Class, Sectoral, or Self-interest? The Collective Action of Large Manufacturing Firms in Response to Protest
Banerjee, Tarun (2022) "Class, Sectoral, or Self-interest? The Collective Action of Large Manufacturing Firms in Response to Protest", Class, Race and Corporate Power, 10(2), https://digitalcommons.fiu.edu/classracecorporatepower/vol10/iss2/3
Tarun Banerjee cuenta con un doctorado en sociología por la Stony Brook University, sus principales líneas de trabajo se centran en los movimientos y redes sociales.
Introducción
Este artículo se pregunta de qué forma responden las empresas ante los movimientos sociales que protestan en su contra, y si la respuesta se da de forma aislada o colectivamente. Hay varios estudios que demuestran que las empresas tienen redes de clase mediante las que se unifican sus intereses políticos; pero hay pocos trabajos que verifiquen que estas redes de clase se activan en formas de acción colectiva por sector económico frente a los movimientos sociales que las desafían.
Este trabajo se centra en las respuestas de las empresas frente a los movimientos sociales durante el período 2005-2010. Se analiza si las empresas cedieron a las demandas o actuaron contra los manifestantes, y en qué medida estas respuestas están impulsadas por sus vínculos sociales de clase, el vínculo por sector industrial, o por características internas de la empresa.
A grandes rasgos, lo que se observa es que, aunque hay comportamientos distintos según el sector económico especifico, las empresas responden de manera similar cuando tienen intereses estructurales compartidos. La organización sectorial mediante la red de alianzas comerciales solamente unifica de forma ocasional la respuesta de las empresas aliadas; mientras que la organización mediante redes de clase unifica de forma más constante la respuesta de las empresas, e incluso alinea a empresas de diversos sectores económicos. Por tanto, se visualiza que las empresas no tienden a actuar de forma atomizada, sino que, a pesar de las diferencias, actúan como miembros de una clase capitalista organizada.
Teoría: Tres perspectivas contrapuestas
En el estudio de la acción colectiva empresarial destacan tres perspectivas. Por una parte, está la perspectiva sobre la unidad empresarial (business unity) la cual tiene una base teórica marxista y de élites del poder. Esta perspectiva destaca la unidad empresarial, pues ante cuestiones políticas importantes, las grandes empresas actúan como una clase social organizada. Los estudios de esta línea señalan que las empresas construyen vínculos sociales entre sí mediante la participación conjunta en consejos administrativos y organizaciones de planificación política. Estas redes también ayudan a superar las presiones competitivas para generar una clase empresarial más unificada.
Otra perspectiva es la atomización empresarial (business disunity) que es crítica del anterior enfoque, pues visualiza a las empresas como entidades que buscan el máximo beneficio y sus intereses se mueven en relación con el contexto económico del sector en el que operan. Por tanto, se enfatiza la separación entre empresas, y se argumenta que éstas actúan en entornos de competencia por lo que las preocupaciones políticas son sobre una empresa individual, no sobre actores colectivos.
La última perspectiva es una especie de punto intermedio entre las otras dos, pues considera que las empresas no actúan de forma totalmente unificada ni totalmente atomizada. Esta corriente muestra que las diferencias entre sectores económicos suelen provocar que las empresas adopten posturas antagónicas ante medidas políticas como normas medioambientales o los acuerdos comerciales entre países.
Un aporte relevante de este enfoque es el trabajo de Ferguson (1995) con la teoría de la inversión política. Esta teoría señala que las empresas y los grupos de interés invierten en partidos y elecciones con el objetivo de obtener ciertos beneficios. Los intereses contrapuestos generan bloques políticos enfrentados al interior del mundo empresarial, que a su vez forman parte de las facciones dentro de partidos y de todo el mundo político. Por ejemplo, las facciones sectoriales político-empresariales tuvieron un papel clave en la formación de la New Right durante las décadas de 1970 y 1980.
En resumen, la primera perspectiva apunta que la respuesta de las empresas está dada por una organización de clase, la segunda señala que es por características específicas de la empresa, y la última argumenta que la respuesta es acorde a las organizaciones de facciones sectoriales políticas.
El argumento
Este artículo sostiene que las empresas pueden organizarse entre diversos sectores económicos e industrias, apoyando un elemento clave de la perspectiva de la unidad empresarial. Por tanto, se rebate la idea de la perspectiva de la atomización empresarial, la cual indica que las empresas son incapaces de organizarse colectivamente para cuestiones políticas. Pero, al mismo tiempo, se toma en cuenta que las diferencias entre sectores económicos son importantes pues determinan el tipo de respuestas de las empresas ante movimientos sociales y si éstas actúan de forma unificada o no. En resumen, se apoya la perspectiva de las empresas como una unidad, al tiempo que se considera que la dinámica entre sectores económicos es muy importante.
Marco teórico
El marco teórico de este texto toma en cuenta tres elementos centrales: la dinámica sectorial, la red de políticas y las respuestas de las empresas a las demandas de los movimientos sociales.
I. Tomar en serio las dinámicas sectoriales
El debate sobre la acción colectiva empresarial suele estar centrado en la visión de las empresas como una clase unificada o en la visión de las empresas como entes atomizados incapaces de acciones colectivas importantes. No se conocen estudios que tomen en cuenta el papel del sector económico para el análisis de la unidad o de la atomización empresarial.
En este sentido, es importante explorar si hay algunas industrias más unificadas que otras, y evaluar si empresas con solidas redes de clase están vinculadas mediante alianzas industriales. Además, la idea de unidad empresarial implica que las redes empresariales trascienden la unificación de sectores industriales específicos, por lo que se debe analizar el comportamiento de las redes de clase en contraste con las redes de sectores económicos.
II. Enfocarse en la red de planeación política
La mayor parte de los trabajos sobre la fragmentación empresarial se centra en la red de los consejos administrativos. Estos estudios señalan que dicha red se está debilitando; pero este texto señala que las organizaciones político-empresariales siguen siendo muy importantes y cumplen el rol de identificar y defender los intereses políticos de las grandes corporaciones.
Actualmente algunos elementos clave de la unidad entre empresas es que varios ejecutivos de empresas comparten posiciones importantes en diversas organizaciones políticas relevantes; que en las redes político-empresariales participan las corporaciones más grandes, y que en estas redes hay un creciente número de empresas vinculadas.
Además, la red político-empresarial permite identificar estrategias e ideologías políticas específicas, pues las facciones políticas se crean con un diseño especifico con el objetivo de difundir determinadas visiones políticas. Finalmente, enfocar las redes políticas permite distinguir los efectos de la organización político-empresarial para los intereses de las empresas.
III. Acción colectiva en la política no institucional
Los estudios sobre la acción política colectiva de las empresas se ha enfocado en la política institucional, con aún más énfasis en la cuestión electoral. La literatura sobre el comportamiento de las empresas en la política no institucional es escasa. Pero es importante visualizar la acción política de las empresas ante movimientos sociales pues la importancia de éstos creó fuertes organizaciones empresariales; además, de acuerdo con Mizruchi (2013), la propia capacidad de las empresas de debilitar la organización obrera y al estado desarrollista contribuyó a la actual fragmentación empresarial, pues al no enfrentar la amenaza de movimientos sociales fuertemente organizados, las empresas fueron libres de competir entre sí. La cuestión es que no hay suficientes estudios que aborden la acción colectiva de las empresas contra los movimientos sociales que las interpelan.
Las protestas que se analizan para este trabajo articularon demandas contra empresas individuales. Por tanto, el hallazgo de que las redes político-empresariales unifican respuestas contra este tipo de propuestas refuerza la perspectiva de mayor apoyo a las perspectivas de las empresas como entidades unificadas.
Diseño de la investigación
Estratégia analítica
El análisis incorpora varias perspectivas. Se retoma la perspectiva de la teoría organizativa para identificar los elementos específicos de cada empresa que configuran su respuesta ante las protestas. Se evalúan las alianzas mediante las redes por sector económico e industrial. La red de planificación política se toma como materialización de la organización de clase. Se retoman trabajos sobre la ideología de grupos políticos para añadir dos redes más: la de organizaciones políticas moderadas-liberales, y la conservadora. Finalmente, se toma la teoría sobre movimientos sociales para visualizar las características de las demandas y exigencias contra las empresas.
La unidad de análisis es la díada (pares de empresas), pues esto permite saber si los vínculos entre empresas corresponden con una tendencia a dar respuestas similares contra las protestas.
Casos muestra
Los casos utilizados son las protestas contra empresas de la lista Fortune 500 que cotizan en bolsa en el periodo 2005-2010. Mediante trabajo hemerográfico se localizaron 420 protestas. Esto generó 6 637 díadas formadas cuando una empresa interpelada por las protestas se aliaba con otra empresa también objeto de protestas durante el mismo año.
La segunda es una submuestra de la primera, y solo toma en cuenta las protestas contra empresas manufactureras. Esta submuestra arrojó 110 protestas con 644 díadas.
Variables dependientes
Se exploran dos tipos de respuesta frente a las protestas: si las empresas hicieron concesiones o si tomaron represalias. Solo se tomaron en cuenta concesiones concretas (y no solo promesas), así como represalias que excedieran lo simbólico, como el despido de trabajadores.
Variables independientes
Para establecer la organización empresarial a nivel de clase se observa si los directivos de las empresas ocupan puestos de liderazgo en 11 grandes organizaciones políticas y si se trataba de organizaciones liberales o conservadoras.
Esto generó tres variables diádicas dadas por el número de grupos políticos en los que dos empresas participaban ocupando puestos de liderazgo y por el número de grupos conservadores o liberales en los que compartían puestos. Para profundizar el análisis se analizó si los vínculos diádicos se establecían entre empresas del mismo sector económico o entre empresas que no compartían ninguna industria en común. La pertenencia a un mismo sector económico se determinó mediante la comparación de códigos SIC de dos dígitos.
Se evaluó la organización por sectores económicos observando si las empresas participaban en alguna de 15 asociaciones comerciales del sector manufacturero encontradas en la revista especializada Industry Week. La información obtenida se transformó en medidas que indican la cantidad de asociaciones comerciales a las que pertenecen los pares de empresas, y en otras dos medidas que delimitan estas asociaciones en función de si comparten o no algún código SIC.
Para enfocar detalladamente la relevancia de la equivalencia estructural[1] entre industrias y sectores económicos se incluye una variable que indica el número de industrias compartidas por dos empresas, tomando como referencia la lista de empresas más amplia que incluye tanto al sector manufacturero como los demás.
Control de variables
Se estableció la similitud organizativa entre empresas mediante su orientación política, sus perfiles de responsabilidad social, las estructuras jerárquicas, la reputación, y el tamaño. También se midieron las características de las protestas mediante la evaluación del impacto financiero de las protestas en las empresas, de las formas que adoptaron las protestas (marchas, huelgas, etc.), el tipo de demandas, y los actores involucrados. Cada una de estas variables se convirtió en medidas diádicas que indicaban el número total en común de formas de protesta, de demandas y actores implicados.
Método
Mediante el softwere UNICET se utilizó la herramienta estadística de la regresión logística con el Problema de la Asignación Cuadrática (QAP, por su sigla en inglés) para modelar la posibilidad de que las empresas ofrecieran respuestas similares. Debido a que solo se incluyeron las empresas de la lista Fortune 500 que fueron objeto de protestas, también se utilizó otra herramienta estadística, la corrección de Heckman que permite tratar el sesgo producido por la selección limitada de determinadas muestras.
Resultados
Los resultados se muestran en tres secciones.
La primera sección muestra que los vínculos entre empresas varían según el sector económico debido a los vínculos creados mediante alianzas comerciales.
En la segunda se modelan las respuestas de las empresas contra las protestas, tomando la muestra más amplia que incluye tanto empresas manufactureras como de otros sectores.
Finalmente, se comprueba el impacto de la organización de los sectores económicos mediante la medición de la red de asociaciones comerciales de las empresas manufactureras.
Los resultados indican que hay una importante dinámica sectorial, pero se limita a la equivalencia estructural, es decir que las empresas tienden a tener respuestas similares cuando comparten posiciones similares en la economía. Pero para la acción colectiva, se presentan acciones conjuntas entre diversos sectores, por lo que se respalda el argumento de la unidad de la clase empresarial.
I. Dinámica sectorial en la red de políticas
La tabla 3 presenta las proyecciones de las empresas que tienen vínculos mediante la red política. En esta tabla el modelo -a- proyecta los vínculos en toda la red, mientras que los otros modelos desglosan los vínculos de la red política de acuerdo con el tipo de ideología.
La tabla 4 se centra en el caso específico de las empresas manufactureras y muestra que tanto similitud en el tipo de industria, como la organización comercial elevan la probabilidad de vínculos políticos significativos.
II.Equivalencia estructural sectorial frente a organización de clases (todas las empresas objetivo)
Para desglosar la dinámica de sectores económicos y de clase, en la tabla 5 se evalúa la importancia de los vínculos políticos y la equivalencia industrial de la muestra más grande de empresas. En esta tabla los modelos -a- y -b- proyectan posibles respuestas conjuntas en las que se hacen concesiones a las protestas; mientras que los modelos -c- y -b- proyectan represalias conjuntas.
Se observa que el sector financiero suele ser menos reactivo, ni toma represalias ni hace concesiones; las de transporte tiende a realizar más concesiones; mientras que las manufactureras son las más propensas a la represión.
También se observa que las empresas que comparten vínculos liberales son 75% menos propensas a tomar represalias conjuntas, mientras que las de vínculos conservadores tienen 3 veces más probabilidades de tomarlas. Por tanto, no solo es importante visualizar la red política, también hay que identificar el tipo de ideología que sustenta dicha red.
III. Organización industrial frente a organización de clase (empresas manufactureras)
La tabla 6 presenta las estrategias de respuesta colectiva de las empresas manufactureras. Se encontró que las empresas manufactureras con vínculos políticos conservadores son 5 veces más propensas a tomar represalias, y las que tienen vínculos liberales son 10 veces más propensas a realizar concesiones.
Además, los vínculos comerciales aumentan la disposición de las empresas a represalias conjuntas. Los modelos -c- y -d- de la tabla 6 demuestran que los efectos unificadores de las redes políticas crean vínculos tanto entre empresas del mismo sector económico como de otros sectores, por lo que se refuerza el argumento de que la acción colectiva de las empresas se da mediante redes que trascienden los sectores económicos pues forman parte de una lógica de clase.
Debate y conclusión
Se observa que los sectores económicos marcan importantes diferencias en la acción colectiva de las empresas; pero la red de alianzas comerciales no otorga una acción colectiva consistente. Es la red política la que proporciona un comportamiento empresarial más unificado y consistente. Este fenómeno respalda la idea de que el eje de las acciones colectivas no está dado por la pertenencia a determinado sector económico, sino que son las redes políticas las que logran unificar a empresas de diversas áreas.
Al mismo tiempo las grandes corporaciones no constituyen un bloque totalmente unificado. En el mundo corporativo hay facciones que se enfrentan entorno a distintas cuestiones como el salario mínimo, la política comercial, entre otras. La cuestión es que, aunque hay distintas ramas ideológicas, esto no implica que haya una total atomización de las empresas y que éstas son incapaces de establecer acciones políticas colectivas en conjunto. La red política sigue teniendo un papel central para unificar como clase a la élite empresarial y constantemente aumenta los vínculos entre empresas.
Notas
[1] El concepto de la -equivalencia estructural- refiere a empresas cuya posición en la dinámica económica es prácticamente la misma, es decir que si una empresa desapareciera repentinamente otra con equivalencia estructural la podría sustituirla fácilmente.
Este estudio nos indica que las empresas no son las entidades individuales que compiten entre sí como las presenta la perspectiva liberal. Las empresas tienen redes, tanto comerciales como políticas mediante las que se movilizan como una especie de clase social para actuar en contra de las clases sociales populares organizadas. Los datos que presenta el estudio pueden ser de utilidad, pero trascender el análisis de estadística y probabilidad para ofrecer una perspectiva más minuciosa sobre la acción colectiva de las empresas.