Jornaleros de berries no escapan a la precariedad y explotación en el campo
Carbajal, Braulio y Juan Carlos Partida [2022], "Jornaleros de berries no escapan a la precariedad y explotación en el campo", La Jornada, 5 de julio, https://jornada.com.mx/2022/07/05/politica/002n1pol
Braulio Carbajal es un reportero y columnista mexicano, abocado a temas de economía, finanzas y agricultura en México. Ha trabajado para el medio Grupo Milenio y para el periódico La Jornada.
Juan Carlos Partida es un reportero de La Jornada, que se encarga de escribir sobre seguridad, economía, pueblos originarios y agricultura en la coyuntura mexicana.
México es el tercer productor de berries a nivel mundial (Dato crucial 1). En Jalisco, los salarios mayores -en comparación con el de otros cultivos- han traído ciertos beneficios a las familias campesinas, pero las jornadas son extenuantes y notorias en los cuerpos de las personas que se dedican al cultivo de esos frutos (Dato crucial 2).
La recolección o “pisca” de la cosecha de berries es una de las facetas de la producción agrícola más agotadoras y riesgosas para las y los jornaleros (Dato crucial 3). Aparte, se relata que no todos ni todas tienen la oportunidad de comer antes de comenzar o el permiso de comer durante el horario de trabajo. Se alega, sin embargo, que en los tiempos de cosecha, los salarios incrementan un poco (Dato crucial 4).
Cabe mencionar que la industria de los frutos rojos emplea a 420 000 personas en todo el territorio mexicano, lo cual ha promovido la migración dentro del país (Dato crucial 5). Asimismo, se resalta que la mitad de las personas que trabajan en la producción está conformada por mujeres y la otra mitad por hombres. Pues, según los testimonios, emplearse en la creciente industria de las berries ha ofrecido mejores salarios a lo largo de los años, por lo cual la industria continúa atrayendo a más personas (Dato crucial 6).
1. La entidad federativa de Jalisco produce 60% de los frutos rojos que México exporta en total a Estados Unidos.
2. Agricultores y agricultoras de Jocotepec, Jalisco, lucen desnutrición, profundas ojeras y cansancio general. Algunos de sus testimonios relatan que, en la comunidad El Zapote, suelen ganar desde 1 800 pesos a la semana, durante la mayoría del año, y hasta 4 000 pesos semanales, en temporadas de cosecha.
3. Para la pisca, hombres y mujeres deben ingresar a los túneles blancos en donde crecen las berries, los cuales se montan para protegerlas del sol directo. Es importante mencionar que dentro de esos espacios, el calor se concentra y las temperaturas llegan a 40° Celsius, por lo que es necesario ponerse un pañuelo mojado en la frente y en el cuello. Además, es requerido utilizar ropa de manga larga y cubrirse la cabeza, puesto que se estará en contacto con químicos concentrados. Más aún, a causa de la sensación sofocante al interior de las estructuras, los desmayos son recurrentes, especialmente en mujeres, quienes trabajan recolectando esos frutos desde el amanecer hasta el anochecer.
4. En general, los salarios semanales rondan entre 1 700 pesos y 2 000 pesos; mientras que, en tiempos de cosecha, se pueden obtener ingresos de 4 000 pesos extra. Se relata que cada cubeta -de 30 cm de largo- llena de frutos rojos se paga con 3.5 pesos y que, en promedio, un recolector o recolectora llena entre 150 y 200 baldes. En cuanto a la duración de las jornadas de trabajo, tomando el ejemplo del rancho Los Mangos, se labora de 07:00-16:00 horas, entre semana; de las 07:00-14:00 horas, los sábados; y sólo los domingos se descansa. Por otra parte, testimonios apuntan que en Teuchitlán, Jalisco, las mujeres son mayormente contratadas en tiempos de cosecha a causa de su detenida técnica de corte en las frambuesas.
5. En Jalisco, 60% de las personas que recolectan las berries proviene del sureste de México. Sin embargo, se calcula que hacen falta entre 8-10% de los y las trabajadoras del campo, a pesar de los grandes desplazamientos en el territorio nacional que atrae la temporada de cosecha.
6. Los salarios de los y las campesinas dedicadas al cultivo del maíz o de la caña es de 5 000 pesos al mes. Por su parte, en la producción frutos rojos el salario es de 8 000 pesos mensuales. No obstante, en comparación, la misma cosecha de berries en Estados Unidos conlleva una remuneración de 30 000 pesos al mes.
El consumo de los frutos rojos no es vital para sostener una alimentación básica, como sí lo pueden ser otras plantaciones, por ejemplo, de maíz y frijol (aparte de su valor cultural y ecosistémico, en tanto productos nativos). El asunto se vuelve todavía más preocupante cuando consideramos el agotamiento de la tierra fértil nacional, en favor de los negocios extranjeros.
Cualquier industria creciente obtiene la capacidad -también mayor- de desplazar o engullir a las pequeñas. De ahí el arrinconamiento de otros cultivos en favor de las berries. Por esta razón, la protección del campo y sus sembradíos estratégicos -para preservar la vida en condiciones socioambientales de dignidad- no implicaría más ni menos que garantizar la mínima obtención de la energía necesaria para mover el cuerpo y ponerlo a trabajar.