanda y ha avanzado en la lucha contra el cambio climático, pero los especialistas en la industria de cobalto afirman que la alta demanda podría llevar a una escasez de cobalto para 2030, o incluso 2025.

La investigación de The New York Times señala que la jugada de China forma parte de su estrategia para dominar la economía verde con energía limpia. Hasta 2020, 15 de las 19 minas productoras de cobalto en Congo eran propiedad o financiadas por empresas chinas. Estas empresas han recibido al menos 12 1000 millones de dólares en préstamos y otros tipos de financiamiento por parte del Estado chino. Cinco de las mayores compañías mineras chinas en Congo tenían líneas de crédito de bancos respaldados por el estado que sumaban en total 124 000 millones de dólares.

“El objetivo de China es controlar la cadena de suministro mundial, desde los metales en el suelo hasta las propias baterías, sin importar dónde se fabrican los vehículos”.

Kisanfu fue una de las dos principales compras en los últimos años por China Molybdenum. En 2016 una mina de cobalto llamada Tenke Fungurume fue adquirida por la empresa China por una cantidad de 2.65 mil millones de dólares, de los cuales 1.59 mil millones de dólares provenía de préstamos proporcionados por bancos estatales chinos.

En ese entonces Donald Trump se encontraba apoyando completamente a la industria de los combustibles fósiles. Sus políticas no promovían la transición a vehículos eléctricos, dejando un mercado más amplio para las empresas chinas.

Sin embargo, la presencia de China en Congo está sujeta a revisiones por parte de la OPEP y del gobierno de Congo. El hecho de poder extraer cobalto de las minas de Congo va acompañado del compromiso de China de entregar miles de millones de dólares en nuevos caminos, puentes, plantas de energía entre otro tipo de infraestructuras.

En agosto de 2020 el presidente del Congo, Felix Tshisekedi, creó una comisión para investigar las acusaciones contra China Molybdenum, ya que existen sospechas de que adquirió ambas propiedades a través de engaños relacionados con pagos de regalías.

En la mina de Tenke Fungurume ha existido problemas con los trabajadores y habitantes de los alrededores desde hace mucho tiempo. Con la llegada de la empresa china, los trabajadores han reportado que las normas de seguridad han disminuido y hay un aumento de las lesiones, muchas de las cuales no fueron reportadas a la administración. Los empleados dijeron que fueron atacados después de que expresaran su preocupación y les ofrecieron sobornos para cubrir los accidentes. Un portavoz de la empresa rechazó tales afirmaciones afirmando lo contrario.

Una conexión presidencial
Durante años, los países africanos han recurrido a China para obtener ayuda en la construcción de infraestructuras mediante préstamos otras acciones relacionadas con los recursos naturales.

En 2005, el expresidente congolés Joseph Kabila requirió de la asistencia del país asiático para construir nuevos caminos, escuelas y hospitales. El historial de Congo, en materia de corrupción y derechos humanos, representaba un obstáculo para la obtención de crédito por parte de bancos internacionales o de nuevas inversiones.

China y la República del Congo llegaron a un gran acuerdo, luego de que Kabila fuera elegido como presidente democráticamente. En este acuerdo, China pagaría carreteras, hospitales, líneas ferroviarias, escuelas y demás proyectos para ampliar la electricidad del Congo a cambio de 10 millones de toneladas de cobre y más de 600 000 toneladas de cobalto.

Los cables de Wikileaks evidenciaron que Estados Unidos no consideraba dicho acuerdo como una amenaza ya que habían sido sólo una colección de acuerdos informales y algo desorganizadas de las empresas chinas.

La seguridad sólo se encuentra en papel
Las investigaciones de The New York Times indican que los empleados se encuentran preocupados por la situación de seguridad de la mina de Tenke Fungurume. Lo anterior no ocurría con la empresa estadounidense que tenía tolerancia cero actividades riesgosas y violaciones de seguridad. Los trabajadores e inspectores dijeron que los encargados de seguridad de la empresa china no hicieron caso de las violaciones de seguridad e incluso llegaron a ofrecer sobornos para no hacerse caso de los accidentes. Los testigos también afirman que cuando trataban de hacer cumplir las reglas los oficiales de seguridad de la empresa recurrían a la violencia.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La reciente adquisición de China de una de las minas más grandes de cobalto en el mundo ha generado una nueva ola de tensiones internacionales. La jugada de China representa un paso adelante en las cadenas de suministro de los autos eléctricos y un desplazamiento de Estados Unidos en la conducción de la hegemonía mundial.