¿Por qué México no crece, si es parte de un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, que le permite insertarse en las cadenas de suministro con América Norte, y en los últimos años ha evitado altas tasas de inflación y de deuda, que tanto afecta países como Brasil y Argentina?

Antes de la pandemia, la economía mexicana mantenía una tasa de crecimiento en promedio de 2.8%, un poco mejor que Brasil, pero peor que Argentina. En 2020 el PIB de México disminuyó 8.5%. Entre 2018 y 2020 la población en pobreza aumentó en 3.9 millones de personas, con una tasa de pobreza que casi alcanzó a 44% de la población total. En el tercer y cuarto trimestre de 2021 la economía comenzó a desacelerarse, el efecto rebote de la recuperación se había agotado. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central de México esperan que en 2022 la economía crezca sólo entre 2 y 3%.

Gordon Hanson de la Universidad de Harvard señala que la situación de México es producto de muchos factores, entre ellos la mala suerte de la economía mexicana. En 2001, cuando China ingresó a la Organización Mundial del Comercio, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos cayeron abruptamente. En materia económica, China ofrece salarios mas bajos, fuerza laboral más numerosa y sustitutos de bienes mexicanos para la exportación.

Además del crimen y China, en 2020 México se situó en la posición 60 de 190 países en el índice del Banco Mundial de la facilidad para hacer negocios. En México adquirir el servicio de electricidad puede ser agotador. Además, a las empresas en el sector formal les toma en promedio 241 horas por año en generar los ingresos necesarios para pagar impuestos. Por ello, muchos negocios deciden quedarse en el sector informal.

Se estima que 60% de la fuerza laboral y una proporción más grande de negocios no paga impuestos ni prestaciones sociales, usualmente las empresas informales no obedecen las normas laborales. El sector informal representa alrededor de un cuarto del PIB de México debido a la baja productividad del sector.

“Trabajar en el sector formal no es necesariamente más atractivo”, ya que los microempresarios no pueden costear los impuestos del sector formal, obtener seguro médico es apenas mejor que aquel que puede ser obtenido sin trabajar en el sector formal.

Adicionalmente, las pensiones tampoco son un incentivo para trasladarse al sector formal. En México se requiere de trabajar formalmente 25 años para acceder a una pensión, pero en la administración de Andrés Manuel López Obrador esta cifra se redujo a 15 años y se han promovido ayudas a personas de la tercera edad, independientemente de su ingreso y estatus de empleo. La verdad es que muy pocas administraciones han hecho algo para reducir el tamaño del sector informal a pesar de las grandes ganancias como el aumento de la productividad.

De acuerdo con Santiago Levy, ex secretario de Economía, México puede alcanzar tasas de crecimiento de 4% si vuelve la economía más amigable con los negocios y aprovecha el regreso de empresas estadounidenses a su país de origen debido a la falta de confianza de Estados Unidos en las cadenas globales de valor.

Oportunidad perdida

En opinión del semanario británico, el gobierno de López Obrador está haciendo las cosas peor. Por ejemplo, la reforma eléctrica que promueve la participación única en el mercado eléctrico de la Comisión Federal de Electricidad, una empresa del Estado, así como la cancelación de la construcción del aeropuerto y las palabras del presidente sobre un sector privado, codicioso y egoísta, están desalentando a la inversión extranjera.