China, la segunda mayor economía del mundo se inserta con fuerza en América Latina, de manera que refuerza sus vínculos con inversión extranjera directa (ied), con un constante crecimiento de más de 500% en la última década, pues de acuerdo con el discurso del plan de crecimiento 2020-2035 se reafirma enlazar amistades políticas y de atracción económica (Dato Crucial 1).

Para complementar la evidencia, con datos del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), expresan que la interacción de inversión directa de China en América Latina es cerca de 171 mil 854 millones de dólares, integrando países como Brasil, Perú, Chile, México y Argentina con 83% del total (Dato Crucial 2).

Así pues, en 2021 Brasil se convierte en el principal destino de inversión extranjera china en el mundo, alcanzando cifras cerca de 5 mil 700 millones de dólares en sectores como energía y tecnología; Países Bajos el segundo con 4 mil 380 millones; y Colombia con 3 mil 800 millones de dólares, esto de acuerdo a China Global Investment Tracker.

Desde Cechimex se reafirman lazos de vínculos políticos de China hacia América Latina, usando instrumentos de propaganda como la Nueva Ruta de la Seda, con una red de infraestructura que pasa por los cinco continentes, y resaltando su uso para el desarrollo de regiones olvidadas. Desde otros enfoques se critica el uso estos instrumentos como métodos de control.

La interacción de China hacia América Latino no es una casualidad, ya que responde a intenciones políticas en mantener espacios cercanos a Estados Unidos, así como tener la confianza de algunos gobiernos.

De acuerdo con The Economist, desde la perspectiva de un mapa mundial en comparación en el año 2000 con la actualidad se observa la configuración del principal social comercial Estados Unidos con América Latina, pues ahora solo negocia con México y Canadá; mientras Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia comercian con China, situación que reafirma la interacción con todos los países de Sudamérica.

Por su parte, Fernando de Mateo, coordinador en negocios internacionales del Colegio de México (Colmex) coincide que un punto de referencia es la crisis mundial de 2009, en la que China aprovecha sus condiciones para insertarse en la región, impulsando la subida de los precios de las materias primas. De esta forma, China toma relevancia por generar condiciones económicas favorables en América del Sur principalmente.

México debe acercarse más

En cuanto a relaciones comerciales, las importaciones de México a China ronda en promedio 110 mil millones de dólares, a su vez que las exportaciones del país con destino al país asiático apenas son próximas a 15 mil millones, por lo que es notable la asimetría entre ambas naciones. Por ello, se recomienda crear políticas de relación armoniosas con China, sin omitir su relación con Estados Unidos.

Por tal motivo, se recomienda a México organizar un programa que gestione y facilite el comercio y la inversión, pues en el caso de de América del sur, Chile tienen un tratado de libre comercio con China, lo que permite competir favorablemente. Esto contrasta con lo que otros comentarios señalan al reducir la importancia de China.