How the U.S. Lost Ground to China in the Contest for Clean Energy

Cita: 

Lipton, Eric y Dionne Searcey [2021], "How the U.S. Lost Ground to China in the Contest for Clean Energy", The New York Times, New York, 21 de noviembre, https://www.nytimes.com/2021/11/21/world/us-china-energy.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Noviembre 21, 2021
Tema: 
Estados Unidos ha perdido el control sobre los depósitos de cobalto en Congo.
Idea principal: 

Eric Lipton es investigador y reportero en The New York Times desde 1999 y ha ganado el premio Pulitzer tres veces.

Dionne Searcey ganó el premio Pulitzer siendo parte del equipo de reportaje internacional de The New Yor Times.


En 2016, la empresa minera Freeport-McMoRan vendió la concesión de Tenke Fungurume en 500 millones de dólares, una de las minas de cobalto más grandes en el mundo localizada en la República del Congo, a China Molybdnum, una compañía china respaldada por el mismo gobierno.

El cobalto es un insumo para la producción de las baterías de autos eléctricos y para sustituir la energía proveniente de los combustibles fósiles. Es decir, es un elemento clave para combatir el cambio climático y acelerar la transición energética.

Tom Perriello, exdiplomático estadounidense en África, y André Kapanga, anterior director general de la mina congolosa, hicieron sonar las alarmas en el Departamento de Estado de Estados Unidos ante la venta de Freeport-McMoRan, pero nadie contestó el llamado.

La relación bilateral entre Estados Unidos y Congo ha sido cuidada desde la presidencia de Dwight D. Eisenhower hasta la de Barack Obama, pasando por la de Richard Nixon. Sin embargo, China siempre ha estado al acecho. Durante la administración de Donald Trump, Freeport-McMoRan puso en el mercado parte de la reserva de cobalto que tenía, la cual fue adquirida por la empresa china, China Molybdnum.

La adquisición de la empresa china por la riqueza de cobalto de Congo forma parte de su estrategia de dominar la industria de los autos eléctricos, un factor clave de largo plazo para la economía mundial.

El desinterés de las minas de cobalto tiene sus raíces desde la presidencia de Barack Obama y Donald Trump. Obama se concentró en la guerra con Afganistán y el Estado islámico mientras que Trump resultó un escéptico del cambio climático. Según el diario The New York Times, la entrega de estos recursos a China es el resultado del descuido de la relación diplomática con la República del Congo.

Freeport-McMoRan, por su parte, incurrió en una mala jugada, al invertir en la industria del petróleo y del gas justo antes de que los precios se redujeran por la transición que el mundo comenzó a hacer a energías renovables. Con un nivel de deuda ascendente la empresa no tuvo más remedio que terminar sus operaciones en Congo y vender la concesión.

La venta de la empresa pasó completamente desapercibida por el comité de inversiones extranjeras de Estados Unidos, un órgano encargado de supervisar las inversiones de las empresas estadounidenses que competen a la seguridad nacional. El hecho dejó al descubierto los puntos ciegos de los líderes de Estados Unidos y las oportunidades que el gobierno de China desea.

En 2020, la transición energética se ha acelerado principalmente en Estados Unidos: tanto el gobierno como el sector privado se han movido rápidamente, sin embargo, hasta la administración de Joe Biden se ha hecho énfasis en generar una política industrial sobre los metales.

Para mantener la mina de cobalto en manos de una empresa estadounidense se hubieran requerido subsidios a Freeport o una reducción en la tasa impositiva. Una cosa segura es que la falta de una política industrial formal sobre los minerales y metales ha tenido un gran costo para Estados Unidos. Ahora Joe Biden no podrá hacer de la industria de los autos eléctricos el pilar de su agenda contra el cambio climático.

El juego de la Guerra Fría
El acceso a los minerales y metales de República del Congo había sido prioridad de Estados Unidos desde la Segunda guerra mundial. En una carta escrita por Albert Einstein al presidente Franklin Roosevelt en 1939, el científico pedía el uranio de Congo para desarrollar las primeras bombas nucleares, pues su abundancia y pureza eran mejores en aquel territorio.

La República del Congo no sólo ha sido disputada por el cobalto, sino por el uranio, el litio, el cobre, entre otros commodities. A mediados de la década de 1960 Mobutu Sese Seko, un carismático general del ejército que se volvió dictador de Congo, vio el interés de los estadounidenses en su camino para enriquecer la industria minera del país.

A finales de la misma década, la mina de Tenke Fungurume estaba por ser construida y Mobutu había prometido que el desarrollo sería llevado a cabo por Maurice Tempelsman, un comerciante de diamantes de Nueva York, no obstante, antes de su viaje a Washington en 1970 sorpresivamente el líder anunció que el desarrollo de la mina sería llevado a cabo por una empresa belga.

Washington inmediatamente reaccionó dando a Mobutu cientos de aeroplanos C-130, préstamos de 130 millones de dólares, además de otras ayudas financieras. Por aquella ocasión Estados Unidos ganó la concesión en la batalla por las minas de cobalto de Congo.

Lecciones no aprendidas
La venta de Tenke Fungurume ocurrió en noviembre de 2016, tan sólo una semana después de que Trump fuera elegido presidente de los Estados Unidos. Por lo mismo, la venta recibió poca atención mediática.

Durante la administración de Trump, el gobierno estadounidense dio a conocer una lista con los minerales más importantes para la seguridad y prosperidad económica de la nación, entre ellos se encontraba el cobalto.

La historia se repitió a finales de 2020 cuando Freeport-McMoRan puso a la venta un sitio subdesarrollado en lo profundo del bosque de Congo con reservas de cobalto aún sin explotar. El lugar llamado Kisunfi, fue adquirido por China Molybdenum por 550 000 millones de dólares en el último mes de la presidencia de Donald Trump. Nazak Nikakthar, subsecretario del Departamento de comercio a cargo de rastrear los suministros de minerales críticos comentó al respecto que nadie habló del hecho.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La pérdida de Estados Unidos de una de las fuentes más grandes e importantes de cobalto en el mundo representa un nuevo balance en términos económicos y geopolíticos. Estados Unidos ha perdido control sobre las decisiones políticas de la República del Congo, mientras que China se ha insertado estratégicamente en ellas, visto de otra forma se observa una disminución del autoritarismo de Estados Unidos en recursos de su interés, dicho control ha sido transferido a China.