Siguiendo con el problema: las causas del colapso civilizatorio
Como resultado de la aceleración de la catástrofe ambiental y civilizatoria se agudiza la necesidad de análisis disruptivos, que rompan el consenso académico y político que niega o subestima los riesgos existenciales que enfrentan las sociedades contemporáneas. En efecto, el primer obstáculo para la acción colectiva frente a la dislocación creciente del sistema-mundo es la elaboración de diagnósticos correctos sobre la situación imperante.
En América, el ambiente intelectual y político continúa adherido a las ideas fuerza del capitalismo: la competencia, la innovación, el desarrollo y el crecimiento, se proponen como las vías para superar las actuales dificultades económicas, ambientales y sociales. El dinamismo de los mercados estadounidenses y de segmentos productivos en las principales economías de América Latina, como el agronegocio, la banca, los medios de comunicación, la industria automotriz, la minería y otros, constituye el soporte material de la “confianza” en un eventual relanzamiento de la acumulación de capital. Esta opción “realista” no sólo bloquea los debates sobre la trayectoria del sistema, sino, y sobre todo, impide los cambios necesarios en las estrategias y políticas, tanto públicas como empresariales, para hacer frente a los problemas cada vez más urgentes que enfrentan las sociedades en la región. Incluso los gobiernos progresistas proponen proyectos neo-desarrollistas y políticas neoliberales que acentúan las tendencias hacia la dislocación sistémica: el gobierno de México, con sus mega-proyectos de infraestructura que provocan grandes afectaciones ambientales y sociales, es un claro ejemplo de esta elección societal.
En Europa, en cambio, gana fuerza la discusión sobre los límites de la civilización capitalista, en especial en Francia y Estado español. La situación de estancamiento económico generalizado y de creciente desarticulación social, agudizada por las oleadas de migraciones masivas, constituye un campo de cultivo para los cuestionamientos sobre el agotamiento del sistema capitalista. Las reflexiones ecologistas en diversas declinaciones (ecofeministas, ecosocialistas), convergen con la crítica transdisciplinaria y las propuestas decrecentistas para formular los diagnósticos de una catástrofe larvada y cada vez más presente.
En esa perspectiva, la colapsología de habla francesa ocupa un lugar fundamental. Pionera en la elaboración de síntesis sobre la situación imperante, en particular en el libro Colapsología (Servigne y Stevens, 2020), y en las reflexiones sobre cómo abordar la catástrofe en ciernes (L’entreaide y Otro fin del mundo es posible), esta tendencia de pensamiento avanza en la indagación de los problemas que parecen dislocar de forma definitiva el sistema-mundo mediante una obra colectiva titulada Aux origines de la catastrophe. Pourquoi en sommes-nous arrivés là ? (En los orígenes de la catástrofe ¿Por qué llegamos aquí?). 25 trabajos presentan versiones sucintas sobre las posibles causas de la catástrofe civilizatoria, trazando un mosaico que combina escalas y temporalidades. En espera de la traducción del conjunto de la obra, compartimos la introducción y las conclusiones, como una invitación a conocer estos análisis y estimular los debates sobre la trayectoria del capitalismo en nuestras geografías.