Presentación
El año 2022 estuvo marcado por la intensificación de las catástrofes ambientales, en particular el ciclo destructivo de las olas de calor, megaincendios, tormentas y megainundaciones. De Pakistán a la costa Oeste de Estados Unidos, prácticamente el conjunto de países experimentó diversos fenómenos climáticos extremos. La situación ambiental coexiste con la profunda crisis en las relaciones internacionales derivada de la invasión rusa a Ucrania. La creciente participación de las potencias occidentales, en particular Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, incrementa las posibilidades de que el conflicto se generalice, por lo menos en escala europea. La imagen de tanques fabricados en Alemania combatiendo al ejército ruso apunta en esa dirección. El liderazgo ruso evocó el recurso a las armas nucleares como respuesta a un "riesgo existencial"; y aunque diversos funcionarios desmienten tal posibilidad, su sola mención muestra los posibles efectos de cascada de un conflicto que cumplirá un año y no presenta siquiera atisbos de que pueda concluir en el corto plazo.
En este marco de grandes catástrofes ecológicas y conflictos sociopolíticos en todos los órdenes del sistema-mundo, destacan dos reacciones gubernamentales que intentan abrir camino a soluciones de continuidad para la acumulación de capital y el liderazgo global en manos de Estados Unidos y sus principales aliados. La más importante de ellas es el conjunto de políticas adoptadas por la presidencia y el congreso de Estados Unidos. Tras un largo periodo de estancamiento, la casta política logró acuerdos que dotan de ingentes recursos a las políticas de reconstrucción y remediación ambiental en ese país. Con todos sus límites, la adopción de estas medidas indica que al menos una fracción del liderazgo estadounidense asume que los problemas actuales planetarios exigen una acción decidida por parte de los poderes públicos. Por otro lado, en Australia, el gobierno laborista encabezado por Anthony Albanese, electo en mayo de 2022, asumió el poder con una agenda que también propone abordar los problemas ambientales, cuyo eje es el estímulo de las energías renovables.
¿Estos cambios significan que los liderazgos de las potencias, principales destructoras del ambiente, están operando un giro radical que cambia el rumbo del sistema-mundo? Definitivamente no, puesto que las medidas adoptadas no reducen lo suficiente las emisiones contaminantes para alcanzar las metas del Acuerdo de París –hasta ahora, el único instrumento multinacional que marca los escenarios mínimos para evitar la catástrofe ambiental sistémica–. No obstante, las políticas adoptadas en estos dos países constituyen un contrapunto al consenso liberal que pregona soluciones de mercado (por ejemplo, bonos de carbono) y soluciones tecnológicas (fortalecimiento de la geoingeniería), como principales recursos ante el desastre ambiental.
El tercer número de nuestra revista aporta reflexiones sobre el colapso del sistema capitalista y acerca de una de sus principales apuestas tecnológicas.
Iniciamos la publicación de contribuciones de pensadorxs y académic@s a quienes hemos pedido reflexiones sobre los escenarios sistémicos para el horizonte 2030 – 2050. La primera de ellas es de Raúl Zibechi quien propone una lectura de la bifurcación sistémica desde los movimientos sociales. Tomando como punto de partida la incertidumbre que caracteriza el periodo actual, presenta las búsquedas de “movimientos de los pueblos originarios, negros y de las periferias urbanas”, que construyen formas de vida alternativas. Acompañamos su texto con algunos comentarios que prolongan el análisis del papel de los movimientos anti-sistémicos en la trayectoria del capitalismo.
A partir de la dislocación económica acelerada en Argentina, Daniel Inclán aborda las relaciones directas, aunque poco exploradas, entre el colapso y la vida cotidiana, mostrando que la desarticulación del capitalismo rompe también las bases de la reproducción social e individual; proceso que, en este caso, adopta la forma de crecientes dificultades para el acceso al consumo, incluso en sus dimensiones más básicas.
En otra perspectiva, el artículo de Cristóbal Reyes describe las principales líneas de desarrollo de la inteligencia artificial, una de las grandes apuestas tecnológicas para relanzar la acumulación de capital. Su análisis muestra que la dinamización del sistema será muy limitada, debido a la adopción polarizada de esta tecnología en manos de las grandes corporaciones.
En Síntesis, elaborado por Amelia Galdámez, está dedicada al tema de la destrucción del ambiente, presentando algunas de las lecturas transdisciplinarias sobre las que nuestro equipo de investigación trabajó durante 2022.
Invitamos a que otr@s colegas y jóvenes investigadorxs se incorporen a este espacio y a que nuestr@s lectorxs dialoguen con los textos y l@s autorxs que acá presentamos. Nuestro correo electrónico: let@iiec.unam.mx.
Todas las investigaciones fueron realizadas gracias al apoyo del Programa UNAM-DGAPA-PAPIIT IN-303721.