Angélica Enciso es reportera en La Jornada. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

La devastadora industria minera busca ahora explotar el fondo de los océanos para extraer metales. Actualmente existen 31 proyectos de esta clase, los cuales son vistos con preocupación por los expertos.

Se estima que la minería en los océanos supondrá mayor explotación que la que se realiza en tierra (ver dato crucial 1). Lo anterior tendrá efectos dañinos para la biodiversidad y la captura de bióxido de carbono.

Sandor Mulsow, ex jefe de la Oficina de Gestión Ambiental y Recursos Minerales de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) en Chile, declaró que la República de Nauru, en Oceanía, podría comenzar explotando minas submarinas para los canadienses a más tardar en 2023. Asimismo, que Gran Bretaña es uno de los países que más impulsan esta actividad y que, para el caso de Chile, la ISA busca elaborar un régimen jurídico para la explotación de recursos que se encuentran en los océanos y que son de interés comercial para la industria minera.

Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) señaló que los efectos de la explotación submarina podrían extenderse más allá del punto de extracción antes de asentarse en el fondo marino.

Octavio Aburto, del Instituto de Oceanografía Scripps indicó que la posible pérdida de la gran biodiversidad de especies, que se encuentra en las zonas demandas por la industria minera, podría afectar el funcionamiento de los ecosistemas.