Tobías Käufer ha sido corresponsal independiente y colabora para DW en América Latina para medios de habla alemana desde 2009.

El hambre china por materias primas y el desequilibrio de la balanza comercial con Pekín están levantando ampollas en América Latina.

El pueblo boliviano expresa su inconformidad sobre la indiferencia del gobierno hacia la explotación agresiva, inconsciente e inhumana de sus recursos en manos extranjeras.

China ha visto la posibilidad de explotación de la mina de oro de Mayaya, ubicada en el norte de la capital boliviana de La Paz, pues por medio de corporaciones nacionales, ha buscado la forma de tenerla en operación las 24 horas del día, dejando de lado los derechos de los mineros, el daño que esto pueda ocasionar al equilibrio del medioambiente y la salud de los habitantes de los pueblos indígenas cercanos a la mina. Esto último debido a la cantidad de mercurio que es utilizada para la extracción del oro, según el Centro de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), los habitantes del Parque Nacional Madidi tienen niveles tóxicos de mercurio, obtenido a través del consumo de pescado, un problema que se agrava cada día más en las víctimas consecuencia de la sobreexplotación de la mina.

Y Bolivia no ha sido el único país en Latinoamérica que se ha visto afectado por el deseo imparable de China por la obtención de recursos y materias primas. En 2017, en los mares de Ecuador, se detuvo un barco chino pescando cantidades exorbitantes de pescado, incluyendo tiburones (Dato Crucial 1). Y a pesar de los intentos de Perú, Chile y Ecuador por hacer visible el seguimiento de buques pesqueros, la organización ecologista Global Fishing Watch comenzará a operar las flotas de calamar y así tratar de disminuir la explotación por parte de China, actualmente se sabe que la pesca en las costas sudamericanas está completamente bajo control de este último. (Dato Crucial 2).

Para Argentina no han pintado mejor las cosas, en su intento de equilibrar la diferencia económica, el presidente, Alberto Fernández y su ministro de Economía, Sergio Massa buscaron relaciones alternas con Pekín para obtener mayores beneficios en intercambios comerciales, sin embargo, hasta ahora China es la única parte beneficiada.